¿Cómo se llaman las zonas oscuras de la superficie de la Luna?

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Las regiones lunares oscuras, conocidas como mares o maria, son extensas llanuras de basalto formadas por antiguos flujos de lava volcánica, contrastando con las tierras altas más claras y antiguas de la superficie lunar.
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Descubriendo los Mares Lunares: Las Llanuras Oscuras de la Luna

La superficie de la Luna, visible desde la Tierra, presenta un fascinante mosaico de zonas claras y oscuras. Mientras que las zonas claras son conocidas como tierras altas, las oscuras han recibido la denominación de “mares” debido a su apariencia similar a cuerpos de agua. Sin embargo, estos vastos y sombríos paisajes no son lo que parecen.

Las regiones lunares oscuras, científicamente conocidas como mares o maria (en plural), son extensas llanuras de roca ígnea llamadas basalto. Esta roca negra y densa se formó hace miles de millones de años por antiguos flujos de lava volcánica que inundaron las cuencas de impacto de la Luna.

A diferencia de las tierras altas lunares más antiguas y brillantes, que están formadas principalmente por anortosita rica en feldespato, los mares son relativamente jóvenes y planos. Su oscuridad proviene de su mayor contenido de hierro y titanio, lo que les da un tono más azulado o marrón cuando se ven desde la Tierra.

Los mares representan aproximadamente el 16% de la superficie total de la Luna. El mar lunar más grande, Oceanus Procellarum (Océano de las Tempestades), se extiende por más de 2.500 kilómetros (1.550 millas) de diámetro, mientras que el más pequeño, Mare Moscoviense (Mar de Moscú), tiene menos de 300 kilómetros (186 millas) de ancho.

Los mares se formaron durante los primeros mil millones de años de la historia lunar, cuando la Luna experimentó una intensa actividad volcánica. A medida que la lava fluía desde el interior de la Luna, llenaba las cuencas de impacto, creando las vastas llanuras que vemos hoy.

El estudio de los mares lunares ha proporcionado información valiosa sobre la historia geológica y tectónica de la Luna. El análisis de su composición y estructura nos ha ayudado a comprender los procesos volcánicos y de impacto que han dado forma a la superficie lunar a lo largo del tiempo.