¿Qué agua mineral puede tomar un hipertenso?
"Hipertensos: elijan aguas minerales bajas en sodio, idealmente menos de 20mg/litro. Revisen la etiqueta y consulten a un médico o nutricionista para una elección personalizada. ¡Prioricen su salud!"
¿Qué agua mineral es segura para personas con hipertensión arterial?
Uf, la presión arterial alta, ¡qué tema! Recuerdo a mi abuela, en verano del 2021, en Valencia, obsesionada con el sodio. Le costaba encontrar un agua mineral que le gustase y fuera baja en sodio.
Pagamos una pasta por un agua “especial” que, si mal no recuerdo, costaba unos 3€ la botella de litro y medio. Tenía menos de 20mg de sodio, según la etiqueta. El médico se lo había recomendado.
Buscad en la etiqueta, mira el sodio. Menos de 20 mg/litro, esa es la clave. Pero, ojo, lo mejor es que un médico o nutricionista os aconsejen. Cada cuerpo es un mundo.
Es importante consultar con un profesional de la salud para saber qué agua se ajusta mejor a vuestras necesidades individuales.
¿Qué agua mineral es mejor para los hipertensos?
¡Uf! El tema de la presión alta me toca de cerca, mi suegra la tiene. Este año, en julio, estuvimos en Teruel y le compramos agua de Fuentes de Lebanza.
El médico le recomendó baja en sodio, y esa agua es muy, muy baja. Recuerdo que el bote decía 1 mg/litro de sodio, ¡una locura! Me quedé impresionada. Sentí un alivio enorme al verla tomarla, pensando en lo beneficioso que sería para su salud.
El sabor… bueno, peculiar, un poco sosa, la verdad. Ella se acostumbró rápido, ¡menos mal! De todas formas, no es que sea un manjar, pero si ayuda… Priorizamos la salud. Además, el agua de Fuentes de Lebanza también es baja en otros minerales. Eso ayuda a controlar la ingesta.
La sensación de tranquilidad al saber que estábamos haciendo algo bueno por ella fue impagable. Verla más tranquila, más relajada… eso no tiene precio. Ese viaje fue intenso, lleno de preocupaciones por su salud, pero también de momentos agradables, gracias a esas pequeñas cosas.
Detalles que recuerdo:
- El calor sofocante de Teruel ese día.
- La botella de cristal, elegante, de Fuentes de Lebanza.
- La cara de mi suegra al probarla, un poco dubitativa al principio.
- El alivio y la esperanza que sentí.
Fuentes de Lebanza. Baja en sodio. Eso es lo importante.
¿Qué agua mineral es más baja en sodio?
¡Uf! Recuerdo perfectamente esa vez en el súper, 2023, buscando agua, ¡un calor horroroso! Sudaba a mares. Necesitaba algo ligero para el estómago, bajo en sodio, por mi presión.
Estaba entre varias marcas, pero Pineo llamó mi atención. El envase, blanco y azul, simple, pero elegante, ¿sabes? Miré la etiqueta, ¡bingo! 0.9 mg de sodio por litro. ¡Increíble! Me dije, “Esto es lo que necesito”.
Esa tarde, en casa, disfruté de su sabor suave. No era sosa, no. Tenía un toque… a algo, difícil de definir. Refrescante. Me sentí mejor, la verdad. Menos hinchada. Más ligera.
Pineo, sin duda, la mejor opción baja en sodio que probé este año. La recomiendo.
- Pineo: 0.9mg sodio/litro
- Otras marcas que revisé ese día: no las recuerdo, ¡qué desastre de memoria tengo a veces!
- Sensación al beberla: Refrescante, suave, ligera.
- Efecto en mi cuerpo: Disminución de la hinchazón.
Me olvidaba, también compré esa vez una pizza familiar, ¡qué pecado! Pero bueno, al menos me hidraté bien con mi agua baja en sodio. Pineo, Pineo… ¡qué buena compra!
¿Qué mineral es bueno para bajar la presión?
¡Ay, madre mía, la presión arterial! ¡Un drama digno de telenovela! El potasio, amigo, es tu salvador. O al menos, un buen aliado en esta lucha contra el enemigo invisible.
Piensa en el potasio como Superman, luchando contra Lex Luthor (el sodio, claro). Ese sodio, que se cuela en todo, ¡hasta en las piedras!, gracias a esos fabricantes que parecen empeñados en salinizarnos la vida. El año pasado, casi me da un patatús con un paquete de patatas fritas… ¡era una mina de sodio!
