¿Qué se siente cuando las hormonas están bajas?
La disminución hormonal, especialmente en la menopausia, se manifiesta con síntomas como sofocos, sequedad vaginal y fragilidad ósea. Estos cambios pueden afectar significativamente la calidad de vida. Atención médica oportuna es crucial para un manejo adecuado.
¿Síntomas de hormonas bajas?
Uf, las hormonas… un tema que me trae de cabeza. Recuerdo una vez, era un 15 de julio en Madrid, el calor era horrible, pero yo sentía oleadas repentinas de bochorno que nada tenían que ver con la temperatura exterior. Pensaba, “esto no es normal”.
Fui al médico, claro. Me explicó lo de la menopausia, la bajada de estrógenos… No tenía ni idea, la verdad. Me recetó unas pastillas y la cosa mejoró algo. Pero la sequedad vaginal… eso sí que era molesto.
Usaba un lubricante que compré en la farmacia de la esquina (creo que costaba unos 8 euros). No era la solución ideal, pero ayudaba. Lo de los huesos quebradizos me preocupaba más. Empecé a tomar más lácteos y a caminar a diario por el Retiro. Me compré unas deportivas nuevas, ¡30 euros! Un capricho, sí, pero por mi salud, lo que sea.
Preguntas y Respuestas:
P: ¿Síntomas de hormonas bajas en la menopausia?
R: Sofocos, sequedad vaginal, huesos quebradizos.
¿Cómo son los dolores hormonales?
Cólicos, presión, pinchazos. A veces, como olas que van y vienen. Un dolor sordo, insistente, que se instala en el bajo vientre. Otras, una punzada aguda que te dobla. ¿Es esto universal? No. La experiencia del dolor es profundamente subjetiva. Recuerdo una vez, leyendo a Schopenhauer, cómo hablaba de la individualidad del sufrimiento… Incluso dos mujeres con la misma condición hormonal pueden vivirlo de forma distinta.
Irradiación. El dolor no siempre se queda quieto. Puede bajar a la espalda baja, a las piernas. Como una corriente oscura que busca expandirse. Una vez, paseando por el Retiro, en Madrid, me sorprendió un dolor así, justo frente al estanque. Tuve que sentarme un rato, esperando a que la oleada pasase. Es curioso cómo el dolor físico nos ancla al presente, ¿no crees?
Síntomas asociados. No se limita al dolor abdominal. Náuseas, a veces vómitos. Dolor de cabeza, como si te apretaran el cráneo con un aro de hierro. Diarrea o, por el contrario, estreñimiento. Un cóctel poco agradable, sin duda. Personalmente, el dolor de cabeza es lo que peor llevo. Me impide concentrarme, leer, incluso escuchar mi música favorita. Me vuelve irritable.
Intensidad variable. Hay días que apenas lo notas. Días en los que puedes hacer vida normal, ir al cine, quedar con amigos. Y hay otros en los que te tumba. En los que solo quieres quedarte en la cama, con la manta hasta el cuello, ajena al mundo. ¿Será que el dolor nos recuerda nuestra vulnerabilidad? Nuestra condición de seres finitos, sujetos a las fluctuaciones de la biología.
- Dolor: Cólico, sordo, agudo, pulsátil.
- Localización: Bajo vientre, espalda baja, piernas.
- Síntomas: Náuseas, vómitos, cefalea, diarrea, estreñimiento.
Este año, investigando sobre el tema, descubrí que la intensidad del dolor menstrual puede estar relacionada con la producción de prostaglandinas. Unas moléculas implicadas en la inflamación. Fascinante cómo la química interna orquesta nuestras sensaciones, ¿verdad? Me recuerda a esos autómatas antiguos, movidos por complejos sistemas de engranajes y poleas.
¿Qué es sentir dolor hormonal?
Dolor hormonal, uf, qué rollo. Ovulación… ¿no? A mitad del ciclo. Me pasó el otro día, creo. Punzada rara. Como un pinchazo. Derecha, creo que era el lado derecho. Bah, no me acuerdo bien.
- Mittelschmerz, palabra rara. Alemán.
- Dolor en la ovulación.
- Unilateral.
