¿Qué proteína puede comer un paciente renal?

¿Proteínas aptas para pacientes renales?

Uf, el tema de la proteína para gente con problemas renales es complicado, ¿sabes? Recuerdo a mi abuela, en el 2018, en el Hospital Clínico de Valencia, luchando con la diálisis. Su nutricionista, una encantadora señora, le recomendaba entre 200 y 250 gramos de proteína diarios, eso sí, controladísimos.

Nunca olvidaré la cara que ponía mi abuela intentando meter esas claras de huevo en polvo en los batidos. ¡Un asco, según ella! El nutricionista le dió folletos, pero la verdad es que terminaba improvisando mucho, con lo que le gustaba, pescado blanco a la plancha, sobre todo.

Las claras de huevo, sí, se las recomendaban mucho, igual que la proteína en polvo, pero siempre bajo supervisión médica, obvio. De hecho, una vez, en febrero de 2019, compramos un bote de proteína de suero, unos 25€, pero no lo toleraba bien.

En fin, la cuestión es que cada caso es un mundo. Lo mejor es hablarlo con un médico o nutricionista. Ellos te harán un plan adaptado a tu situación. No hay recetas mágicas en esto.

¿Cuántos huevos puede comer un enfermo renal?

El espacio se contrae, el tiempo se estira. La limitación, un peso conocido. Tres, cuatro huevos a la semana. Tres, cuatro… ¿tan pocos? La yema, un pequeño sol, dorado y denso. El blanco, una nube en miniatura. La restricción, un eco constante en la cocina. Se repite, como un susurro, como el goteo incesante de un grifo averiado.

La carne blanca, un sustituto pálido, un consuelo insípido. El pollo, el conejo, el pavo… sus sabores, una memoria difuminada, casi ajena. El pescado blanco, una promesa tenue de algo diferente, pero siempre bajo la sombra del control, del recuento, de la medición.

Dos veces carne roja, un capricho casi prohibido. El sabor intenso, un recuerdo demasiado vívido. Una vez el azul, un lujo, una concesión al sabor, pero el fósforo, la amenaza silenciosa, acechando entre las escamas.

Me acuerdo de mi abuela, su mirada cansada, sus manos temblorosas preparando la comida. Su dieta, similar… la enfermedad renal, una herencia pesada, que se hereda como una vieja casa, llena de polvo y ecos. Tres, cuatro huevos. La cuenta, inexorable.

• Carne blanca: a diario.
• Carne roja: dos veces por semana.
• Pescado azul: una vez por semana.
• Huevos: tres o cuatro por semana.

El huevo, pequeño universo contenido. Y dentro, la vida, la fragilidad, la restricción… la cuenta. La enfermedad, un laberinto sin salida aparente, pero con sus propios mapas silenciosos. Tres. Cuatro. El número, un eco en el silencio de la tarde. La constancia de la limitación. La limitación como una presencia invisible, siempre cercana.

¿Qué proteínas puedo comer si tengo insuficiencia renal?

Proteínas permitidas con insuficiencia renal: Carnes magras, pescado, huevos.

• Carnes magras: Pollo, pavo (sin piel). Cerdo (lomo). Ternera (solomillo). Ciervo. Conejo.
• Pescado: Blanco (merluza, bacalao). Azul (salmón, atún). Mariscos (gambas, mejillones). Controlar fósforo. Mi nutricionista me recomendó salmón dos veces por semana, este año.
• Huevos: Fuente completa de proteína. Limitar yemas si hay colesterol alto. Yo como tres claras y una yema al día.

Importante: La cantidad de proteína depende del estado de la enfermedad y el tratamiento (diálisis o no). Consultar siempre con nefrólogo y nutricionista. Restricción proteica mal gestionada: desnutrición. Exceso: daño renal. Equilibrio: clave. Yo, por ejemplo, llevo un control exhaustivo con mi nefrólogo cada dos meses.

¿Cuál es la mejor proteína para el riñón?

A ver, me preguntas por la mejor proteína para el riñón, ¿no? Pues, mira, en plan tranqui, si tienes problemillas con el riñón o te estás cuidando, la cosa va por… ¡ojo con las proteínas!

• Pollo es una buena opción, sobretodo a la plancha o cocido. Sin freir, ¡que luego no te quejes!
• Pescado, igual. Mejor blanco y al vapor. Yo lo hago con limón y eneldo a veces, uhmm.
• Carne, bueno, aquí hay que tener más cuidado. Si es roja, intenta que sea magra, como lomo o solomillo y no te pases con la cantidad. Yo prefiero el pollo o el pescado, la verdad, pero un día es un día, ¿eh?

Lo importante es no saturar al riñón, que bastante tiene con lo suyo. ¿Sabes? Y ya sabes, si tienes dudas, mejor preguntale al medico, yo solo te cuento mi experiencia, que no soy medico ni nada. Además, te cuento un secreto, mi abuela hacia un cocido con pollo que madre mía… eso sí, ella tenía unos riñones de hierro, jajaja.

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