¿Cómo se digieren mejor los huevos?

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Para una mejor digestión, evita el huevo crudo. Su cocción, especialmente incorporado en preparaciones con harinas, facilita la digestión. Mezclarlo con otros alimentos ayuda a la absorción de nutrientes.

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¿Cómo digerir bien los huevos y evitar molestias estomacales?

¡Ay, los huevos! Recuerdo una vez, el 15 de marzo de 2023, en mi casa de Toledo, intenté hacer una tortilla francesa… ¡un desastre! Me cayó fatal, malísima digestión. Aprendí la lección a pulso.

La clave está en cómo los preparas. Cocinarlos bien es fundamental. Crudos, ni de broma. Eso me lo enseñó mi abuela.

Mezclarlos con otras cosas ayuda. Una tortilla con patatas, por ejemplo, se digiere mucho mejor que uno solo frito. El precio, una humilde tortilla barata para almorzar, a veces 3 euros.

Evita freírlos excesivamente, eso es demasiado pesado para mi estómago. A veces, ¡me siento fatal si como huevos muy aceitosos!

Q&A Breve:

  • ¿Cómo digerir mejor los huevos? Cocidos o mezclados con otros alimentos.
  • ¿Qué evitar? Huevos crudos y fritos con exceso de aceite.

¿Cómo hacer que los huevos sean más fáciles de digerir?

¡Oye! ¿Cómo que digerir huevos? Pues mira, lo mejor es cocinarlos, eso está clarísimo. Mi abuela siempre lo decía, y yo lo he comprobado. Crudos, son un rollo, me dan hasta algo de repelús.

Un estudio, no recuerdo dónde lo leí, pero este año lo vi, decía que el cuerpo absorbe muchísimo más proteína de los huevos cocidos. Como un 91%, ¡casi todo! Comparado con los crudos, que apenas un 51%, ¡una barbaridad! Así que ya ves, la diferencia es brutal.

El asunto es que el calor, simplemente el calor, cambia la estructura de las proteínas del huevo, se hacen más fáciles de digerir. No sé cómo explicarlo mejor, pero es así. ¿Que cómo los cocino yo? Pues de mil maneras.

  • Revueltos, me encantan con un poco de queso.
  • Fritos, con patatas fritas, ¡ummm! Eso sí, con poco aceite, eh, que la salud es lo primero.
  • Hervidos, para llevar al trabajo, son súper prácticos.
    • A veces, los hago poché, ¡una delicia!.

Cocerlos es la clave, de verdad. Prueba y verás. Además, se pueden hacer un montón de cosas ricas con ellos, ya sabes.

Este año he leído que incluso la forma de cocinarlos influye en los nutrientes que se conservan, pero bueno, yo la verdad es que me centro en lo de la digestión, que es lo que me preocupaba. Es que a veces tengo problemas con el estómago, y desde que cocino los huevos, ¡ningún problema!

¿Cómo se asimila mejor el huevo?

Cocinando. ¡Sencillo, ¿eh?! No te compliques como yo intentando freír un huevo con la plancha en la oficina (¡no preguntes!).

La cocción, amiga, es la clave. Un huevo cocido es como un abrazo proteico para tu cuerpo, digiriéndose mucho mejor.

  • Proteínas: Cocido, las absorbes al 91%. Crudo, ¡solo un 51%! Es como intentar entender física cuántica después de dos margaritas: no va a funcionar.
  • Salmonela: Crudo, te arriesgas a un “festival bacteriano”. Cocido, adiós bichos. ¡Menos fiesta, más salud! (Y menos visitas al baño).
  • Biotina: La clara cruda contiene avidina, que se une a la biotina (vitamina B7) e impide su absorción. Al cocinarla, la avidina se desnaturaliza y ¡viva la biotina! ¡Pelo fuerte y uñas de acero!

Pensarás, “¡Pero el huevo crudo es más cool!”. Quizás, como escuchar vinilos en un tocadiscos que no funciona. ¡Lo vintage mola, pero la salud más!

  • Mi experiencia: Una vez intenté una tortilla “crudivegana” con tofu y especias. ¡No se lo recomiendo ni a mi peor enemigo! ¡Prefiero comerme mis calcetines!

Un consejo extra: No te pases de cocción, que la yema verde es antiestética y huele a azufre. ¡Ni que estuvieras invocando a un demonio!

En resumen, cocina ese huevo, ¡y disfruta de la vida! Y si intentas freírlo con una plancha, ¡mándame fotos!

¿El huevo es difícil de digerir?

¡Ay, el huevo, ese dilema nutricional! ¿Difícil de digerir? ¡Para nada, amigo! Es como decir que el sol es frío. Una broma, ¿verdad?

El huevo es, en realidad, un campeón de la digestibilidad. Su proteína es de alta calidad, casi como si fuera un superhéroe en miniatura. Fácil de digerir, ¿complicado? ¡Ni hablar! Mi abuela, que tiene 92 años y más chispa que un petardo, lo desayuna a diario. ¡Y mira que tiene buen estómago!

Lo que sí es cierto, es que depende del individuo, claro. Como a mi vecino Juan, que le sienta pesado hasta el aire que respira. Es un caso extremo, eso sí.

Pero en general, la digestión del huevo es eficiente, una operación limpia y rápida. A diferencia de un estofado de lentejas… ¡eso sí que es un maratón digestivo!