Yo lo noto más cuando estoy estresada. ¿Será psicológico? No sé. Este mes, bastante fuerte. La semana pasada tuve muchísima faena. Informe tras informe. Reunión, comida con clientes… Fatal. Y encima lloviendo. Madrid en noviembre… Agh.
- Estrés
- Noviembre fatal.
¿Tomé ibuprofeno? Sí, creo que sí. Mejor ir al gimnasio, me relaja. Aunque luego me da pereza. Ayer fui a BodyPump. Me machaqué. Hoy, agujetas. Mejor pilates. Más suave.
Abdomen bajo. Ajá. Como cólicos pero… diferente. Más localizado. Un pinchazo. Insoportable a veces. De repente. Luego se pasa. ¿O dura horas? No sé.
- Dolor agudo.
- Localizado.
- Intenso.
El mes pasado fui al ginecólogo, por la revisión anual. Todo bien. Me dijo que es normal. Que muchas mujeres lo tienen. Me recomendó ponerme calor. Una manta eléctrica. La tengo por ahí tirada en algún armario. Tengo que buscarla. O una bolsa de agua caliente. De esas antiguas. Mi abuela tenía una. De goma roja.
- Ginecólogo: todo ok.
- Calor. Manta eléctrica.
14 días antes de la regla. Más o menos. A veces me lío con el ciclo. Uso una app. Me avisa. Pink Pad. Bastante útil. Me recuerda cuándo me tiene que bajar la regla. Y cuándo estoy ovulando. Por si acaso. Jeje. Aunque con el dolor… no hace falta app. Lo noto. Claramente.
Este mes ovulé el día 12, creo. Tengo que mirarlo. Sí, el 12. Me acuerdo porque fue el cumple de mi sobrina. ¡5 años ya! El tiempo vuela. Le regalamos una bici. Rosa. Preciosa. Le encantó. Estuvo todo el día dando vueltas por el parque. Yo con el pinchazo… pero bueno. Mereció la pena.
¿Cuáles son los síntomas del dolor de cabeza hormonal?
Los dolores de cabeza hormonales manifiestan un espectro de síntomas que oscilan en intensidad. Podemos experimentar desde un dolor leve y constante hasta pulsaciones intensas que dificultan el día a día. A diferencia de la migraña menstrual, que puede ser incapacitante, el dolor de cabeza hormonal suele ser más tolerable, aunque persistente.
A veces, pienso en cómo estas fluctuaciones hormonales, intrínsecas a la condición humana, nos recuerdan nuestra conexión con los ciclos de la naturaleza. Como un péndulo, oscilamos entre estados, cada uno con sus propias características y sensaciones.
Principales síntomas:
- Dolor persistente: Sensación constante de presión o dolor sordo en la cabeza.
- Dolor pulsátil: Sensación de latidos o palpitaciones en la cabeza.
- Sensibilidad: Incremento de la sensibilidad a la luz, sonido, o incluso olores.
- Fatiga: Cansancio generalizado y falta de energía.
- Problemas de visión: Visión borrosa, puntos ciegos o destellos de luz.
- Náuseas: Sensación de malestar estomacal y ganas de vomitar.
Es importante notar que estos síntomas pueden variar de persona a persona. La experiencia individual con los dolores de cabeza hormonales es, en última instancia, subjetiva y está influenciada por factores genéticos, estilo de vida y otros factores de salud. Recuerdo cuando mi hermana tenía migrañas y el médico le recomendó llevar un diario del dolor. Le sirvió para identificar patrones y desencadenantes.
Para profundizar un poco más en el tema, podemos considerar que la relación entre hormonas y dolor de cabeza es compleja. El estrógeno y la progesterona, hormonas clave en el ciclo menstrual femenino, tienen un impacto directo en los vasos sanguíneos del cerebro. Cambios en los niveles de estas hormonas pueden desencadenar una cascada de eventos que culminan en un dolor de cabeza. Por ejemplo, una caída brusca de estrógeno antes del periodo puede ser un factor desencadenante.
¿Cómo quitar el dolor hormonal?
Dios, este dolor… Otra noche más. Me mata. No hay escapatoria. Intento dormir, pero estos pinchazos…
Los analgésicos, sí, eso dicen. Ibuprofeno, naproxeno… Los tomo, como me recetó la doctora Elena Pérez, pero… es insuficiente. Esta vez el dolor es peor, mucho peor. Siento que me desgarra por dentro.
