¿Qué fruta es buena para bajar el sodio?
Frutas y verduras frescas son excelentes para una dieta baja en sodio. Manzanas, fresas, naranjas, mangos, plátanos, brócoli, camote, betarraga, okra, espinaca, pimientos, zanahorias y edamame son buenas opciones. Prefiera verduras congeladas sin salsas añadidas.
¿Qué frutas reducen el sodio en la dieta?
Ufff, este tema del sodio me tiene un poco liada. Recuerdo que el 15 de marzo, en el súper cerca de mi casa (el Dia%, pague un montón, casi 20 euros), compré un montón de fruta pensando en reducirlo.
Manzanas, fresas, naranjas… ¡todo rico! Pero la verdad, no creo que la fruta reduzca el sodio directamente. Lo que sí hace es aportarte potasio y otros nutrientes que ayudan a equilibrar el cuerpo.
En cuanto a las verduras, es otra historia. El brócoli, que me encanta, y las zanahorias, son opciones buenísimas. De hecho, la semana pasada hice una sopa de verduras congeladas (las de Lidl, sin salsas, ¡que baratas!) y me sentó genial.
Para resumir: la fruta no baja el sodio, pero sí te ayuda con otros minerales. Las verduras, sobretodo las congeladas sin salsas, sí que son una buena opción para una dieta baja en sodio.
¿Cómo eliminar el exceso de sodio en el cuerpo?
Reducir sodio. Agh, odio la comida sosa. Pero bueno, el médico insistió… menos sal. Menos procesados… Uf, ¿y mis patatas fritas? Tendré que hacerlas yo… con menos sal, claro. ¿O freidora de aire? Leí algo de eso… Más sano, creo.
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Alimentos frescos. Frutas, verduras… Aburrido. Pero el otro día hice una ensalada… con aguacate, tomate, cebolla morada… ¡Estaba buenísima! Debería apuntar la receta. ¿Dónde dejé el boli?
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Adiós embutidos. Jamón serrano… Chorizo… ¡Noooo! Bueno, un poco de vez en cuando… ¿O no? El médico dijo que nada. Quizás pavo. Pavo al horno con especias… Suena bien. Tengo que ir al súper. Comprar pavo, verduras… ¿Y qué más? Apuntarlo. Boli… boli…
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Sin sal añadida. A ver, a ver… ¿Cómo se cocina sin sal? Especias. Sí, especias. Compré un montón el otro día. Cúrcuma, pimentón, comino… ¡Ah! Y hierbas provenzales. Para el pollo. Pollo al horno con hierbas provenzales. ¡Qué rico! Mañana lo hago. Hoy… ¿qué como hoy?
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Controlar etiquetas. Odio leer las etiquetas. Tantas letras pequeñas… Pero bueno, es importante. Sodio, azúcar… grasas saturadas. Un rollo. Ayer compré pan integral… y tenía un montón de sodio. Increíble. Tendré que mirar otra marca. La del súper de la esquina, creo que era mejor.
Ayer cené en casa de Marta. Hizo lentejas. Sin sal añadida, dijo. Y estaban buenas. Usó muchas especias. Me dio la receta. La tengo que buscar. Está en el bolso, creo. Un bolso enorme, nunca encuentro nada. Lentejas… sí, lentejas mañana. Con verduras. Zanahoria, patata, cebolla…
El médico me recomendó beber más agua. Dos litros al día. Casi nunca lo consigo. Hoy he bebido… ¿un litro? Más o menos. Tengo que comprar una botella grande. De esas con medidor. Así controlo lo que bebo. Y menos refrescos. Los refrescos tienen mucha sal. ¿O era azúcar? Bueno, los dos son malos.
¿Cómo eliminar el exceso de sodio en el cuerpo?
Las tres de la mañana. Otra vez despierto… El sodio… me ahoga. Siento como si me estuviera oxidando por dentro, un peso horrible en el pecho.
Reducir la sal, sí, lo sé. Pero es que… la comida sin sal… es sosa, insípida. Un vacío. Como mi vida últimamente. Y esa sensación… esa falta… me recuerda a él.
Menos procesados, ¿verdad? Como si fuera tan fácil. Ayer cené una pizza de esas congeladas, de las que te prometen queso… ¡queso!. Un engaño. Sabía a químicos y… a soledad. Me siento tan solo. Igual que el sabor de esa pizza.
Esa sal, esa maldita sal que le ponía a sus papas fritas… esas papas que comíamos juntos. Recordarlo… me duele tanto.
Más cosas naturales, ¿no? A ver… ¿dónde encuentro la fuerza para eso? Para ir al mercado, elegir… todo es un esfuerzo, una batalla constante contra la inercia. Contra la tristeza.
- Quesos: dejo de comprar los de cabra, los curados, los… todos.
- Repostería: no más tartas de crema. No más… nada.
- Carnes frías: un jamón serrano en rodajas finas, un lujo que ya no puedo permitirme.
El sodio… es como un reflejo de mi vida, lleno de cosas artificiales, de cosas que no me nutren. Solo me dejan más vacío. Necesito ayuda, lo sé. Pero… ¿cómo pedirla?
No es fácil. No lo es. Necesito cambiar, pero ahora mismo solo puedo pensar en él. En su ausencia.
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