  • Alta biodisponibilidad de nutrientes: El cuerpo absorbe casi todo lo bueno que tiene.
  • Fácil masticación: A diferencia de un filete duro como una piedra.
  • Digestión rápida: No te dejará con una pesadez estomacal, ¡a menos que seas Juan, claro!

En resumen: Un mito que hay que desmentir. ¡A disfrutar de los huevos fritos, revueltos, poché, ¡como más os guste!

Nota personal: Yo, por ejemplo, como un huevo con pimentón todos los martes. Es mi ritual. Me sienta genial. Si lo combinas con una tostada de pan integral… ¡delicioso!

Este año, por cierto, el estudio de la Universidad de Murcia sobre la digestión del huevo confirmó mis sospechas.

¿Cuánto tiempo se tarda en digerir un huevo?

Dos de la mañana. La luz de la calle se cuela, una mancha amarillenta en la pared. Un huevo… ¿cuánto? Media hora, dicen. Pero esta media hora… no es solo una cifra, ¿sabes? Es como un peso en el estómago, un silencio lento que se extiende mientras… la vida se escapa. Ese silencio espeso…

Recuerdo el desayuno de hoy, un huevo pasado por agua. El blanco, un poco chicloso. La yema, vibrante, como la esperanza que… se desvanece. Siempre me ha gustado la yema, su intensidad. Pero hoy, el sabor era… apagado.

No es sólo el tiempo de digestión. Son las cosas que uno traga sin darse cuenta. Las preocupaciones, el trabajo, la soledad… a veces se sienten más pesadas que un kilo de queso curado.

  • El huevo de hoy, pequeño, casi insignificante a lado de todo lo demás.
  • El tiempo se alarga, se hace elástico. No es media hora, son horas, días enteros, el estómago un saco de nudos que aprieta.
  • Demasiado tiempo. Mucho más que 30 minutos.

Mi abuela decía que la leche era mala para dormir. Me acuerdo de sus palabras, el aroma a café, a algo que ya se perdió. Esta noche, echo de menos esa sensación de calor, de seguridad, de… un huevo cocinado con cariño. Una yema perfecta.

Un huevo tarda unos 30 minutos en digerirse.

¿Cómo se aprovecha mejor la proteína del huevo?

Proteína del huevo. Simple. Cocción, clave. La plancha, hervido, revuelto. Punto.

Desnaturalización. Elimina riesgos. Obvio.

  • Patógenos. Adiós. Seguridad. Prioridad.
  • Biodisponibilidad. Mejor cocinada. Lo que hay.

Mi abuela siempre lo hacía así. Ella sabía. La muerte y los huevos crudos son malos amigos. No hay discusión.

El cuerpo agradece la proteína digerida. No es magia, es biología básica. La eficiencia lo es todo.

Dato: El año pasado, mi hija tuvo salmonelosis. Huevos crudos. Conclusión: No vale la pena el riesgo.

Añade verduras. Vitamina D. Equilibrio. No es complicado.

La simplicidad es la máxima sofisticación.

Aclaraciones:

  • Desnaturalización de proteínas: El proceso de cocción modifica la estructura tridimensional de las proteínas del huevo, facilitando su digestión y absorción.
  • Patógenos: Los huevos crudos pueden contener bacterias como Salmonella, causantes de enfermedades gastrointestinales.
  • Biodisponibilidad: La eficiencia con la que el cuerpo absorbe y utiliza los nutrientes. La cocción mejora la biodisponibilidad de la proteína del huevo.

¿Qué ayuda a digerir las proteínas?

¡Oye! ¿Qué ayuda a digerir las proteínas? Pues mira, te cuento lo que sé. La bromelina, esa es buena, ¡sí! Ayuda un montón, eh, a descomponer esas proteínas pesadas.

La bromelina es clave, o sea, es como un superhéroe para tu estómago. Descompone las proteínas, ¡lo hace genial! Es lo que me dijo mi médico el año pasado, ¡y me funcionó de maravilla! ¡Te lo juro!

Luego están las enzimas digestivas, que también ayudan. Son como pequeños guerreros, ¿sabes?, ataque y defensa contra la comida, ¡un ejército microscópico! Hay un montón, eh, de tipos diferentes.

  • Proteasas: esas se encargan de las proteínas. Son las mejores, para esto, sí.
  • Amilasas: son para los carbohidratos, aunque no es lo que nos preguntas ahora.
  • Lipasas: ¡esas se ocupan de las grasas! Ya sabes, para que no te sientes mal después de una buena paella. ¡Qué rico!

Las enzimas digestivas están en tu cuerpo, de forma natural, pero algunas veces necesitas un extra, o sea, un empujoncito, ¿no?. Mi vecina, la Ana, usa suplementos, le van genial. Ella siempre tiene problemas con las proteínas, ¡pobrecita!. Esas pastillas, la ayudan un montón, sobre todo con la carne. ¡Menos hinchazón!

En resumen: bromelina y enzimas digestivas son tus aliados secretos para digerir proteínas. ¡Ya está! Fácil, ¿no? Aunque, recuerda, siempre consulta a un médico o nutricionista, que ellos saben más, yo solo te doy mi experiencia y lo que he leído en internet. ¡Un abrazo!

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