¿Qué enfermedad es cuando sientes un hueco en el estómago?
"La sensación de un hueco en el estómago podría indicar una perforación gástrica o duodenal, una emergencia médica. Usualmente, es causada por úlceras, a menudo vinculadas a la bacteria Helicobacter pylori."
- ¿Cómo saber si tu pareja está contigo por amor o costumbre?
- ¿Qué causa la sensación de vacío en el estómago?
- ¿Por qué siento que he vaciado el estómago?
- ¿Cuándo se considera que el estómago está vacío?
- ¿Cuántas horas después de comer el estómago está vacío?
- ¿Cuánto tarda en cerrarse el estómago por no comer?
¿Qué enfermedad causa sensación de vacío en el estómago?
¡Uf! Vaya pregunta. Sensación de vacío en el estómago… Me recuerda a cuando me diagnosticaron gastritis. No sé si será lo mismo, pero la sentía así.
Investigando un poco, una perforación estomacal o duodenal es una emergencia médica. Imagínate el susto. La principal culpable de esto suelen ser las úlceras, y estas a menudo son causadas por una bacteria llamada Helicobacter pylori. ¡Qué nombrecito!
Yo recuerdo que mi doctor, un señor muy amable en el centro de salud por la calle San Martín, me explicó que casi todos los que tienen úlceras tienen esta bacteria viviendo en su interior. ¡Quién lo diría!
Información breve y concisa:
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¿Qué causa sensación de vacío en el estómago? Una perforación, una emergencia médica.
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¿Qué causa las úlceras que llevan a la perforación? Infección por la bacteria Helicobacter pylori.
¿Qué pasa si siento un vacío en el estómago?
¡Ay, amigo, ese vacío en el estómago! No te creas que es un agujero negro que te tragará, aunque a veces lo parezca. Es la ansiedad, ¡qué puñetas! Como si tu estómago hiciera huelga y te dejara con el rugido de un león hambriento, pero sin la comida.
¡Y la acidez! ¿Acidez sin causa aparente? ¡Eso es la guinda del pastel de la ansiedad! Es como si tu cuerpo decidiera hacer una fiesta ácida sin invitarte.
Sufres de ansiedad estomacal, un mal del siglo XXI. Más común que encontrar un billete de 50 euros en la calle (que, por cierto, me pasó ayer, ¡qué suerte!).
- Síntomas: Náuseas, ¡como si hubieras comido un plato de calcetines! Sudoración, como si hubieras corrido una maratón persiguiendo a un unicornio. Dolor de cabeza, ¡como si te hubiera dado un martillo en la cabeza!
- Afecta a todos: Niños, adultos, hasta mi perro, Bruno, parece que tiene ansiedad estomacal, ¡el pobre!
- Solución: Ve a un médico, ¡no te automediques! Aunque ayer probé con un chupito de tequila…no lo recomiendo.
En serio, ve al médico. No te digo que sea una solución mágica, pero es mejor que intentar calmar el vacío con patatas fritas (lo he intentado, no funciona). A mi prima le recetaron yoga…¡yoga! Dice que le ayuda a conectarse con su “centro”. Yo sigo con mi tequila, jajaja, broma, broma.
¡Ah, casi lo olvido! Ayer mismo me di cuenta de que mi vecino, Paco, también sufre de ansiedad estomacal. Resulta que se estresa con los pájaros, dice que le cantan demasiado alto! Lo curioso es que su casa está a una hora de la selva amazónica. ¡El caso es que ahora compartimos remedios caseros inútiles!
¿Cómo quitar la sensación de hueco en el estómago?
¡Uy, el estómago! A mi me pasa, a veces siento como un vacío, ¿sabes? Un hueco horrible, ¡qué horror! Y esos gruñidos, ¡ay dios! Suenan como un oso hambriento, juro que mi vecina ya se queja.
Toma agua, mucha agua. A veces es solo deshidratación, tonta, pero es cierto. Es lo primero que hago, en serio. Como un litro rapidísimo, no es broma.
Come algo, algo liviano. Un plátano, una galleta… no hace falta un festín, aunque a veces sí me da el antojo de un buen bocadillo de jamón. No exageres.
Mastica, ¡mastica bien! Como una vaca, si, como una vaca. Lento. Así la digestión es mejor, lo juro, y el estómago se calma. Es básico, muy básico, de verdad.
Cuidado con el azúcar, el alcohol y esas cosas ácidas. ¡Esos son los peores enemigos! Me dan acidez y malestar, lo he comprobado. A mi me pasa con el tomate, es horrible.
Evita los gases. Legumbres, bebidas gaseosas… ufff, eso provoca un desastre, ¡terrible! Ya sabes.
Si es algo serio, al médico. No te automediques, eh. A mi una vez me pasó algo similar y al final era una intolerancia a la lactosa. ¡Imagínate! Una alergia de esas.
Controlar las porciones es clave. No te atiborres, come despacio, saborealo todo. Esto lo aprendí de mi abuela, es un consejo de oro.
¡Muévete! Caminata, baile, lo que sea, ¡pero muévete! La actividad física ayuda a todo, creo yo. Hasta a la digestión, claro.
- Hidratación: Agua, agua, agua ¡todo el día!
