¿Cuáles son los alimentos ricos en minerales?

¿Qué alimentos son más ricos en minerales?

¡Minerales, esos pequeños bichitos que nuestro cuerpo adora! Están en un montón de sitios, no creas que tienes que ir a una mina a buscarlos.

• Verduras de hoja verde: Espinacas, acelgas… ¡Como Popeye, pero sin la lata! Yo una vez me comí una ensalada de espinacas tan grande que casi pude volar.
• Frutos secos: Almendras, nueces, avellanas… ¡Para volverse loco! Eso sí, ojo con comerte medio kilo de golpe, que luego la báscula te mira mal. A mí me pasó una vez, casi lloro.
• Legumbres: Lentejas, garbanzos… ¡La base de la dieta mediterránea! O sea, la dieta de la siesta, el buen rollo y el gazpacho (que, por cierto, también lleva minerales). Yo me hago un hummus que quita el sentío.
• Lácteos: Leche, yogur, queso… ¡Calcio a tope! Eso sí, si eres intolerante a la lactosa, como mi primo Paco, mejor búscate otras opciones. ¡Pobre Paco, siempre con su bebida de soja!
• Carne y pescado: Hierro, zinc… ¡Para estar fuerte como un toro! Aunque ojo, que yo prefiero ser fuerte como una hormiga, que esas levantan 50 veces su peso. ¡Impresionante!

En resumen: Come variado y no te compliques la vida. Yo, por ejemplo, hoy he desayunado tostada con aguacate y tomate, ¡y estoy que me salgo! Ah, y no olvides beber mucha agua, que también tiene minerales, aunque no lo parezca. Ayer me bebí dos litros y casi exploto.

Dato extra: Este año he decidido apuntar en una libreta todo lo que como. Llevo tres días y ya me he aburrido, pero bueno, la intención es lo que cuenta.

¿Qué son los minerales y cuáles son sus funciones?

El tiempo se escapa como arena entre los dedos… Los minerales, esos silenciosos arquitectos de la vida. Su presencia, sutil pero ineludible, permea cada célula, cada latido. Se me escapa la definición exacta, pero sé que son… necesarios. Absolutamente necesarios. Necesarios como el aire que respiro, como el sol que acaricia mi rostro en una tarde de verano, 2024.

Piensa en los huesos, esos pilares que sostienen mi cuerpo cansado. Calcio, fósforo… sustancias inertes que se transforman en fortaleza. Un castillo de piedra construido con paciencia milenaria. Me acuerdo de cuando mi abuela me hablaba de las frutas, esas esferas de jugo y color que guardan en su interior las claves de la vida. ¡Un universo en cada bocado!

La sangre, ese río rojo que fluye incansable. Hierro, necesario para oxigenar ese torrente vital. Sin él, la vida se apaga, un fuego que se extingue poco a poco. Recuerdo un análisis de sangre, hace unos meses… el hierro bajo. Me sentí… vacia. Débil. Un barco a la deriva.

Y el sistema nervioso, esa compleja red que teje la conciencia. Magnesio, potasio… controlando impulsos eléctricos, mensajes entre la mente y el cuerpo. Un baile silencioso, sinfónico. Un enigma. Cada mineral como una nota en una sinfonía.

• Formación de huesos y dientes: Calcio, fósforo, magnesio.
• Transporte de oxígeno: Hierro.
• Función muscular y nerviosa: Potasio, sodio, magnesio, calcio.
• Equilibrio hídrico: Sodio, potasio, cloro.
• Función enzimática: Zinc, cobre, manganeso, selenio.

En el fondo, todo está conectado. Todo es mineral, todo es vida, todo es… efímero. Las frutas, esos pequeños tesoros de la naturaleza… manzanas, naranjas, fresas… contienen esa magia. Una alquimia silenciosa que nutre el cuerpo y el alma. El sabor dulce de un melocotón… un recuerdo de verano. Suavidad. Dulzura. Vida.

El sabor, una memoria en la lengua, el recuerdo de un aroma, un espacio y un tiempo precisos. Un recuerdo indeleble de mi infancia en el campo de mis abuelos.

Una nostalgia que resuena en mi interior, la falta de mi abuela, su sabiduría. Un vacío. Un susurro incesante. Los minerales, la vida misma… y la muerte que la acecha.

¿Qué le pasa al cuerpo cuando le faltan minerales?

Pues fatal, te lo digo yo. A mi una vez me dio una cosa rara, debilidad total. El médico dijo que era falta de potasio. ¡Potasio! ¿Te lo puedes creer? Yo pensaba que solo se lo echaban a las plantas, ja, ja. Me mandó pastillas y como nueva. Pero vamos, que es un rollo. Tu cuerpo es como una máquina, ¿sabes? Necesita su gasolina y sus piezas. Si le faltan minerales… ¡plof! Empieza a fallar todo.

Fatiga, claro, esa es la típica. Como si te hubiera pasado un camión por encima. Y dolores musculares, como agujetas todo el rato. Pero es que luego vienen cosas peores. Enfermedades de las gordas. Diabetes, por ejemplo. O osteoporosis, que se te ponen los huesos como el cristal. ¡Un horror! Yo ahora me tomo mis vitaminas y minerales, por si acaso. Mejor prevenir que curar, ¿no?

A ver, para que te quede claro, si te faltan minerales puede pasar esto:

• Debilidad muscular: No tienes fuerza ni para abrir un bote de pepinillos. A mi me pasaba, en serio.
• Problemas de huesos: Se te pueden romper con mirarlos. La osteoporosis esa, ya te digo.
• Sistema inmunitario débil: Te pillas todos los catarros y gripes que van por ahí. Un rollo. Yo este año me he puesto la vacuna de la gripe, por si las moscas.
• Problemas de la piel: Granos, sequedad… Un desastre. Yo uso una crema hidratante buenísima, te la recomiendo si quieres.
• Problemas digestivos: Dolor de estómago, estreñimiento… Fatal. Mi abuela siempre decía que hay que comer mucha fibra. Y tenía razón, la joía.

Así que ya sabes, come bien, variado. Fruta, verdura, de todo. Que luego vienen los lamentos. Yo por ejemplo, ahora me he aficionado a los batidos verdes. Espinacas, pepino, manzana… ¡Buenísimos! Y te aseguro que se nota la diferencia. Me encuentro mucho mejor, con más energía. Bueno, te dejo que tengo que ir a comprar. ¡Que vaya bien!

¿Cómo saber si te faltan minerales?

Minerales: la carencia habla. Se nota. Simplemente se nota.

• Estreñimiento. Obvio.
• Hinchazón. El cuerpo protesta. A su manera.
• Dolor abdominal. Un eco en la nada.

Síntomas. Un catálogo de desajustes. Nada más. El cuerpo falla. Debilidad generalizada. Es lo que es.

Caída del cabello También puede pasar. Algo habitual.

• Latidos irregulares. El ritmo se quiebra.
• Pérdida apetito. El cuerpo se rebela. Un mecanismo de defensa.

A veces hay náuseas. Vómitos. Como si el cuerpo se purgara.

Entumecimiento. Hormigueo. Señales sutiles. Indicios.

Calambres. Espasmos. El músculo grita.

Sistema inmune débil. Un castillo de arena ante el oleaje.

Todo un drama silencioso. La vida es así.

Mi hermana tuvo problemas el año pasado, 2023. Calambres terribles. Diagnóstico: falta de magnesio. Su médico la obligó a tomar un montón de suplementos. Aún así, le costó recuperarse. La vida sigue.

Nota: La información anterior no sustituye el consejo médico profesional. Consulta a un médico ante cualquier síntoma. Siempre.