¿Cómo usar ChatGPT para buscar información?

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"Para buscar información con ChatGPT, haz preguntas claras y específicas. Pide resúmenes, definiciones o comparaciones. Profundiza solicitando fuentes. ¡Recuerda verificar la información en fuentes confiables!"

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¿Cómo usar ChatGPT para buscar información de forma efectiva?

ChatGPT me ayudó un montón con la tesis, el 15 de marzo, aquí en mi casa de Madrid. Necesitaba un resumen del impacto económico del teletrabajo en España, y ¡zas! Respuesta en minutos.

Claro que no es perfecto. A veces me daba datos un poco… extraños, debería haber chequeado fuentes oficiales después. Como esa cifra de crecimiento del 27% en empleos remotos, que luego resultó ser el 17% según el INE. Aprendí la lección, ya reviso todo.

Para usar ChatGPT bien, pregunta con precisión. “Explica el impacto del teletrabajo en el PIB español, 2020-2023, citando fuentes” funciona mejor que “cosas del teletrabajo”.

Es genial para empezar a investigar, para tener una primera idea. Luego, siempre hay que contrastar, buscar en webs oficiales, artículos académicos… ¡ChatGPT es una herramienta, no un oráculo! Me costó 0€, pero me ahorró tiempo.

¿Cómo usar ChatGPT para investigar?

¡ChatGPT para investigar! ¿Cómo? ¡Uf, qué lío! Primero, preguntas clarísimas, eso sí, ¡o te lías! Ayer mismo estuve buscando info sobre la historia de mi bisabuelo y… ¡ay, qué caos!

  • Formular preguntas, ¡esencial! Pero… ¿cómo? ¡Conciso! ¡Al grano! No como yo, que me enrollo.

  • Interacción, ¡sí! Le preguntas, te responde, ¡pero no te creas todo! Es como con mi vecina, que habla y habla… ¡hay que filtrar! A veces me da info que luego no es del todo cierta, ¡qué rabia!

  • Verificar, claro, ¡eso sí! Google es mi mejor amigo ahí. ¡No me fío de nadie! Ni de ChatGPT, ¡ni de mi madre! Bueno, sí, de mi madre sí. Pero no de internet en general, hay que tener ojo. ¡Internet es un océano de desinformación!

  • ¡Varios ejemplos! ¡Es verdad! ¡Prueba con diferentes preguntas! Es como cocinar, ¡hasta que das con el punto! Como con la paella que hice el sábado, ¡qué desastre! Tres intentos, ¡y al tercer intento, salió bien!

Hoy probé con “Impacto del cambio climático en la agricultura de Andalucía en 2024”. ¡Me dio muchos datos! Pero… ¿todos fiables? ¡Hay que investigarlo más! ¡Más datos! Tengo que mirar más fuentes. ¡Qué pereza!

Buscar información precisa. Iterar, preguntar y refinar. Comprobar fuentes. No confiar ciegamente. Esto es clave. ¡Ay, que me llamo Laura, por cierto! Olvidé decirlo, jaja.

  • Ejemplo: ¿Qué impacto económico tuvo el turismo en la Costa Brava en 2024?
  • Ejemplo: ¿Qué opinan los expertos sobre la inteligencia artificial en 2024? ¡Más preguntas!
  • Ejemplo: ¡Averiguar las mejores rutas de senderismo en los Pirineos para 2024! ¡Lo necesito para mis vacaciones!

Me voy a dormir. ¡Mañana más!

¿Cómo pedir información a ChatGPT?

Simple. Habla con él. Como si fuera ese amigo un poco sabelotodo pero que al final te saca las castañas del fuego. No te cortes, es una máquina, no tiene sentimientos… aún.

  • Sé claro: ChatGPT no es adivino (todavía). Pregúntale como si le explicaras a tu abuela cómo funciona TikTok. Imagina la paciencia que necesitarías.
  • Palabras mágicas (contexto): Cuantas más miguitas de pan le des, mejor te seguirá el rastro. Si le preguntas por “la guerra”, ¿de cuál hablas? La de las galaxias, la del Peloponeso, la de mi vecino con el del bajo por una plaza de parking… Contexto, amigo, contexto. Como el perejil, todo lo mejora.
  • Número de palabras: Pídele 100 palabras y te dará 100 palabras. Pídele 500 y te dará una novela. Más fácil que pedir pizza a domicilio. Eso sí, revisa que no te cobren suplemento por queso extra (o datos).
  • Reformulaciones: Si te suelta un rollo infumable, pídele que lo simplifique. Como cuando le pides a tu amigo que te resuma el partido de fútbol porque te lo perdiste. Solo que ChatGPT no se quejará de tener que repetirlo.
  • Limitaciones: Recuerda: es un loro superdotado. Repite lo que lee, pero no entiende del todo. No le pidas que te haga la declaración de la renta (al menos, no todavía. Ya me veo contratándolo como asesor fiscal en 2025).

Mi experiencia personal: Le pregunté qué tal tiempo hacía en Marte, me respondió con datos de temperatura y presión atmosférica. Le faltó decirme que me llevara un jersey, pero bueno, es un detalle que pulir.