- Alimentos ligeros: Frutas, galletas, un yogurt…
- Masticación lenta: Como una vaca, te lo digo en serio.
- Eliminar irritantes: Azúcar, alcohol, cítricos… ¡los que te den malestar!
- Control de gases: Evita los culpables, ya sabes cuáles son.
- Revisar intolerancias: Ve al médico si es algo recurrente. A mi me pasó.
- Porciones pequeñas: ¡No te atiborres!
- Actividad física: Ayuda con todo, ¡es genial!
Este año, me pasó algo similar, y fui al médico. Me diagnosticaron una intolerancia a la fructosa que no me habían diagnosticado antes. ¡Qué lata!
¿Qué significa que el estómago suena hueco?
Que el estómago “suene hueco” al auscultarlo sugiere la resonancia de los sonidos intestinales a través del abdomen. Los intestinos, al ser estructuras tubulares, actúan como resonadores, similar a las tuberías de agua.
La mayoría de los ruidos abdominales son manifestaciones de la peristalsis, el movimiento muscular que propulsa el contenido digestivo. Así que, ¡relájate! Es tu cuerpo haciendo su trabajo.
- Peristalsis: Contracciones musculares que impulsan la comida.
- Auscultación: Técnica de escuchar los sonidos internos del cuerpo con un estetoscopio.
A veces, esos “huecos” pueden estar amplificados por el gas, producto natural de la fermentación bacteriana en el intestino. ¿Recuerdas la última vez que comiste legumbres?
Si te preocupa, considera que la frecuencia e intensidad de los ruidos varía según el estado digestivo, desde el hambre voraz hasta la saciedad total.
La cavidad abdominal se encuentra tapizada por el peritoneo. Es como el papel de envolver de nuestros órganos.
Información adicional: Un silencio prolongado (más de dos minutos) podría indicar un problema.
¿Cómo se manifiesta la ansiedad en el estómago?
Malestar. Presión. Vacío. Eso es el estómago con ansiedad. Simple.
- Dolor. Agudo. Constante. A veces, un hormigueo insoportable.
- Digestiones… lentas. Pesadas. Un plomo en el bajo vientre. La comida, una tortura.
- Hinchazón. Como un globo. Incomodidad. Irritación.
- Diarrea. O al revés. Estreñimiento. El cuerpo traiciona. Siempre.
El estómago, un fiel reflejo del alma. Lo que callas, grita ahí. Mi propia experiencia: 2023, un infierno estomacal. Nada nuevo.
Náuseas. Arcadas. Asco. Incluso sin comer. El cuerpo se rebela. Un malestar existencial, digerido con ácido. La ansiedad no es algo que se cura, se gestiona.
Vómitos. Sí, también eso. Desesperación pura. Vaciamiento. Literal y figurado. No solo es una cuestión fisiológica. Es una cascada de reacciones en cadena. El tracto digestivo, una carretera llena de baches.
Nota: He omitido algunos detalles, incluso para mí, es algo… desagradable. La mente y el cuerpo, unidos en la miseria.
La angustia, un círculo vicioso. 2023, terapia intensiva. Todavía lo gestiono.
¿Por qué siento el estómago vacío?
¡Ay, ese vacío estomacal! Como si te hubieran robado la comida del alma, ¿verdad? No te preocupes, no eres el único. Es la moda actual: tener el estómago más vacío que la cartera de un político en campaña.
Posible culpable: la ansiedad. Esa ladrona silenciosa que te deja con el estómago encogido, como un acordeón usado. A mí, me pasa cuando tengo que presentar ante un público numeroso; me siento como si tuviera un ejército de hormigas marchando por mi tracto digestivo.
¿Acidez? Eso es como una pequeña guerra civil en tu interior, entre el ácido y tu pobre estómago. Un combate que a veces se gana, otras… ¡zas! ¡Te pilla desprevenido!
- Ansiedad: ¡El rey de los estómagos vacíos! Causa dolores, náuseas, ¡y hasta el síndrome del intestino irritable!
- Estrés: El eterno compañero de la ansiedad. Es una pesadilla en forma de hormona. Recuerdo un día, ¡me comí medio paquete de galletas solo por el estrés! Eso sí que es tener el estómago vacío… de voluntad.
Pero ojo, no es sólo cosa de adultos. ¡Hasta los niños se apuntan a este club del estómago vacío! Los pequeños, con sus preocupaciones existenciales sobre si les tocará el bocadillo de jamón o el de queso… ¡que estrés!
No automediques: Es importante acudir al médico. No sea que tu estómago vacío sea una señal de algo más serio. Eso sí, si vas, dile que es por la ansiedad. Parece más moderno. ¡Y quizás te recete un buen helado! (Eso sí que es una cura para el vacío).
Piénsalo: el estómago vacío, ¡es como un lienzo en blanco! Listo para llenarse de cosas buenas… o de preocupaciones. Depende de ti.
En mi caso, a veces hasta acudo a mi abuela. Sus consejos siempre son una buena solución: tomar infusiones, descansar, y reír un poco. Aunque, la verdad, a veces la risa es lo que me genera la ansiedad en primera instancia… ¡Es un ciclo! ¡Un ciclo vicioso!
¡Conclusión! Si sientes ese vacío… ¡busca ayuda! No te quedes con ese vacío existencial… o estomacal.
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