¿Cómo se pone a secar el pescado?

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Tras salar el pescado en capas durante 24 a 36 horas, se escurre y se lava. Luego, se extiende sobre plataformas de bambú para un secado natural que puede durar de unos días hasta una semana, dependiendo de las condiciones climáticas.

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El Arte Ancestral del Secado de Pescado: Un Proceso Natural y Delicado

El secado de pescado es una técnica de conservación milenaria que ha permitido a comunidades de todo el mundo disfrutar de este valioso alimento durante largos periodos. Más allá de una simple deshidratación, el proceso implica una serie de pasos cuidadosos que transforman el pescado, intensificando su sabor y prolongando su vida útil. A continuación, exploraremos una etapa crucial en este proceso: la preparación y el secado propiamente dicho.

Más Allá de la Sal: El Escurrido y Lavado Preliminar

Antes de exponer el pescado al sol y al viento, es fundamental prepararlo adecuadamente. Después de la salazón, un proceso que dura entre 24 y 36 horas, donde el pescado se cura en capas de sal para extraer la humedad y inhibir el crecimiento de bacterias, llega el momento de eliminar el exceso de sal.

Este paso es vital, ya que una cantidad excesiva de sal puede hacer que el pescado sea incomible. El proceso de eliminación de sal consta de dos fases:

  • Escurrido: El pescado se coloca en un lugar inclinado, permitiendo que el exceso de salmuera, la solución de agua y sal extraída del pescado, se drene por completo. Este escurrido inicial prepara al pescado para el lavado.

  • Lavado: Con agua limpia y fresca, se lava cuidadosamente cada pieza de pescado para remover la sal adherida a su superficie. Es crucial no ser excesivo con el lavado, ya que el objetivo no es eliminar toda la sal, sino reducirla a niveles aceptables. La cantidad de agua utilizada y la duración del lavado dependerán del tamaño y tipo de pescado, así como del grado de salazón deseado.

El Arte de la Exposición: Secado Natural sobre Bambú

Una vez escurrido y lavado, el pescado está listo para la fase de secado. Tradicionalmente, se utilizan plataformas de bambú, elevadas del suelo, para este propósito. El bambú, con su ligereza, resistencia y permeabilidad, permite una óptima circulación del aire alrededor del pescado.

El proceso de secado es una danza con la naturaleza. La duración del mismo varía considerablemente, desde unos pocos días hasta una semana, dependiendo principalmente de dos factores:

  • Condiciones Climáticas: La temperatura, la humedad y la intensidad del sol juegan un papel fundamental. Un clima seco, soleado y con buena ventilación acelerará el proceso. Por el contrario, un clima húmedo y nublado lo ralentizará, aumentando el riesgo de que el pescado se eche a perder.

  • Tamaño y Tipo de Pescado: El tamaño de las piezas y el tipo de pescado también influyen en el tiempo de secado. Pescados más grandes o con mayor contenido de grasa requerirán más tiempo para deshidratarse completamente.

Durante el proceso de secado, es importante monitorear el pescado regularmente, girándolo para asegurar un secado uniforme. También es crucial protegerlo de insectos y animales, ya sea mediante mallas o simplemente vigilando constantemente.

El resultado final es un producto con un sabor concentrado, una textura firme y una durabilidad notable. El pescado seco, preparado con cuidado y conocimiento, es un testimonio del ingenio humano y su capacidad para trabajar en armonía con la naturaleza. Esta técnica ancestral no solo preserva un alimento vital, sino que también transmite un legado cultural de generación en generación.

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