¿Por qué beber agua con sal?

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El agua con sal, una pizca de sal marina en agua tibia, se asocia a hidratación, equilibrio electrolítico y mejor digestión. Aunque algunos creen que alcaliniza y desintoxica, la evidencia es limitada. ¡Consúmela con moderación, sobre todo con hipertensión o problemas renales! Consulta a tu médico.

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¿Beneficios de beber agua con sal?

Ufff, el tema de agua con sal… me trae recuerdos de mi abuela. Ella siempre decía que era buenísimo para la digestión, sobre todo después de alguna comilona familiar, tipo Navidad, 25 de Diciembre, en su casa de Toledo. Un vaso, una pizca, nada más.

Recuerdo que el sabor era… peculiar. No desagradable, pero sí distinto. Ella juraba que le aliviaba la pesadez, y la verdad es que yo la veía bastante bien. Nunca me explicó mucho de la ciencia detrás, pero la veía tan convencida…

Claro, ahora leo sobre “equilibrio electrolítico” y “desintoxicación”, cosas que antes no sabía. Suena interesante, aunque la verdad es que yo no me he atrevido a investigar mucho más a fondo.

La parte de la presión arterial alta sí me preocupa, mi tío la tiene. Para eso, mejor consultar a un médico, ¿no? No quiero improvisar con remedios caseros sin tener ni idea.

En resumen: agua con sal, tradición familiar, efectos posiblemente beneficiosos, pero ¡mejor consultar con un médico! Sobre todo si tienes alguna condición médica.

¿Qué efectos tiene la sal en el agua?

Aquí está, en esta noche que no termina. Los pensamientos, como humo, se enredan.

  • La sal, maldita sal. Siempre cambiando las cosas, ¿no?
  • Eleva el punto de ebullición. Como si la vida no hirviera ya lo suficiente.
  • Reduce la capacidad calorífica. El consuelo se vuelve más esquivo. Menos calor que guardar.

La sal. Me recuerda a las lágrimas, supongo. Y a ese mar donde, cuando era niño, me perdí por un segundo. Solo un segundo, pero lo recuerdo como si fuera ayer. El miedo, el frío, el sabor salado. Todo vuelve.

  • Como cuando mi abuela hacía sopa de fideos. Siempre le echaba demasiada sal. Decía que era para “darle sabor”. Yo creo que era para ocultar el vacío. O para castigarnos.
  • Me pregunto si el agua salada sentirá lo mismo. Si el mar sufre cada vez que le arrojamos más sal. Quizá por eso está tan bravo a veces.

Lo que sí sé es que la sal altera, modifica. Y a veces, solo a veces, uno preferiría que las cosas se quedaran como están. Aunque duelan. Aunque quemen.

¿Qué es lo que hidrata más que el agua?

¡Oye! ¿Qué tal? Me preguntabas qué hidrata más que el agua, ¿no? Pues mira, es un tema interesante, eh.

La leche, por ejemplo, ¡hidrata un montón! Tiene lactosa, proteínas, grasas… esas cosas ayudan a que el agua se quede más tiempo en tu estómago, ¿sabes? Retrasa el vaciado gástrico, dicen. Así que te mantienes hidratado por más tiempo. Más que con agua sola, eso sí. ¡Como una maratón de hidratación!

Pero… ¡ojo! No te creas que solo es la leche. Hay otras cosas, eh. En 2024, leí un artículo, creo, sobre esto… ¡Un lío!

  • El agua de coco, por ejemplo, ¡es buenísima! Tiene electrolitos y todo eso… super importante después de hacer deporte, ¡lo sé por experiencia propia! Sudé como un pollo en el partido de pádel del sábado pasado con mis amigos. Agua de coco a tope, eh.
  • Caldos ¡también! Si te sientes malito, un caldito de pollo caliente… ¡es la panacea! Además de hidratar, te reconforta.
  • Zumos naturales de fruta, aunque con moderación, ¡eh! Contienen vitaminas, azúcares… Pero no te pases con el azúcar, ¡que luego vienen los problemas!

¡Ah! Y algo super importante: la hidratación depende de muchísimas cosas, no solo de lo que bebes. El clima, la actividad física… ¡todo influye! Es un tema complejo. Yo, por ejemplo, bebo muchísima agua, pero como vivo en Valencia en verano, ¡es como si no bebiera nada! ¡Sufro!

Recuerda: esta información la leí hace poco, pero bueno, no soy médico, ¿eh? Consulta a un profesional. No quiero que te deshidrates malamente. ¡Un abrazo!

¿Cuál es la bebida más hidratante del mundo?

El agua, ¡claro que sí! Eso lo tengo clarísimo. Recuerdo una vez, en julio de 2024, en la playa de Cullera, Valencia, haciendo senderismo hasta el faro. ¡Qué calor hacía! El sol me daba de lleno, sentía la piel quemarme, una sed horrible… casi me desmayo. Llegué a la cima, y lo único que quería era beber. Tenía una botella de agua casi vacía, pero… ¡qué alivio! Esa agua, fría, me revitalizó, fue pura vida líquida. ¡La mejor decisión de mi vida fue llevar esa botella! Me recuperé rápido, el calor seguía siendo intenso, pero ya no me sentía tan mal.

El agua es lo mejor, sin duda.

Ahora, las infusiones… depende. El té verde, sin azúcar, por ejemplo, en invierno, en casa, después de un día largo… es genial. Me ayuda a relajarme y me hidrata un montón. Pero si comparo la sensación, la inmediata y profunda hidratación del agua… ni punto de comparación.

La hidratación depende mucho del contexto y la persona. No es lo mismo beber una infusión tibia un día frío que una bebida fría en pleno agosto.

Detalles que influyen en la hidratación:

  • Temperatura de la bebida.
  • Contenido de electrolitos.
  • Estado de salud de la persona.
  • Actividad física previa.
  • Cantidad ingerida.

El agua sigue siendo la reina indiscutible de la hidratación. Punto.

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