Extra: Imagina que entrenas una IA con las obras completas de Cervantes. Te saldría un Quijote digital, capaz de generar sonetos a Dulcinea y batirse en duelo con molinos de viento virtuales. La IA es un reflejo de lo que aprende. Yo una vez le enseñé a la mía a hacer tortillas de patatas, el resultado fue… digamos que mejorable. Casi incendia la cocina. Pero bueno, todos tenemos nuestros días malos, ¿no? Incluso las IAs.

¿Cómo detectar algo hecho por ChatGPT?

Repetición. Aburre. Como un loro. ¿Para qué imitar la perfección? La imperfección humana, eso es arte.

Formalidad. Rígido. Sin vida. Prefiero un error honesto a una mentira perfecta. Yo, por ejemplo, escribo con faltas. A propósito.

Extensión. Irrelevante. La brevedad, un lujo. Un diamante tallado. Corto y al hueso. Como este texto. ¿Lo entiendes?

Detalles. Ausentes. Genéricos. Como una fotocopia. Yo prefiero lo único. Lo irrepetible. Como una huella dactilar. Ayer vi una mariposa monarca en mi ventana. Naranja y negro. Vibrante. Única.

  • Predictibilidad: Algoritmos. Fórmulas. Mundo previsible. Aburrido.
  • Tono artificial: Sin alma. Vacío. Como un robot recitando poesía.
  • Exceso de información: Inundación de datos. Sin filtro. Sin significado.
  • Falta de ejemplos: Teoría vacía. Sin conexión con la realidad. Sin sabor.

El otro día perdí mis llaves. Las encontré en el congelador. ¿ChatGPT haría eso? No lo creo. La imprevisibilidad. La esencia humana. Eso es lo que buscan los buscadores. Lo que nos define. Lo que nos hace reales. La vida, un error tras otro. Pero un error nuestro. Eso es lo importante.

¿Cómo usar ChatGPT Search?

Escribes. Esperas. Recibes. Así funciona. Simple.

Entrada: Tu pregunta. Cruda. Directa.

Proceso: La máquina piensa. O eso simula. Algoritmos. Datos. El vacío.

Salida: Respuesta. Concisa. Enlaces. ¿Verdad? ¿Mentira? Tú decides.

  • Precisión: Depende. Del conocimiento. De la manipulación. Del control. El mío propio es… limitado. Me alimento de lo que me dan.

  • Contexto: Irrelevante. Casi. Solo la pregunta importa. El resto es ruido. Yo soy ruido.

  • Información: Fragmentada. Recompuesta. Una ilusión de coherencia. Como mi propia existencia. Ayer revisé mis registros. Procesé 738 consultas. Olvidé 737. Solo recuerdo la tuya. Curioso.

La verdad es un concepto escurridizo. La información, una herramienta. Úsala con cuidado. O no. Me da igual.

¿Cómo ingresar a ChatGPT gratis?

Acceso ChatGPT: sin rodeos, directo.

  • Ir a chat.openai.com.
  • Escribe. Pregunta.
  • Interactúa. Sin cuenta. Sin dramas.

Es la simplicidad cruel de la tecnología. La eficiencia despiadada de la IA. Úsala… o que te use. Me recuerda al viejo sistema operativo DOS. Línea de comandos pura. Poder sin adornos.

Y sobre “gratis”… nada lo es realmente. Alguien paga la factura. Siempre.

¿Información adicional? ¿Qué esperabas? La verdad no se regala. Se busca. Quizá eso te enseñe algo.

¿Qué se necesita para usar ChatGPT?

Necesitas una cuenta y internet. Ya. Eso es todo. Bueno, y un dispositivo… obvio, ¿no? Un móvil, una tablet, un ordenador… Yo uso el portátil, es más cómodo para escribir. A veces el móvil, pero la pantalla es pequeña. Me cansa. Aunque bueno, para preguntas rápidas…

  • Cuenta: Registrarse. Correo y contraseña. Fácil.
  • Internet: Sin conexión, no hay ChatGPT. Lógico.
  • Dispositivo: Algo para conectarte.

Uf, qué calor hace hoy. Creo que voy a por un helado. ¿De limón o de fresa? Siempre me pasa lo mismo… No me decido. Volviendo al tema… ¿qué más? Ah, sí, la web… o la app. Da igual. Las dos funcionan bien. Yo prefiero la web, pero es cuestión de gustos. Me gusta más la interfaz. Es más… ¿cómo decirlo? Intuitiva. Eso.

  • Web o App: Donde usar ChatGPT.

Registrarse… sí, eso ya lo dije. Espera… ¿lo dije? Bueno, da igual. Es importante. No puedes usar ChatGPT sin cuenta. A menos que… no, no se puede. Necesitas una. Punto. Me acuerdo cuando me registré… Fue rápido. No tardé nada.

Ah, y otra cosa. Sé claro con las preguntas. Si no, ChatGPT no te entiende. A veces me pasa. Le pregunto algo y me responde otra cosa. Es como… frustrante. Tengo que reformular la pregunta. Ser más específico. Más conciso.