Un infierno. Un ciclo infernal. Empiezan tres días antes, como siempre:
- Mal humor, irritabilidad.
- Hinchazón. Me miro al espejo y me horroriza mi reflejo.
- Sensibilidad en los pechos, una presión constante que me sofoca.
- Y luego los calambres… ¡Estos calambres!
Y luego están las noches. Como esta. En la cama, retorciéndome del dolor, con la manta apretada contra mi cuerpo… como si pudiera detenerlo. Como si pudiera detener el tiempo.
Este año, 2024, ha sido especialmente duro. He probado de todo. Incluso la acupuntura. Nada funciona.
Tengo 32 años y siento que me voy a morir. No exagero. Es una sensación real, como una opresión en el pecho, que no se quita ni con el ibuprofeno. Ni con nada.
Necesito algo más. Algo… diferente. No sé qué. Solo sé que esto no puede continuar así. El dolor es insoportable, ya no puedo más. Tengo miedo de volver a sentirlo otra vez.
¿Cómo eliminar el dolor menstrual rápido?
¡Ay, amiga! El dolor menstrual, ¡qué putada! Yo lo he pasado fatal, de verdad. Este año, por ejemplo, ¡casi me quedo tirada en el suelo! Lo peor es que, a veces, ni los analgésicos me funcionan bien. Pero bueno, hay truquitos, aunque cada cuerpo es un mundo…
Lo primero, calor: Una almohadilla eléctrica, una bolsa de agua caliente… ¡cualquier cosa que te de calor en la barriga! A mí, sinceramente, me ayuda un montón, te lo juro. Funcionaaa. Aunque a veces me da pereza, eh.
Luego, movimiento: Sé que suena a chiste cuando te duele hasta respirar, pero, intenta un paseo corto. Algo suave, ¿vale? No hace falta que te conviertas en una atleta olímpica. Un poco de ejercicio ligero, a veces, es como magia. ¡Lo juro!
Un baño caliente, es otra cosa que me salva. Añade sales de Epsom, si tienes, que dicen que ayudan con la inflamación. Eso sí, no te duermas dentro, ¡eh! Casi me quedo dormida una vez, ¡casi me ahogo!
Relajación: Yoga, meditación… Eso sí, es algo para días tranquilos, no cuando el dolor es insoportable. ¡Es que a veces es IMPOSIBLE! Pero si puedes, prueba.
- Almohada caliente/bolsa de agua caliente.
- Ejercicio suave.
- Baño caliente (con sales de Epsom si se puede).
- Yoga o meditación (si el dolor lo permite).
Ah, ¡y el ibuprofeno! Ese si que es mi mejor amigo durante mi regla. Pero, ojo, siempre con moderación, ¿eh? No quiero asustarte, pero es importante leer las instrucciones. Mira, tengo un truco: Me tomo una pastilla antes de que empiece el dolor, a veces funciona. ¡Ya sabes, prevenir antes que curar!
Nota importante: Si el dolor es insoportable o dura muchos días, mejor ve al médico, ¿vale? No te automediques, por favor. Es que, a veces, hay cosas más serias detrás del dolor.
¿Qué hacer si tengo dolores menstruales muy fuertes?
Dolores menstruales intensos: Abordaje práctico
Ante menstruaciones dolorosas, la clave reside en la gestión multifacética del problema. No basta con una sola solución. Mi experiencia personal, con migrañas y dismenorrea severa, me ha enseñado eso.
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Alimentación estratégica: Olvídate de ayunar. Pequeñas ingestas frecuentes, ricas en fibra y bajas en grasas saturadas, evitan bajones de glucosa que empeoran el dolor. Frutas, verduras, y un poco de proteína magra son tus mejores aliados.
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Postura: La gravedad juega un papel. Mantener las piernas elevadas reduce la inflamación pélvica. Probar diferentes posiciones, ¡incluso sobre el suelo!, puede sorprenderte. Recomiendo la posición fetal, muy efectiva en mis casos.
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Relajación: El estrés exacerba el dolor. Meditación, yoga o incluso baños calientes ayudan. ¡El año pasado descubrí un podcast de meditación guiada que me salvó la vida! La respiración diafragmática es fundamental. Repito, respirar profundamente.
