¿Qué ventajas tiene el agua con sal?

¿Qué tan saludable es tomar agua con sal?

¡Ay, Dios mío! Agua con sal… ¿saludable? ¡Qué pregunta! Me acuerdo de mi abuela, siempre decía que un poquito de sal en el agua, después de un entrenamiento, ¡ayudaba! Pero, ¿cuánto es un poquito? Eso sí que es la clave, ¿no?

Exceso de sal, mal asunto. Eso sí lo tengo clarísimo. Me pasó el año pasado, después de una maratón… ¡uffff! Náuseas, vómitos… un desastre. Estuve días fatal. Claro que bebí mucha agua con electrolitos, ¡pero creo que me pasé con la sal!

¿Qué me pasó exactamente? Pues…

• Estómago revuelto.
• Mucha sed, ¡irónico, no?
• Debilidad.
• Dolores de cabeza.

¡Qué horror! Nunca más. Ahora me fijo mucho en el contenido de sodio en las bebidas deportivas. No quiero repetir esa experiencia.

El sodio es importante, ¡sí!, pero en su justa medida. Esencial para el funcionamiento del cuerpo, ¡pero el exceso… pufff! Deshidrata, o algo así me dijeron en la carrera popular. No sé, quizás hay otras cosas pero es que la verdad es que no me acuerdo.

Conclusión: Poca sal en el agua, ¡sobre todo si haces ejercicio! Mejor bebidas isotónicas, controladas. ¡Mi consejo!

• Más info: Consulté a mi médico de cabecera, el Dr. García, sobre esto mismo. Él me recomendó beber agua con electrolitos en vez de añadir sal directamente al agua.
• Otro dato: He leído artículos en la web de la Sociedad Española de Nutrición Comunitaria, bastante interesante.
• Y por último: ¡La clave está en la moderación!

¿Qué pasa si tomo agua con sal y limón todos los días?

¡Ay, madre mía, qué locura beber agua con sal y limón a diario! ¿Te imaginas? ¡Es como darle a tu cuerpo un tequilazo de vitaminas, pero sin la fiesta posterior!

Te deshidratas más de lo que te hidratas: La sal, ¡oh, la sal!, esa traidora, atrae el agua ¡desde tus propias células!, dejándote más seco que un mojón en el desierto. Es como si intentaras apagar un incendio con gasolina. ¡Un desastre!

Si eres deportista, olvídate: Recuperación? ¡Ja! Si te tomas eso después de entrenar, te vas a sentir como un cactus en pleno agosto. Piensa en ello, ¡es peor que una resaca monumental!

Beneficios? Pocos, si acaso: A lo mejor te sientes más “ligero” durante una hora, ¡pero luego la fiesta acaba y te das cuenta de tu error! Te lo digo yo, que una vez probé esa “poción mágica” y casi me desmayo.

En resumen, no lo hagas. A menos que quieras experimentar en tu propio cuerpo lo que debe sentirse al ser un salchicha deshidratada al sol.

¡Pequeño extra para que no te aburras! Cosas que pasan si te tomas esa infusión infernal:

• Tu cuerpo te pedirá a gritos un litro de agua, como si fuese un perro sediento en un desierto.
• Tus riñones trabajarán horas extras. Se quejan hasta el punto de que puedes oír su suplica de ayuda.
• Se dice que puede afectar el pH de tu estómago, ¡es como una bomba! Pero cuidado, ¡no son datos oficiales!

Recuerda: Esto es solo mi opinión después de mi gran y terrible experiencia. Consúltalo con un profesional si quieres evitar un drama digestivo, ¡no te fíes de mi solo porque escribo gracioso! Incluso, ¡consulta a tu abuela! Ella sabe más que nadie de estas cosas.

¿Qué hace en el cuerpo el agua con sal y limón?

