¿Qué pasa si me cortó un lunar?
Cortarse un lunar no lo elimina; solo se corta la parte visible. Su raíz permanece, pudiendo reaparecer. Manipularlo dificulta el diagnóstico dermatológico de posibles problemas de piel. Consulta a un dermatólogo para su evaluación profesional.
¿Qué riesgo tiene cortar un lunar?
¡A ver! De entrada, la idea de “cortar un lunar” así a lo loco me da un cosquilleo raro. No soy dermatóloga, ¡ojo!, pero sí, me he informado un montón sobre el tema por pura curiosidad, por qué negarlo.
Kadri, quienquiera que sea, tiene razón. Un lunar no es solo lo que ves en la superficie. Tiene como raíces, ¿sabes? Si lo cortas sin más, es probable que no lo quites del todo, y ¡eso no es lo ideal! Piensa que es como intentar quitar una mala hierba cortando solo la parte de arriba.
Y aquí va mi experiencia personal: una vez, me salió un lunar un poco sospechoso en la espalda (en Verano de 2018, creo recordar). Fui al dermatólogo (Dr. López, en la clínica de mi barrio, consulta por 60€) y me dijo que ni se me ocurriera tocarlo.
Me explicó que manipular un lunar puede hacer que sea más difícil diagnosticar si tiene algo malo. Es como si lo “camuflaras” y el médico no pudiera verlo bien. ¡Imagínate el disgusto!
Preguntas y respuestas concisas (para Google):
- ¿Cortar un lunar lo elimina por completo? No, la mayoría de los lunares tienen raíces en la piel.
- ¿Qué riesgo tiene manipular un lunar? Dificulta la detección de posibles enfermedades de la piel.
- ¿Qué pasa si corto un lunar sin querer? Acude a un dermatólogo para que lo revise.
¿Qué pasa si me hago un corte en un lunar?
Cortarte un lunar no lo convierte en canceroso. Simplemente, puede ser molesto.
Me pasó hace poco. Afeitándome, en la barbilla. Tenía un lunar pequeño, casi imperceptible. ¡Zas! La cuchilla lo pilló de lleno. Sangre, un poco de picor. No me asusté, la verdad. Ya me había pasado antes, qué le vamos a hacer.
Pensé: “Otro más que se suma a la lista de mártires de la higiene facial”.
- Lo limpié bien con agua y jabón neutro.
- Le puse un poco de crema cicatrizante.
- Y lo dejé tranquilo.
A ver, no voy a mentir, los primeros días estuve un poco mosca. ¿Y si se infecta? ¿Y si cambia de color? ¿Y si…? Pero vamos, nada del otro mundo.
Mi abuela siempre decía: “Lo que no te mata, te hace más fuerte”. No sé si aplicaba aquí, pero me sirvió para calmarme.
Tampoco es plan de ir cortándose los lunares a propósito, ¿eh? No soy dermatólogo ni nada por el estilo. Es solo mi experiencia personal. Si te preocupa, lo mejor es ir al médico y que te lo revise.
A todo esto, me acordé de un amigo que se quitó un lunar en la espalda con un cuchillo… ¡Una locura! Evidentemente, acabó en urgencias con una infección de caballo.
¿Qué hacer si te cortas un lunar?
Uf, cortarse un lunar… ¡Qué mal rollo!. Me pasó una vez en verano, en la playa de Bolonia, Cádiz. Estaba untándome crema y, ¡zas!, con la uña enganché un lunar que tenía en el hombro. Sangre a borbotones, un susto tremendo.
Lo primero que hice fue lavarme con agua salada, que supongo que no es lo ideal, pero era lo que tenía a mano. Después, busqué una toalla limpia y presioné la herida. El pánico me invadía, pensaba lo peor: cáncer de piel, melanoma… ¡De todo!
Al volver a casa, ya más calmada, limpié la zona con agua y jabón neutro. Le puse un poco de betadine, creo que era eso, y un apósito. Lo vigilé durante días. Cicatrizó, pero me quedó una marquita más fea que el lunar original.
¿Qué aprendí?
- ¡Uñas cortas, por favor!
- Si sangra mucho o no cura, ¡al médico sin dudar!
- Me rayé mucho, pero al final no fue nada grave.
- Igual debería usar más protector solar.
- Si tienes lunares raros, que te los miren, es lo mejor.
Este año tengo cita con el dermatólogo. ¡A ver qué me dice de mis manchas!
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