¿Cómo se llama cuando comes mucho y te hace mal?

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Se conoce como atracones cuando una persona ingiere grandes cantidades de comida en poco tiempo, sintiéndose fuera de control y experimentando molestias o malestar físico después.

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Más allá de la saciedad: ¿Qué es un atracón y por qué nos hace mal?

Comer es una necesidad básica, un placer y una parte fundamental de nuestra cultura. Sin embargo, cuando la línea entre el disfrute y el exceso se desdibuja, podemos encontrarnos en un territorio peligroso para nuestra salud física y emocional. ¿Te has sentido alguna vez completamente lleno, incluso incómodamente lleno, después de comer una gran cantidad de alimento en poco tiempo? Esa sensación, acompañada a menudo de culpa, malestar e incluso dolor, puede ser indicio de un atracón.

Aunque a veces usamos la expresión “me di un atracón” de forma coloquial para describir una comida abundante, un verdadero atracón va más allá de una simple indulgencia. Se caracteriza por la ingesta de una cantidad de comida significativamente mayor a la que la mayoría de las personas comería en un periodo de tiempo similar, bajo circunstancias parecidas. Lo crucial es la sensación de pérdida de control durante el episodio, como si no pudiéramos parar de comer aunque queramos.

Este comportamiento no se limita a un tipo de alimento en particular. Puede involucrar desde alimentos “saludables” hasta aquellos considerados “poco saludables”, y a menudo se realiza en secreto, acompañado de sentimientos de vergüenza y culpa. A diferencia de la sensación de plenitud satisfactoria después de una comida nutritiva, un atracón deja tras de sí una serie de consecuencias negativas:

  • Malestar físico: Dolor abdominal, náuseas, hinchazón, indigestión y fatiga son comunes después de un atracón. El cuerpo se esfuerza por procesar la gran cantidad de alimento ingerido, lo que puede generar molestias significativas.
  • Impacto emocional: La culpa, la vergüenza y la baja autoestima son frecuentes compañeros del atracón. Este ciclo negativo puede afectar la imagen corporal y la relación con la comida.
  • Problemas de salud a largo plazo: Los atracones recurrentes pueden contribuir al desarrollo de obesidad, diabetes tipo 2, enfermedades cardiovasculares y trastornos digestivos.

Es importante diferenciar un atracón ocasional de un Trastorno por Atracón (TA). Si los episodios de atracones se repiten con regularidad (al menos una vez por semana durante tres meses), acompañados de angustia emocional y sin el uso de conductas compensatorias como vómitos o ejercicio excesivo (a diferencia de la bulimia nerviosa), es fundamental buscar ayuda profesional. Un profesional de la salud mental, como un psicólogo o psiquiatra especializado en trastornos alimentarios, puede proporcionar el diagnóstico y tratamiento adecuado.

Reconocer la diferencia entre una comida abundante y un atracón es el primer paso para abordar el problema. Si te identificas con esta descripción, recuerda que no estás solo y que existen recursos disponibles para ayudarte a recuperar una relación sana con la comida y contigo mismo.