¿Cuánto potasio necesitas? Pues entre 3500 y 5000 miligramos al día. ¡Como para tomarse una playa llena de plátanos! Es broma, claro, aunque los plátanos son una buena fuente, junto a:
- Patatas (sí, las normales, no las fritas!)
- Espinacas (que parecen un poco a la abuela de Popeye)
- Albaricoques (mucho más ricos que las ciruelas pasas que me obligaba a comer mi tía Emilia de pequeño)
¡Ojo! No te automediques, ¡consulta a tu médico! Ayer mismo, mi vecino, el que colecciona sellos, estaba todo revuelto por tomar potasio a lo loco. Ahora se cree un superhéroe y salta vallas como si nada…
Recuerda: El potasio ayuda, pero no es la solución mágica. Una dieta equilibrada y ejercicio son fundamentales. ¡Y menos sal, por favor, que ya bastante nos cuesta mantener la línea como para que nos la revienten los fabricantes! Este año me he propuesto reducir el sodio a tope, ¡ya verás como lo consigo!
¿Qué bebidas no deben tomar los hipertensos?
El sabor metálico, ese regusto persistente… El azúcar, enemigo silencioso. La presión, una opresión constante en el pecho, una sombra alargada sobre mi 2024. Recuerdo la tarde en el parque, el sol de verano quemando mi piel… Un vaso de refresco, la efervescencia efímera, una promesa rota. El cuerpo, una máquina compleja que responde con latidos fuertes, acelerados, como un tambor marcial.
Bebidas azucaradas: un no rotundo. No solo los refrescos, cualquier néctar dulce, esos jugos que prometen bienestar, engañan. Esa dulzura traicionera se transforma en una amenaza, en una aguja clavada en la conciencia. En 2024, aprendí la lección a golpes.
- Refrescos,
- Zumos azucarados,
- Bebidas energéticas.
El corazón, un músculo cansado, trabaja de más. La sangre, un río turbulento, golpea las paredes de las arterias. La sombra de la enfermedad, siempre presente.
El alcohol, un peligro latente. El vino tinto, ese ritual de viernes noche, ahora un recuerdo lejano. La sangre, más espesa. El riesgo, un lobo acechando. Mis noches de insomnio son testigos de ello.
- Cerveza,
- Vino en exceso,
- Bebidas alcohólicas fuertes.
La vida, un delicado equilibrio. Un vaso de agua, la mejor compañía. La sencillez, la verdadera riqueza. Esa lección, grabada a fuego en mi memoria, en cada latido. El silencio del cuerpo, un bálsamo.
¿Cuál es el agua mineral con menos sodio?
¡Ay, Dios mío, el calor de agosto en Madrid! Ese día, 2023, recuerdo perfectamente la sed que tenía después de la caminata hasta el Retiro. Sudaba a mares, la camiseta pegada a la espalda. Necesitaba agua, ¡ya! Busqué en el súper del barrio, pensando en mi dieta baja en sodio, por el médico, ya sabes…
En la estantería, entre tantas botellas, la vi. Zero Sodio de Fontarel. Un nombre que, ¡claro!, me llamó la atención al instante. Zero sodio. Impresionante. La agarré de inmediato, casi sin mirar el precio. El alivio al beberla… ¡Un maná del cielo! Refrescante, pura…
Me sentí mejor enseguida. Realmente, me sorprendió. No es que otras aguas me sentaran mal, pero esta… esta era diferente. No solo por el cero sodio, sino por la sensación de limpieza, de pureza que me dejó. La verdad, me sentí como renovada.
Más tarde, buscando información, confirmé que la Fundación Española del Corazón la recomienda. ¡Qué bien! Eso me dio aún más confianza.
Detalles que recuerdo:
- El calor agobiante de Madrid.
- La sed intensa después del paseo.
- La imagen de la botella en el súper, destacando “Zero Sodio”.
- La sensación de alivio y frescura al beberla.
- La confirmación de la recomendación de la Fundación Española del Corazón.
Fontarel Zero Sodio. La mejor para mí. Un gustazo, de verdad. Aunque un poco más cara, vale la pena. Ahora compro varias botellas a la semana. Necesitaba ese alivio, y lo encontré. Un verdadero descubrimiento.
¿Qué agua embotellada es mejor para el riñón?
