¿Cómo recuperar el estómago después de un virus?

¡Ay, un virus estomacal! ¿Quién no ha pasado por esa horrible experiencia? Esa sensación de vacío, el cuerpo débil… ¿Recuerdan esa vez que…? Bueno, no importa. Lo que sí importa es cómo te recuperas. No es solo cuestión de “volver a la normalidad”, sino de mimar a tu pobre estómago, que ha sufrido lo suyo.

Me acuerdo una vez que estaba de viaje, ¡en pleno Machu Picchu!, y me agarró un virus así. Fatal. Aprendí a la mala la importancia de la rehidratación. No cualquier líquido, eh. Tiene que ser algo con baja osmolaridad, o sea, que se absorba bien. Y que tenga sodio, potasio, cloro… ¡y zinc! ¿Zinc? Sí, créanlo. Parece que ayuda un montón. Yo me acuerdo que tomaba suero oral como si fuera agua. Es que, ¿qué otra cosa te queda cuando estás así?

Y la comida… ¡otro tema! Nada de grasas ni cosas pesadas, claro. Después del Machu Picchu, por ejemplo, solo podía tolerar un poquito de arroz blanco y plátano. Poquito a poquito, para ir reponiendo las calorías y los nutrientes que perdí con… bueno, ya saben, con la diarrea y los vómitos. No es bonito hablar de eso, pero es la realidad, ¿no?

Leí por ahí, no me acuerdo dónde, que la mayoría de la gente pierde una cantidad importante de electrolitos con estos virus. No recuerdo la cifra exacta, pero era algo impactante. Por eso es tan importante reponerlos. Y con “reponerlos” no me refiero a comer cualquier cosa. Tiene que ser algo saludable, nutritivo, que le dé a tu cuerpo lo que necesita para recuperarse. Como si fuera un bebé, ¿se entiende? Hay que cuidarlo, mimarlo… ¡consentirlo!

Así que ya saben, si les agarra un virus estomacal, ¡a cuidarse! No se olviden de la rehidratación, de la comida suavecita… y mucha paciencia. ¡Que se mejoren!