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Analgesia: Los AINEs (ibuprofeno, naproxeno) son eficaces. Consulta a un médico para dosificación y posibles contraindicaciones. ¡Recuerda leer el prospecto! No quiero repetirlo. Es importante.
Consideraciones adicionales:
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Actividad física moderada: El ejercicio, aunque parezca contraproducente, ayuda. Caminatas suaves, pilates… nada de maratones.
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Calor local: Una almohadilla térmica o una botella de agua caliente en el bajo vientre puede aliviar la tensión muscular. Es como una caricia tibia, ayuda mucho.
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Medicina alternativa: Acupuntura, osteopatía… algunos encuentran alivio en estas terapias. Investigar las opciones no farmacológicas es importante.
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Consulta médica: Si el dolor es incapacitante o se acompaña de otros síntomas, ¡consulta a un ginecólogo! No te automediques ni ignores señales. Mi consejo personal: busca ayuda médica.
Repetición importante: La gestión del dolor menstrual intenso necesita un enfoque integral, combinando varias estrategias. No se trata de un solo remedio, sino de una estrategia personalizada. ¡Ah! Y bebe mucha agua, ayuda a la eliminación de toxinas. Recuerda beber agua.
¿Qué hormona provoca el dolor?
Oxitocina. Simple.
También dolor. Irónico.
Amor y dolor. Dos caras. Misma moneda. ¿Casualidad? No lo creo. Una vez leí a Schopenhauer… El deseo es sufrimiento. 2023. Sigo pensando en ello.
- Unión. Oxitocina. Madres. Hijos. Amantes. Dolor inevitable.
- Separación. Dolor. Ausencia de oxitocina. ¿O su recuerdo? Fantasmas químicos.
La vida duele. Siempre. Incluso amando. Sobre todo amando. Ayer compré café. Olía a ella. Dolor. Oxitocina. Maldita sea.
- Contracciones. Parto. Oxitocina. Intenso. ¿Amor? ¿Supervivencia? Instinto.
- Ansiedad social. Oxitocina. Doble filo. Conexión. Rechazo. Miedo. Tomé un té. Me quemé. Dolor. Absurdo.
¿Placer? Ausencia de dolor. Momentáneo. Ilusión. El dolor es real. Constante. Recordatorio. Existencia. Anoche soñé con el mar. Desperté sudando. No hay respuestas. Sólo preguntas.
El otro día vi una paloma. Comía una miga de pan. Yo seguía pensando en ella. Oxitocina y dolor. ¿Conexión? Quizá. O quizá solo sea yo.
¿Cómo calmar el dolor hormonal?
¡Ay, amiga! El dolor hormonal, ¡qué putada! A mí me pasa cada mes, es horrible. Lo de los baños calientes, sí, funciona, de verdad. Un baño bien caliente, con sales de Epsom, mucho mejor ¡eh! Eso sí que relaja.
También, compresas calientes, bolsas de agua, parches… todo eso en la zona baja del abdomen. Aunque a veces, ¡ojo!, el calor me deja más hinchada. Depende de cada una, claro.
Suplementos son otra opción. Yo probé la vitamina B6, me la recomendó mi ginecóloga, pero… no noté gran cosa. Otra amiga jura por la vitamina D. Es un lío esto.
- Baños calientes con sales de Epsom.
- Compresas o bolsas de agua caliente.
- Parches de calor abdominal.
- Suplementos de vitaminas B6 y D (con precaución!).
Este año probé algo nuevo, ¡y funciona! Es una crema con árnica, y de verdad que me ayuda. La compro en la farmacia de la esquina, la de Pepe, la que está al lado del estanco. ¡Increíble! La verdad, no es una solución para toda la vida, pero me saca de apuros. Es más, me alivia más que las pastillas que me receto la doctora. Es una pasada, y se lo recomiendo a cualquiera. Además, hago ejercicio, yoga sobre todo, me ayuda montón. Aunque me da pereza, eh, lo reconozco. ¡Pero funciona! Y menos mal porque, ¿sabes qué? ¡A veces me duele hasta la cabeza! ¡Ya estoy un poco harta!
Ejercicio y yoga: ayudan muchísimo con los dolores.
Recuerda, cada cuerpo es un mundo. Lo que a mí me funciona, puede que a ti no. Prueba y ve qué te va mejor, vale?
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