¡Ay, los riñones! ¡Esos héroes silenciosos que filtran nuestra vida, a veces con más eficiencia que mi filtro de Instagram! Para mimarlos, como a un gato persa caprichoso, necesitamos agua, pero ¡agua inteligente!
Olvídate de las aguas con sabor a unicornio arcoíris. Eso es para influencers, no para riñones. Busca la pureza, la sencillez, ¡la nobleza del agua pura! Como la que yo me preparo con mi nuevo filtro de agua, que parece una nave espacial pero purifica mejor que cualquier cosa.
¿Gasificada o sin gas? ¡Esa es la cuestión! Mi vecina, experta en riñones (o eso dice ella), asegura que el gas, como las burbujas de un buen champán, ayuda a la digestión. ¡Un brindis por los riñones saludables!
- Agua mineral natural: Como la naturaleza misma, pura y sin artificios. Es como un abrazo de montaña.
- Agua mineral gasificada: ¡Con burbujas! Como la alegría en un vaso. Pero ojo, que el gas no sea un disfraz para esconder azúcares.
- Agua mineralizada: Con minerales, ¡como si el agua fuera un multivitamínico refrescante! Eso sí, revisa que no tenga más minerales que un yacimiento arqueológico.
En resumen: agua, sin florituras. Como mi vida social… ¡simple y efectiva! (¡Bromita!). El punto clave es la ausencia de azúcar, edulcorantes artificiales, cafeína, y otros aditivos. Piensa en ello como una dieta detox para tus riñones: ¡agua pura y duradera para que te funcionen como un reloj! En 2024, esa es la fórmula de la salud renal. Recuerda revisar las etiquetas, ¡que a veces te engañan más que un anuncio de cremas milagrosas!
Pd: Mi abuelita, que vivió 90 años, solo tomaba agua del grifo. Pero… bueno, el agua de grifo de su pueblo era de manantial. No recomiendo este método a menos que vivas cerca de un manantial mágico.
¿Cuál es el mejor agua para evitar piedras en el riñón?
¡Ay, las piedras en el riñón! ¡Un dolor que te hace ver estrellas como si fueras astronauta en pleno despegue! El agua del grifo, si es buena, es tu mejor amiga. O sea, si sale más limpia que mi conciencia después de comerme una caja entera de bombones… ¡bingo!
Pero ojo, que esto no es una ley universal, eh. Es como decir que todos los gatos son iguales: ¡mentira como una perra! Algunos grifos parecen escupir agua de charco de dinosaurio, ¡con más cal que un hueso de pollo asado! Ahí sí que necesitas algo más… ¡agua embotellada!
¿Y cuál es la mejor? ¡Ni idea! Yo tomo la del súper, la más barata, que para eso mi riñón no es de oro. ¡Aunque igual es mejor la de manantial, que seguro tiene poderes mágicos! ¡O no!
- Agua del grifo (si es potable, obvio. Que no se me olvide mencionar lo obvio).
- Agua embotellada (depende del bolsillo y del nivel de superstición).
En resumen: No hay agua mágica anti-piedras. Hidratación constante es la clave. Beber como un camello en el desierto, ¡pero con agua potable, claro! Eso sí, mi vecina, la abuela Emilia, jura que el agua de coco la salvó de una crisis renal. ¡Y que se lo digan a su perro chihuahua, que también la bebe! ¡Qué cosas, eh?
Dato extra: Mi médico me recomendó este año (2024) aumentar el consumo de agua, especialmente en verano. Y añade limón. Dice que es para el gusto y para que tenga “más sabor”
¿Cuál es la mejor agua para las piedras del riñón?
Uf, las piedras… ¡Qué dolor! A ver, ¿la mejor agua?
-
Agua de mineralización muy débil. Eso seguro. Fondetal suena bien, ¿no? O sea, baja en sales.
-
¿Por qué tan importante lo de baja en sales? ¿No bebemos agua para hidratarnos y obtener minerales?
¿Será que demasiados minerales es justo lo que forma las dichosas piedras? Mi abuela siempre decía que el agua del grifo en su pueblo era “dura”. ¿Será por eso?
Pensándolo bien, creo que la marca no importa tanto, sino fijarse en la etiqueta. ¡Mineralización débil! ¡Esa es la clave!
