¿Qué pasa en tu organismo cuando te purgas?

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La purga, provocada por laxantes o purgantes, acelera el proceso de eliminación de residuos del cuerpo. Los laxantes facilitan la expulsión de heces sólidas desde el recto, mientras que los purgantes, de mayor intensidad, vacían el colon completo, produciendo evacuaciones acuosas y sin forma.
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El torbellino interno: ¿Qué sucede en tu organismo durante una purga?

La purga, un término que evoca imágenes de limpieza radical, implica una aceleración forzada del proceso digestivo, con consecuencias que van más allá de una simple evacuación intestinal. Si bien puede parecer una solución rápida para aliviar el estreñimiento o, erróneamente, para perder peso, entender lo que ocurre dentro de nuestro cuerpo durante una purga es crucial para evaluar sus riesgos y beneficios reales.

La diferencia fundamental radica en el tipo de agente utilizado: laxantes o purgantes. Los laxantes, en su mayoría, actúan de forma suave y localizada. Su objetivo principal es facilitar la evacuación de las heces sólidas que se encuentran retenidas en el recto. Algunos aumentan el volumen de las heces (laxantes formadores de bolo), otros ablandan las heces (laxantes emolientes), y otros estimulan los movimientos peristálticos del intestino (laxantes estimulantes). El proceso es relativamente localizado y suele resultar en una o dos evacuaciones más frecuentes, pero con heces generalmente formadas.

Por otro lado, los purgantes, también conocidos como catárticos, son mucho más agresivos. Estos compuestos no solo aceleran el tránsito intestinal, sino que lo hacen de forma contundente, vaciando prácticamente el contenido completo del colon. Esto resulta en evacuaciones acuosas, abundantes y sin forma, debido a la expulsión rápida de agua y electrolitos que normalmente son reabsorbidos durante el proceso digestivo. Este efecto drástico puede alterar significativamente el equilibrio hídrico y electrolítico del organismo.

Durante la purga, independientemente del agente utilizado, el cuerpo experimenta una serie de cambios:

  • Aumento de la motilidad intestinal: Los músculos del intestino se contraen con mayor fuerza y frecuencia, propulsando el contenido intestinal hacia el recto a una velocidad anormalmente alta.
  • Deshidratación: Especialmente con purgantes, la pérdida de agua y electrolitos (sodio, potasio) puede ser significativa, llevando a deshidratación, debilidad muscular, mareos e incluso arritmias cardíacas.
  • Desequilibrio electrolítico: La pérdida de electrolitos altera el funcionamiento de las células y de varios sistemas del cuerpo, pudiendo causar problemas musculares, neurológicos y cardíacos.
  • Dolor abdominal: La contracción intensa y rápida de los músculos intestinales puede causar calambres y dolor abdominal.
  • Dependencia: El uso frecuente de laxantes y purgantes puede llevar a una dependencia, donde el intestino deja de funcionar correctamente sin la intervención de estos productos.

En conclusión, aunque la purga puede ofrecer un alivio temporal del estreñimiento, sus efectos en el organismo son profundos y potencialmente dañinos. El uso de laxantes y purgantes debe ser excepcional, bajo estricta supervisión médica, y nunca como una solución a largo plazo o para la pérdida de peso. Es crucial consultar a un profesional de la salud antes de recurrir a este tipo de métodos, para explorar las causas del estreñimiento y encontrar tratamientos más seguros y efectivos. La salud digestiva se basa en el equilibrio y el buen funcionamiento natural del cuerpo, y no en la manipulación forzada de sus procesos.