¿Cuántos motores de cohete hay en Starship?

El coloso de acero inoxidable que promete revolucionar los viajes espaciales, Starship, se erige sobre una base de potencia bruta. Pero, ¿cuántos motores rugientes impulsan a esta bestia metálica hacia las estrellas? La respuesta, aunque sencilla, esconde una complejidad ingeniosa: seis motores Raptor, divididos en dos variantes para optimizar el rendimiento tanto en la atmósfera terrestre como en el vacío del espacio.

Tres de estos motores son los Raptor estándar (o Sea Level), diseñados para funcionar a nivel del mar. Su potencia descomunal, superior al doble del empuje generado por los motores Merlin del Falcon 9, permite a Starship vencer la gravedad terrestre y ascender a través de las densas capas atmosféricas. Esta versión del Raptor está optimizada para la presión atmosférica terrestre, maximizando su eficiencia durante la fase inicial del lanzamiento.

Los tres restantes son los Raptor Vacuum (o RVac), una versión modificada y aún más potente del Raptor estándar. Estos motores están diseñados específicamente para operar en el vacío espacial, donde la ausencia de presión atmosférica permite una expansión mucho mayor de los gases de escape. Su tobera considerablemente más grande, una característica distintiva fácilmente visible, es clave para alcanzar un impulso específico mucho mayor, esencial para las maniobras orbitales y los viajes interplanetarios.

La combinación de estos seis motores, tres Raptor estándar y tres Raptor Vacuum, proporciona a Starship la versatilidad y la potencia necesarias para cumplir su ambicioso objetivo: transportar carga y tripulación a destinos tan lejanos como Marte. Esta configuración dual, fruto de años de desarrollo e innovación por parte de SpaceX, representa un salto significativo en la tecnología de propulsión espacial y pavimenta el camino para una nueva era de exploración cósmica. La potencia combinada de estos motores no solo permite a Starship alcanzar la órbita, sino que también le otorga la capacidad de realizar maniobras complejas en el espacio profundo, cruciales para aterrizar en otros planetas y regresar a la Tierra. Este diseño de propulsión, junto con la capacidad de reabastecimiento en órbita, es lo que diferencia a Starship y la posiciona como una pieza fundamental en la futura expansión de la humanidad en el cosmos.

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