- ¿Y si bebo agua destilada? ¿Será demasiado “pura”? ¿O al revés, ideal? Hmm…
Ahora que lo pienso, mi primo tuvo piedras. Él bebía mucha agua con gas… ¿Tendrá algo que ver? Voy a investigar eso. Quizás no es solo el agua, sino también la cantidad. ¡A beber más! Pero con la baja en minerales, eh.
Oye, ¡necesito hacerme un análisis! Últimamente me siento raro. Igual y ya tengo una piedrita formándose. ¡Qué horror!
- Baja concentración de sales y minerales. Agua de mineralización muy débil. Fondetal.
¡Listo! Ya tengo mi mantra anti-piedras.
¿Qué es bueno para despedir las piedras de los riñones?
¡Ay, esas piedras en el riñón! Parecen esos invitados indeseados que se quedan eternamente en tu fiesta interior. Lo bueno para echarlos a patadas es, sin duda, un alfabloqueador. Mi médico, un tipo con el sentido del humor tan fino como un bisturí (a veces más afilado, jajá), me lo recetó el año pasado. Me hizo recordar a esos anuncios de coches que prometen “el viaje más suave de tu vida”. Y vaya si lo fue… en comparación con el dolor previo, claro.
Aunque, ojo, no pienses que es magia. Beber mucho líquido es fundamental. Imagina tu riñón como una tubería atascada: necesitas un flujo constante para desatascarla. Agua, zumos, ¡hasta infusiones de ortiga si te sientes atrevido! Aunque te confieso que a mi con esa infusión me sentí más como una escoba que otra cosa.
Y la dieta, ¡ay, la dieta! Reducir el consumo de oxalatos (espinacas, acelgas, ¡oh, mis queridas acelgas!) es clave. Es como decirle a los invitados molestos: “Oye, aquí ya no hay buffet libre para vosotros”. Si no lo haces, créeme, se van a instalar allí para siempre.
- Alfabloqueadores: Relajan los músculos, adiós piedras.
- Mucha agua: Como un río arrasando con todo.
- Dieta baja en oxalatos: Menos “comida” para las piedras.
Nota personal: ¡Recuerdo la cara de mi gato cuando se enteró de que ya no podía comer las acelgas! Menuda cara de desconsuelo. Casi igual que la mía con el primer cólico…
Una cosa más: si el dolor es insoportable, ¡corre al hospital! No esperes a que te conviertan en una estatua viviente de piedras renales. Eso sí, ¡lleva a tu gato para que te haga compañía! Y agua, mucha agua.
¿Qué no debo beber si tengo piedras en los riñones?
¡Ay, las piedras en los riñones! Qué putada. Este año, ¡qué dolor!
No más café, ni té ¡Qué horror! Mi ritual mañanero se va al garete. A ver… ¿qué más? Ah, sí, nada de cerveza ; eso sí que es una mala noticia. Este verano toca agua, mucha agua.
¿Oxalatos? ¡Uf!, eso es lo que no debo tocar. ¿Cacahuetes? ¡Adiós, mis aperitivos favoritos! Y la remolacha… ¡Me encantaba en ensalada! Malditas piedras. El chocolate… Ni se te ocurra pensar en él. ¿Verduras de hoja oscura? Espinacas, acelgas… ¡Adiós, amigos! Qué rabia.
Reducir la proteína animal es fundamental, ¡ya lo sé! Menos carne, menos pescado… ¡menos huevos revueltos con queso! La vida es cruel. Mi dieta se va al traste. Ya me veo comiendo solo lechuga.
Y el tofu… ¡Ay, mi tofu! ¿Qué hago ahora? Necesito ideas, ¡estoy desesperada! Me compraré un libro de recetas para gente con piedras en los riñones. Ojalá me dé algo de luz. Algo mejor que solo lechuga.
- Bebidas prohibidas: Café, té, cerveza.
- Alimentos con oxalatos a limitar: Cacahuetes, remolacha, moras, naranjas, tofu, chocolate, verduras de hoja oscura.
- Proteína animal a reducir: Carne (ternera, pollo, cerdo), huevos, pescados y mariscos.
¡Esto es un drama! Espero que pase pronto. El año pasado mi hermana tuvo lo mismo, ¡y qué mal lo pasó! La pobre… Ojalá se me pase rápido, que tengo un viaje a la playa planeado. Necesito un milagro. Y ¡agua! Mucha agua.
Comentar la respuesta:
¡Gracias por tus comentarios! Tus comentarios son muy importantes para ayudarnos a mejorar nuestras respuestas en el futuro.