¿Cuál es el mejor café para beber con reflujo ácido?

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El café preparado en frío, gracias a su menor acidez (hasta un 70% menos que el caliente), es una excelente opción si sufres de reflujo. Su proceso de elaboración extrae menos ácidos, resultando en una bebida más suave para el estómago y con un sabor naturalmente dulce, ideal para quienes buscan alivio y un refrescante disfrute.

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El Café y el Reflujo: ¿Una Relación Imposible? No, con el Café Frío.

El aroma embriagador del café recién hecho, ese primer sorbo que despierta los sentidos… para muchos, una experiencia imprescindible. Sin embargo, para quienes sufren de reflujo ácido, el disfrute del café a menudo se ve empañado por la posterior acidez estomacal. La creencia popular dicta que el café es un enemigo declarado de los estómagos sensibles, pero la realidad es un poco más matizada. La clave reside en el cómo se prepara.

La acidez del café, un factor determinante en la aparición de síntomas de reflujo, varía considerablemente según el método de preparación. El café tradicional, preparado con métodos como el goteo o la cafetera italiana, extrae una mayor cantidad de ácidos presentes en el grano. Estos ácidos, al entrar en contacto con el estómago ya irritado, pueden exacerbar el reflujo, provocando ardor, sensación de quemazón y malestar general.

Pero aquí reside la buena noticia: el café preparado en frío (Cold Brew) ofrece una alternativa deliciosa y, sobre todo, más amable con el sistema digestivo. Su proceso de elaboración, que implica la infusión lenta de los granos de café en agua fría durante 12 a 24 horas, reduce drásticamente la acidez del producto final. Estudios han demostrado que el café frío puede presentar hasta un 70% menos de acidez que el café caliente preparado de manera tradicional.

¿Cómo es posible? El proceso de extracción en frío evita la liberación de ciertos compuestos ácidos que se extraen en mayor cantidad con el agua caliente. El resultado es una bebida con un perfil de sabor más suave, a menudo descrito como más dulce y menos amargo. Esta menor acidez se traduce en una experiencia de consumo más confortable para las personas con reflujo ácido, minimizando el riesgo de desencadenar o agravar los síntomas.

Sin embargo, es importante destacar que la sensibilidad individual varía. Aunque el café frío es generalmente mejor tolerado, algunas personas con reflujo severo pueden aún experimentar molestias. En estos casos, se recomienda probar con pequeñas cantidades y observar la respuesta del cuerpo. Además, la elección del tipo de grano de café también influye; los granos de tostado más oscuro suelen ser menos ácidos que los de tostado claro.

En resumen, para los amantes del café que buscan disfrutar de su bebida favorita sin comprometer su salud digestiva, el café frío se presenta como una opción excelente. Su menor acidez, su sabor suave y refrescante lo convierten en un aliado perfecto en la lucha contra el reflujo ácido, ofreciendo un equilibrio entre placer y bienestar. Así que, la próxima vez que sientas el deseo de un café, considera la opción del cold brew y descubre una manera más amable de disfrutar de esta bebida icónica.