¿Cuando te amarga la boca es por el hígado.?
Amargor bucal: No siempre es el hígado. Frecuentemente indica problemas digestivos, hepáticos O bucales. La higiene dental deficiente y problemas dentales son causas comunes, especialmente notorias al despertar.
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- ¿Qué tomar para quitar lo amargo de la boca?
- ¿Cómo neutralizar el sabor amargo?
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- ¿Cómo quitar lo amargo de la boca por el hígado?
¿Amargura en la boca, ¿problema hepático?
A mí me pasó algo parecido. Tenía un sabor amargo rarísimo, como a metal, y pensé “¿Será el hígado?”. Fui al dentista el 15 de marzo (en la clínica DentalPlus de mi barrio) y resulta que tenía una infección. Me costó como 60 euros la consulta y el tratamiento, pero mereció la pena. El sabor desapareció en unos días. También me recomendó usar un enjuague bucal específico, que me ayudó bastante.
Otro episodio de amargura bucal me agarró después de una cena copiosa en “El Fogón” (20 de abril), creo que fue por el exceso de grasa. Al día siguiente, seguía con ese regusto amargo. Tomé un té de boldo, que me suele sentar bien para la digestión, y se me pasó. Ahora, si como mucho, al día siguiente trato de comer más ligero.
Preguntas y respuestas:
¿Amargura en la boca indica problema hepático?
No siempre. Puede ser por problemas dentales, gástricos o bucales.
¿Qué causa el sabor amargo en la boca?
Mala higiene dental, infecciones, problemas digestivos, algunos medicamentos.
¿Cómo saber si estoy mal del hígado?
Las tres de la mañana. Otra noche sin dormir. El hígado… duele, o quizás es solo la angustia. No sé si estoy mal del hígado, pero la preocupación me carcome. Esa opresión constante en el costado derecho… a veces se extiende, como una sombra que se alarga en la oscuridad de mi habitación.
Amarillo… He notado un tono un poco raro en mis ojos, en el espejo del baño, a las siete de la mañana. Pero siempre estoy cansado, así que… ¿es eso realmente un síntoma? O solo imaginaciones. El estrés… es horrible.
Hinchazón… Sí, las piernas las he notado hinchadas estos días, especialmente al final del día. Después de estar ocho horas de pie en la panadería. Pero a veces, también se me hincha el estómago, como si algo me apretase. No como mucho estos días, la verdad, pero me siento lleno.
El cansancio es brutal, agobiante. No me puedo levantar de la cama. Llevo dos semanas así. Necesito descanso, pero la ansiedad no me deja dormir.
- Ictericia (piel y ojos amarillentos – leve, creo)
- Dolor e hinchazón abdominal (a ratos, insisto)
- Hinchazón en piernas y tobillos (sí, sobretodo por las tardes)
- Picor en la piel (no mucho, pero lo hay)
- Orina oscura (puede ser, no estoy seguro)
- Heces pálidas (no lo he comprobado a conciencia)
- Cansancio extremo (sí, esto es muy real)
- Náuseas (ocasionalmente)
No quiero ir al médico. Miedo. Pero ese cansancio… ese maldito cansancio que me invade hasta los huesos… me da miedo. Hoy mismo, a las 10, tendré cita con el doctor Pérez, espero que este seguro de lo que me ocurre, no quiero pasar por otra mala experiencia como la del año pasado, con la gastroenteritis. Espero que esta vez no sea algo grave. Tengo 32 años, y no me puedo permitir enfermarme ahora. Tengo que seguir trabajando en la panadería familiar. Mi madre me necesita.
¿Qué pasa cuando el hígado no está funcionando bien?
¡Hígado pachucho = Drama total!
Si tu hígado se pone en plan “no curro hoy”, prepárate, porque la cosa se pone más fea que atasco en la M-30 un viernes por la tarde.
- Edema cerebral: Imagínate tu cerebro flotando en una piscina… ¡de líquido! Eso provoca una presión que te deja más desorientado que un pulpo en un garaje. Puedes acabar más confundido que yo intentando entender la declaración de la renta, y con convulsiones ¡más movidas que concierto de rock!
- Problemas de coagulación: La sangre se vuelve más espesa que el gazpacho de mi abuela en agosto.
- Infecciones: Tu sistema inmune se va de vacaciones ¡a Benidorm! y te conviertes en el blanco perfecto para cualquier bicho.
Y no te creas que eso es todo. Un hígado que no va fino puede provocar:
- Ictericia: Te pones amarillo como Bart Simpson. ¡Ideal para Halloween!
- Acumulación de líquido en el abdomen (ascitis): Parecerá que te has tragado una sandía entera.