Dios mío… esta noche… las cosas se sienten… pesadas. Como si el peso del mundo descansara sobre mis hombros. Y pensar en… en el agua con limón y sal…

El agua, la sal, el limón… una extraña poción que preparo cada mañana… me ayuda a sentirme… un poco mejor. Aunque a veces no sea suficiente. Claro que sí, lo sé, es placebo. Pero necesito sentir algo, ¿sabes? Algo que me haga creer que puedo controlar algo. Algo.

No es una cura mágica. Eso lo tengo clarísimo. Pero siento que… que ayuda. Ayuda un poco con…

• La inflamación, sí. Siento menos dolor en las rodillas ultimamente.
• Y… creo que también me ayuda con el sueño, aunque duermo fatal igual.

A veces pienso que todo es un engaño. Que todo es… una mierda. Pero la sal con limón… es un ritual. Un ritualcito mínimo para intentar combatir esa oscuridad que me invade cada noche.

A veces la mezcla me sabe horrible. Otros días me da un subidón, me siento más… liviana. Quizás sea sólo sugestión, pero… necesito creer. Necesito creer que hay algo que pueda hacer… para sentirme un poco mejor. Porque hoy, hoy me siento terriblemente sola. Terribles.

El limón y la sal ayudan a… a equilibrar… algo. No lo sé explicar bien. Pero ayuda. Al menos creo que sí. Es lo único que me queda.

La sal marina… es importante. No cualquier sal. Lo hago con sal marina, desde que mi abuela me lo dijo. Ella sabía tantas cosas…

2023 ha sido un año difícil. Difícilísimo.

• Perdí mi trabajo en abril.
• Mi gato, Lucas, murió en julio. Aun lo extraño.
• He peleado con mi hermano; no hablamos desde septiembre.

No sé qué más puedo hacer. Me siento perdida, confusa, como un barco a la deriva en un mar oscuro y tormentoso. El agua con limón y sal… es mi faro. Un faro débil. Pero un faro.

¿Cuántas veces se puede tomar el agua con limón y sal?

Agua con limón y sal. Moderación. Ya sabes, lo de siempre.

• Sin reglas fijas. Nadie te dirá “exactamente cuántas veces”.

• Escucha a tu cuerpo. Ese viejo truco.

• Un exceso… nunca es bueno. Ni siquiera de algo “sano”.

• Mi abuela decía: “Hasta la miel empalaga”. Ella sabía cosas.

La sal afecta la presión arterial. El limón, el esmalte dental. Piensa.

Aparte: vi un documental sobre la sal rosa del Himalaya. Marketing.

La vida es un péndulo. Equilibrio, supongo.

¿Qué efecto tiene el agua mineral con limón y sal?

Agua mineral con limón y sal: ¡qué mezcla más rara, pero a mí me funciona!

Era un día de calor infernal en Sevilla, agosto debe ser ilegal ahí. Estaba hasta arriba de gazpacho y pescaíto frito, lo típico. Me sentía hinchadísima, como un globo a punto de explotar.

Mi abuela, que sabe más que todos los médicos juntos, me preparó un vaso enorme con agua con gas, un chorrito de limón de su limonero y una pizca de sal gorda. “Pa’ la digestión”, me dijo.

• Primero: al principio pensé que me iba a sentar fatal.
• Luego: ¡sorpresa! La pesadez empezó a desaparecer. No sé si fue magia o la mezcla rara, pero me funcionó.

Y es que yo soy de digestiones lentas, lo reconozco. Después de las comilonas me siento fatal, como si tuviera un ladrillo en el estómago. A veces, incluso me da un retortijón horrible. Esa vez, con el agua de mi abuela, noté cómo la comida se movía, como que el cuerpo reaccionaba, ¡vaya!, y la sensación de estar llena hasta reventar se fue yendo poco a poco.

¿Que si cura el estreñimiento? Pues a mí no me hace ir corriendo al baño, pero sí que noto que me ayuda a regularme un poco, sobre todo si llevo días comiendo fatal.

Ahora bien, no es milagroso, tampoco te pienses. Si te comes un cocido entero, ni el agua con limón y sal te va a salvar.