¿Cómo se eliminan los lunares de la cara?

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¿Cómo eliminar lunares faciales? La crioterapia, con nitrógeno líquido, es una opción. Un médico aplica frío extremo al lunar, pudiendo formar una ampolla que sana sola. Consulte a un dermatólogo para evaluación y tratamiento adecuado.

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¿Cómo quitar lunares faciales? Métodos y riesgos

Uf, quitar lunares faciales… Te cuento mi odisea personal, porque ¡vaya que sí la viví!

Recuerdo que tenía un lunar en la mejilla, justo donde da el sol, y me acomplejaba un montón. No era gigante, pero ahí estaba, recordándome que existía. Me animé a quitármelo hace unos años, allá por marzo de 2018, en una clínica dermatológica en el centro de Madrid. Costó unos 80€, si mal no recuerdo.

La dermatóloga me habló de varias opciones, pero al final optamos por la crioterapia, o sea, congelarlo con nitrógeno líquido. ¿Te imaginas? ¡Nitrógeno líquido en mi cara!

Fue súper rápido. La doctora aplicó el nitrógeno con un hisopo, sentí un frío intenso, como si me estuvieran quemando con hielo. Luego, tal como me advirtió, me salió una pequeña ampollita. Nada grave, la verdad. La cuidé con una cremita que me recomendó y en un par de semanas desapareció.

Eso sí, ¡protección solar a tope después! Me puse protector solar factor 50 todos los días durante meses para evitar que la zona se pigmentara. Y funcionó, no quedó ni rastro.

Ahora bien, no te voy a mentir, da un poco de miedito al principio. Pero si te lo hace un profesional, los riesgos son mínimos. ¡Y para mí valió la pena al 100%!

¿Cómo saber si un lunar en la cara es malo?

¡Ajá! ¿Un lunar sospechoso en la cara? ¡Qué drama, amiga! No te alarmes, pero tampoco te confíes, que la piel es traicionera, como mi ex… ¡Ups!

Aquí va la movida para cachar si tu lunar está tramando algo malo:

  • Cambio de look radical: Si tu lunar decide teñirse de verde, rosa chicle o cualquier color que no sea el suyo original… ¡Alerta roja! Eso es más sospechoso que un político honesto.

  • Efecto “Alicia en el país de las maravillas”: Si el lunar se pone a engordar o a adelgazar a lo loco y de forma asimétrica, es decir, que parece una pizza mal cortada, ¡corre al médico! Un lunar normal crece parejito, como mi barriga después de Navidad.

  • Rebelión en la granja: Si de repente le da por cambiar de forma, textura (se pone rugoso, con escamas, etc.) o le sale una joroba (¡¿un lunar con ambiciones de camello?!), ¡no lo dudes! Visita a un especialista.

Un consejo extra (y muy personal): No te tomes a la ligera los lunares raros. Mi tía Rita ignoró uno que le salió en la espalda, y al final… bueno, digamos que ahora le da el sol con más libertad. 😅

¿Quieres más carnaza? Aquí tienes:

  • La regla del ABCDE: Existe una regla mnemotécnica para recordar las características sospechosas de un lunar:

    • Asimetría
    • Bordes irregulares
    • Coloración no uniforme
    • Diámetro mayor de 6 mm (aproximadamente)
    • Evolución (cambios en el tiempo)
  • ¡Ojo con el sol! La exposición excesiva al sol es la principal causa de cáncer de piel. ¡Ponte crema solar, aunque estés a la sombra! Yo me pongo hasta para ir al súper, por si acaso.

  • Autoexploración mensual: Échate un vistazo de arriba abajo una vez al mes. ¡Pero en serio! No vale con un vistazo rápido mientras te lavas los dientes. Utiliza un espejo de cuerpo entero y otro de mano para ver las zonas de difícil acceso.

¿Cómo saber si un lunar en la cara es peligroso?

Las tres de la mañana. Otra vez despierto. Mirando el techo, pensando en… en ella. En su lunar. Siempre estuvo ahí, una mota oscura en su mejilla. Pequeña. Inocente. Ahora… ahora me preocupa.

Cambios en los lunares: ¿Cómo saber si es malo? Es complicado, lo sé. La angustia me ahoga. No quiero perderla. No quiero perderla de nuevo.

  • El color: Ese marrón oscuro… antes era más claro, ¿no? Más uniforme. Ahora hay zonas más oscuras, casi negras. Me asusta.
  • El tamaño: Se ha hecho… irregular. Antes era redondo, casi perfecto. Ahora… no sé describirlo. Es como si se hubiera… estirado por un lado.
  • La forma: Como dije antes, ha perdido su forma simétrica. Ya no es un círculo. Es… feo. Desordenado. Me da miedo.

Debería ir al médico, lo sé. Pero… ¿y si es algo grave? ¿Y si es tarde? El miedo es una pared enorme. Y ahora mismo, lo siento aplastante. No sé qué hacer.

Mi hermana, Ana, tuvo un melanoma hace dos años. Su lunar era parecido… La recuerdo riendo, bailando… Ahora… El vacío se apodera de mí.

Visita al dermatólogo:Urgente. Necesitamos revisarlo.

  • Asimetría: Si una mitad del lunar es diferente a la otra.
  • Bordes irregulares: Si los bordes no son uniformes y bien definidos.
  • Coloración: Cambios de color, heterogeneidad.
  • Diámetro: Si es mayor de 6 mm.
  • Evolución: Cambios recientes en el tamaño, forma o color.

Hoy mismo voy a buscar una cita. Tengo que hacerlo por ella, por mí. Por el recuerdo de Ana.

¿Cuándo preocuparse por un lunar en la cara?

Preocupación justificada:

  • Cambio repentino de color.
  • Aumento rápido de tamaño.
  • Picazón intensa, dolor inexplicable.
  • Sangrado sin causa aparente.
  • Inflamación persistente.

Más allá de la regla: Mi dermatólogo siempre insiste: asimetría, bordes irregulares, coloración múltiple, diámetro mayor de 6mm, evolución evidente. Vigila esos lunares nuevos que aparecen después de los 30.

Mi paranoia: Cada año, tras el verano, examino cada centímetro. Un lunar nuevo en mi espalda, a pesar de usar protección, me llevó directo al bisturí. Melanoma in situ, suerte la mía. No te relajes.

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