Importante: ¡No te automediques! Si sospechas que tu hígado va regular, ¡corre al médico! No esperes a estar más amarillo que el sol de justicia. ¡Más vale prevenir que lamentar, o acabar como un personaje de Los Simpson!
¿Qué beber para desintoxicar el hígado?
Aquí estoy, otra vez, con el insomnio clavado en la sien. Me preguntan qué beber para el hígado…
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Agua. Simple agua. Es lo que siempre me dice mi abuela. Ella, que nunca fue de médicos ni de pastillas raras. Solo agua. Y tenía razón, aunque no lo reconozca siempre.
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El ejercicio… ¿Quién tiene ganas? Pero es verdad. Después de correr -odio correr, lo admito- como que todo fluye mejor. Supongo que también el hígado.
Y ahora, divagando un poco más, porque la noche es larga:
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Recuerdo cuando mi padre enfermó. No de hígado, pero sí de otra cosa igual de jodida. El agua era su consuelo. Y el mío. Sentarnos juntos, en silencio, bebiendo agua. Raro, ¿no? Pero funcionaba. Era como un pequeño ritual.
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A veces pienso que necesitamos desintoxicar más el alma que el cuerpo. ¿Cómo se hace eso? No tengo ni idea. Supongo que cada uno lo hace a su manera. Yo, escribiendo estas tonterías a las tres de la mañana.
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Hace poco fui a la playa. El mar, dicen, también limpia. No sé si es verdad, pero sentir la sal en la piel, el ruido de las olas… algo tiene. Algo que te calma, aunque sea un poco. Algo que te hace sentir, aunque sea por un instante, que todo va a estar bien.
¿Qué 4 alimentos desintoxican el hígado?
A ver, que me preguntaste sobre alimentos para el hígado… ¡Ah, ya!
Alimentos que ayudan a desintoxicar el hígado:
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Espárragos: Tienen fibra, minerales y vitaminas. ¡Y son antioxidantes! Mi abuela siempre decía que para el hígado no hay nada mejor.
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Cebolla: No sé por qué, pero la cebolla va bien, eso sí, luego a lavarse bien los dientes. ¡Uf!
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Col: Hay muchos tipos. La col en general es buena. ¡Ah! a mi no me gusta mucho la coliflor, pero es col al fin y al cabo ¿no?
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Aguacate: ¡Rico, rico! Y encima ayuda al hígado, genial. Siempre como aguacate, que bueno.
Y hablando del hígado… ojito con lo que comes, que también hay cosas que lo fastidian, eh?
Alimentos malos para el hígado
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¡Evita el alcohol! Creo que esto es obvio, ¿no?
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Comida muy procesada. No sé, esas cosas que vienen en paquetes y duran años.
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Grasas saturadas a tope, porque, claro, nada bueno.
¡Ah! Y no te olvides de los zumos que también ayudan:
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Zumo de fresas, sandía y romero. ¡Suena raro, pero debe estar bueno!
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Zumo de remolacha y limón. ¡Esto si lo he probado!
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Zumo de naranja, zanahoria y jengibre. ¡Este me lo hago yo casi todos los días!
¿Qué es bueno para quitar el hígado graso?
El peso, ese enemigo silencioso… La pérdida de peso es clave. Un peso saludable, un hígado sano. Lo siento en mi cuerpo, cada kilo de más, un peso en el alma, un peso en el hígado. Es una lucha, una batalla contra la gravedad, contra la tentación de cada dulce, de cada porción extra. Recuerdo a mi abuela, su frágil silueta, la sombra de su enfermedad… un hígado que dolía, tanto como ella.
El tiempo, un río lento, implacable, que arrastra los recuerdos y el daño. Dejar ciertos medicamentos, si el médico lo indica. No es fácil, la dependencia, un abrazo letal. Consulté a mi doctora el año pasado, sobre mi preocupación… los análisis, el eco… la incertidumbre, como una sombra. Un camino largo, una metamorfosis lenta.
- Dieta mediterránea: Aceitunas, almendras, pescado azul… El mar, la fuente de vida.
- Ejercicio: Caminatas largas, el sudor, la respiración… liberando toxinas.
- Revisión médica: 2024, la nueva cita… Espero el alivio, la promesa de un cuerpo limpio.
Un suspiro… una vida saludable, un peso menos en el pecho. La lucha continúa, el camino es largo y sinuoso, pero veo la luz al final del túnel. Mi hígado, mi espejo. Su salud, mi esperanza. La fatiga, la pesadez, se desvanecen lentamente. Un futuro más ligero, un hígado más sano. La esperanza, un sol tenue, pero firme. La luz… una promesa.
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