¿Qué pasa si tengo alta la presión diastólica?

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Cuando la presión diastólica está alta y no se trata, puede provocar consecuencias graves como ataques cardíacos, derrames cerebrales, enfermedades renales e insuficiencia renal.

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La Diastólica Elevada: Un Silencioso Peligro para tu Salud

La presión arterial es un indicador vital de nuestra salud cardiovascular. Se compone de dos números: la presión sistólica (el número superior) que mide la presión en las arterias cuando el corazón late, y la presión diastólica (el número inferior) que mide la presión en las arterias entre latidos, cuando el corazón está en reposo. Generalmente, nos preocupamos por la presión sistólica, pero ¿qué ocurre si la presión diastólica se eleva? Aunque a menudo se le presta menos atención, una diastólica alta puede ser un serio problema de salud que necesita ser abordado.

Se considera presión arterial normal cuando se encuentra por debajo de 120/80 mmHg. La presión diastólica se considera alta si se encuentra consistentemente por encima de 80 mmHg, incluso si la sistólica está dentro de rangos normales. Esta condición, conocida como hipertensión diastólica aislada, puede ser particularmente peligrosa, ya que a menudo no presenta síntomas evidentes en sus primeras etapas.

¿Por qué es peligrosa una diastólica alta?

El principal problema de una presión diastólica persistentemente elevada es la sobrecarga constante que ejerce sobre las arterias. Cuando la presión entre latidos es demasiado alta, las paredes de las arterias se ven sometidas a un estrés continuo. Con el tiempo, este estrés puede provocar:

  • Daño arterial: El constante estiramiento y tensión pueden dañar el revestimiento interno de las arterias, favoreciendo la formación de placas de ateroma (acumulación de grasa) y el endurecimiento de las arterias (aterosclerosis).
  • Aumento del riesgo cardiovascular: La aterosclerosis reduce el flujo sanguíneo y aumenta el riesgo de coágulos, lo que puede llevar a consecuencias devastadoras:
    • Ataques cardíacos (infarto de miocardio): Si una arteria coronaria (que irriga el corazón) se bloquea, el músculo cardíaco puede sufrir daño irreversible.
    • Accidentes cerebrovasculares (ACV): Si una arteria que irriga el cerebro se bloquea o se rompe, puede provocar daño cerebral permanente.
    • Enfermedades renales e Insuficiencia Renal: La hipertensión daña los pequeños vasos sanguíneos de los riñones, impidiendo su correcto funcionamiento y eventualmente conduciendo a la insuficiencia renal.
    • Insuficiencia Cardíaca: El corazón debe trabajar más para bombear contra la alta presión, lo que con el tiempo debilita el músculo cardíaco.

¿Qué causa la diastólica alta?

Las causas de la hipertensión diastólica aislada pueden ser variadas, pero algunas de las más comunes incluyen:

  • Edad: Con el envejecimiento, las arterias tienden a volverse menos flexibles, lo que aumenta la presión diastólica.
  • Estilo de vida: Una dieta alta en sodio y baja en potasio, la falta de ejercicio, el consumo excesivo de alcohol y el tabaquismo son factores de riesgo importantes.
  • Estrés: El estrés crónico puede elevar la presión arterial.
  • Condiciones médicas: Algunas enfermedades como la diabetes, la apnea del sueño y los problemas renales pueden contribuir a la hipertensión.
  • Medicamentos: Algunos medicamentos, como los descongestionantes, pueden aumentar la presión arterial.
  • Factores genéticos: La hipertensión a menudo tiene un componente hereditario.

¿Qué puedes hacer si tienes la presión diastólica alta?

La buena noticia es que la hipertensión diastólica, como cualquier forma de hipertensión, puede ser controlada. Es crucial consultar con un médico para obtener un diagnóstico preciso y un plan de tratamiento individualizado. Este plan puede incluir:

  • Cambios en el estilo de vida:
    • Dieta saludable: Reducir el consumo de sodio, aumentar el consumo de frutas, verduras y granos integrales. La dieta DASH (Dietary Approaches to Stop Hypertension) es una excelente opción.
    • Ejercicio regular: Realizar al menos 30 minutos de actividad física moderada la mayoría de los días de la semana.
    • Pérdida de peso: Si tienes sobrepeso u obesidad, perder incluso una pequeña cantidad de peso puede ayudar a reducir la presión arterial.
    • Limitación del consumo de alcohol: Consumir alcohol con moderación (o idealmente, evitarlo).
    • Dejar de fumar: Fumar daña los vasos sanguíneos y aumenta la presión arterial.
    • Manejo del estrés: Practicar técnicas de relajación como la meditación o el yoga.
  • Medicamentos: En muchos casos, el médico recetará medicamentos para ayudar a bajar la presión arterial. Existen varias clases de medicamentos antihipertensivos, y el médico elegirá el más adecuado para ti.

Conclusión:

Ignorar una presión diastólica alta es un riesgo que no vale la pena correr. Tomar medidas para controlarla, a través de cambios en el estilo de vida y, si es necesario, medicación, puede reducir significativamente el riesgo de complicaciones graves y ayudarte a vivir una vida más larga y saludable. No dudes en hablar con tu médico sobre tu presión arterial y tomar el control de tu salud cardiovascular.