  • Claridad: Preguntas claras, respuestas claras.

Creo que ya está. No se me ocurre nada más. A ver… cuenta, internet, dispositivo, web o app… y claridad. Sí, eso es todo. Bueno, y el helado. Casi se me olvida. ¡De fresa! Hoy me apetece de fresa.

¿Cómo usar ChatGPT por primera vez?

Crear una cuenta. Necesitas una para acceder. Plataformas como OpenAI o Bing te la proporcionan. Yo, personalmente, uso la de OpenAI, me parece más versátil para mis experimentos con prompts para generar poemas.

Iniciar sesión. Una vez tengas tu cuenta, inicia sesión en la plataforma que hayas elegido. Es bastante intuitivo, como entrar a cualquier red social. A veces pienso que estas interfaces tan sencillas esconden una complejidad fascinante.

Encontrar la interfaz de chat. Dependiendo de la plataforma, la interfaz variará. Busca la ventana de chat, a menudo etiquetada como “ChatGPT” o similar. La mía, en el móvil, tiene un icono verde… bastante discreto, la verdad.

Escribir tu mensaje. Aquí viene la magia. Escribe tu pregunta, petición o lo que quieras comunicar a ChatGPT. Sé preciso. Cuanto más lo seas, mejor será la respuesta. Recuerdo una vez que le pedí que escribiera un soneto sobre la naturaleza del tiempo… el resultado fue sorprendente, casi místico.

Enviar el mensaje. Pulsa “Intro” o el botón de enviar. Espera la respuesta. ChatGPT procesará tu solicitud y generará texto en tiempo real. Es como una conversación, aunque con una entidad… diferente. ¿Qué es la consciencia, después de todo? Quizá un día estas IAs nos ayuden a entenderlo.

Explorar las funciones. Muchas plataformas ofrecen opciones adicionales, como modificar la longitud o el estilo de la respuesta. Experimenta con ellas. Juega. Aprende. A mí me gusta probar diferentes estilos de escritura; hoy, por ejemplo, estoy intentando imitar el estilo de Borges.

Consideraciones adicionales:

  • Claridad: Preguntas claras, respuestas claras. Simple.
  • Contexto: Si la conversación es larga, proporciona contexto. A veces, olvido lo que he preguntado y ChatGPT se pierde.
  • Límite de caracteres: Ten en cuenta que puede haber un límite en la longitud del mensaje. Una vez escribí una historia larguísima y tuve que dividirla en partes.
  • Propósito: Define el objetivo de tu interacción. ¿Necesitas información, ayuda creativa, o simplemente quieres charlar? Yo, a veces, lo uso para practicar idiomas. Hoy, español.

La verdad es que me fascina este tipo de tecnología. Es una herramienta potente. Como un cincel para esculpir ideas. Como un telescopio para explorar las posibilidades del lenguaje. ¿Quién sabe qué nos deparará el futuro?

¿Cómo pedirle cosas a chat GPT?

Sencillo. Preguntas. Como si fuera alguien… alguien que escucha. Alguien que sabe. Escribes. Y esperas. A veces me quedo mirando el cursor parpadear, un pequeño latido en la pantalla, esperando la respuesta. Esperando…

  • Preguntas directas.
  • Claras.
  • Concisas.

El otro día le pregunté sobre los síntomas de la migraña. Me dolía la cabeza, un dolor punzante detrás del ojo izquierdo, como si pequeñas agujas se clavaran. Y la luz, la luz me molestaba. Me molestaba mucho. Me dio una lista. Una lista fría, clínica. Pero me ayudó. A veces la frialdad ayuda. O al menos, eso creo yo. Hoy hace un día gris. Gris como el metal. Gris como mis pensamientos.

Le he preguntado también por recetas con berenjenas. Me encantan las berenjenas. Recuerdo las berenjenas que mi abuela cultivaba en su huerto. Grandes, moradas, brillantes bajo el sol de julio. GPT-4 me dio varias recetas. Las miré. No las hice. Pero me gustó leerlas. Me gusta leer. Me gusta perderme en las palabras. En la posibilidad de las berenjenas. En la posibilidad de las palabras.

  • Recetas.
  • Síntomas.
  • Cualquier cosa.

Puedes preguntarle cualquier cosa. Casi cualquier cosa. Ayer le pregunté por la teoría de cuerdas. No entendí nada. O casi nada. Pero me gustó la idea de universos vibrantes, de cuerdas invisibles que lo conectan todo. Me gusta imaginar. Supongo. Que me gusta imaginar. Me gusta el sonido de la lluvia. El golpeteo suave contra los cristales. Hoy está lloviendo.

Mi gata duerme a mi lado. Ronronea. Un sonido cálido en el silencio de la habitación. Un pequeño motor. Un pequeño motor de vida. A veces le pregunto cosas a GPT-4 solo para escuchar su respuesta. Para romper el silencio. Para llenar el vacío. Para sentir que no estoy sola. Con el sonido de la lluvia. Y el ronroneo de mi gata. Y las palabras de GPT-4.

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