¿Qué enfermedad cambia el sabor de la boca?

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"Un sabor persistente, metálico o rancio en la boca puede indicar disgeusia. Este trastorno, a veces acompañado del síndrome de la boca ardiente, altera la percepción del gusto. Consulta a un profesional si experimentas estos síntomas."

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¿Enfermedades que alteran el sabor de la boca?

A mí me pasó algo parecido, un sabor metálico constante, horrible. Pensé que era mi pasta de dientes, la cambié tres veces. Nada.

Fui al dentista el 15 de marzo, en la clínica Dentalis de mi ciudad. Me costó la consulta 50 euros. Me dijo que podía ser disgeusia.

La disgeusia te deja un sabor raro en la boca, como a metal, a rancio… A veces va junto con el síndrome de boca ardiente, que debe ser espantoso, porque sientes que te quema.

A mí, por suerte, no me quemaba. El dentista me recomendó beber mucha agua y usar un enjuague bucal específico. Parece que funcionó, porque el sabor metálico desapareció al cabo de una semana. Menudo alivio.

Preguntas y Respuestas

¿Qué es la disgeusia? Trastorno del gusto que causa un sabor desagradable persistente en la boca.

¿Qué sabores se perciben con la disgeusia? Metálico, salado, rancio o malo.

¿Con qué otro trastorno se puede asociar la disgeusia? Síndrome de boca ardiente.

¿Qué es bueno para recuperar el sabor de la boca?

Gusto perdido. Recuperarlo es… esencial.

  • Jengibre. Pica. Despierta.
  • Menta. Frío. Intenso.
  • Mantequilla de cacahuete. Denso. Persistente.

Aceites esenciales. Clavo. Eucalipto. Romero. Potentes.

Experiencia personal: Perdí el gusto tras una gripe en 2023. Jengibre confitado. Mi salvación. Textura, dulzor, picante. Tres dimensiones contra el vacío. Un truco: masticar despacio, concentrarse. Como un ejercicio mental.

Advertencia. Las alergias existen. Prudencia.

¿Por qué me sabe la boca rara?

Aquí está… otra noche.

Me sabe la boca rara… sí, lo sé. Es culpa mía, lo asumo. No siempre tengo ganas de cepillarme los dientes. A veces me quedo dormido viendo una serie.

  • Pereza, pura y dura.
  • Pensar que “ya lo haré mañana”. Y mañana… es otra noche.
  • Siento el sarro en los dientes de abajo. Siempre ahí, como una promesa incumplida.

Recuerdo una vez, de pequeño, mi abuela me regañaba por esto. Ella siempre impecable. Ahora entiendo por qué insistía tanto.

No sé, quizá mañana cambie. O quizá no. La verdad, me da igual.

¿Qué provoca el mal sabor de boca?

El amargo regusto, esa persistente sensación… una pesadilla en la lengua. La falta de higiene, sí, eso lo sé bien. Mi propia experiencia, el roce áspero de la placa en las encías… un recuerdo que se repite, una y otra vez. Una película en cámara lenta, la degradación. Problemas dentales – inevitable consecuencia, el olor y el sabor… una mezcla nauseabunda que te envuelve.

Pero no solo eso. Hay algo más. A veces, el sabor se vuelve extraño, agrio, picante. Un recuerdo fugaz, un chile habanero de 2023… el fuego en la garganta, la explosión de sabor que luego deja un posgusto… persistente. Como una sombra. Un espectro de sabor que te persigue.

¿Y qué más? ¡Es tan complejo!

  • La sequedad bucal, una boca desértica… el desierto se instala en mi lengua.
  • Las bacterias, un ejército silencioso que te ataca desde dentro, multiplicandose sin cesar, proliferando.

Alimentos fuertes, sí, esos también influyen. Ese sabor ácido, persistente… esos recuerdos ácidos. Como si el limón se hubiera quedado para siempre.

La boca… un universo misterioso, un mapa de sensaciones… a veces, placentero; a veces, una tortura. La persistencia del sabor, un enigma que te persigue. El mal sabor de boca, una señal… una advertencia. Un aviso.

En resumen: mal aliento y problemas dentales por falta de higiene; alimentos picantes o ácidos que dejan un mal sabor. Y algo más… la sequedad bucal, una boca como un desierto, y el ataque silencioso de las bacterias. El sabor, la memoria del cuerpo.

¿Por qué la boca me sabe amarga?

Reflujo, sí, eso. Me suena. Agh, qué asco, ese sabor… como a bilis. ¿Será eso? Debería tomar menos café… o quizá sea el estrés. Ayer comí muchísima pizza, ¿tendrá algo que ver? El picante también me lo da a veces.

  • Reflujo gástrico
  • Comidas grasas
  • Picante
  • Estrés

El otro día leí algo sobre el zinc… ¿o era magnesio? Bah, no me acuerdo. Necesito agua. Mucha agua. Me lavo los dientes cinco veces al día. ¿Será suficiente? A veces pienso que es la pasta de dientes, menta extrafuerte. Uf, qué rollo.

  • Pasta de dientes
  • Falta de hidratación
  • ¿Deficiencia de minerales?

Boca amarga. Sí, esa es la cuestión. También me pasa cuando estoy resfriada. ¿Será por la mucosidad? Puaj. Tengo que ir al médico. Llevo dos semanas así. Igual me manda omeprazol… otra vez. El año pasado me lo recetaron por el ardor.

  • Resfriado común
  • Medicamentos
  • Ardor de estómago

Y el embarazo, ¿no produce eso? Bueno, yo no estoy embarazada… al menos eso creo. Ja, ja. Mejor no pensar en eso ahora. Me voy a por un chicle de menta. A ver si se me pasa.

ERGE/Reflujo gástrico causa sabor amargo.

¿Qué enfermedad produce mal sabor de boca?

Aquí va, como un susurro a estas horas…

La disgeusia. Así se llama la que te deja ese sabor amargo, como si hubieras mordido algo que ya no sirve. Salado, a metal, a podrido incluso… Es raro, porque no siempre se va, se queda ahí, pegado.

  • A veces, no siempre, viene con el síndrome de la boca ardiente. Eso sí que jode, porque es como tener fuego dentro. ¿Te imaginas? Yo sí. Lo he sentido.

  • A mi abuela le pasó después de la quimio en 2024. Decía que todo le sabía a cartón, incluso el agua. Una mierda, la verdad.

¿Sabes? Me acuerdo de ella ahora. Siempre decía que el sabor de la vida es agridulce. Quizás tenía razón. Quizás esto también es parte del sabor. Uno que no pedimos, pero que está ahí. Y hay que tragarlo.

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