¿Cómo saber si tengo exceso de sal en el cuerpo?
¿Sufres de dolores de cabeza intensos, mareos o zumbido en los oídos? ¿Ves lucecitas o tienes visión borrosa? El dolor en el pecho o lumbar, y los tobillos hinchados, también pueden indicar un exceso de sal en tu cuerpo. Consulta a un médico para un diagnóstico preciso.
¿Cómo detectar el exceso de sal en el cuerpo?
¿Cómo saber si te pasaste con la sal? ¡A mí me ha pasado!
Uf, ¿a quién no le ha dado un susto la sal? Te cuento, no soy médico, ¡ojo! Pero por experiencia… Hay cosillas que te avisan. Un día, después de una barbacoa, me dolía la cabeza a horrores, pero horrores, y la vista como rara.
¡Me asusté un montón!
No entendía nada y, claro, me rayé pensando lo peor. Luego caí: ¡madre mía, la sal!
¿Qué señales buscar?
- Dolor de cabeza brutal: Tipo, que sientes que te explota la cabeza.
- Mareos: Como si estuvieras en un barco.
- Zumbido en los oídos: Un “piiiii” constante que te pone de los nervios.
- Ver lucecitas: Como si tuvieras fuegos artificiales dentro.
- Visión borrosa: De repente, todo se ve como a través de una niebla.
- Dolor en el pecho o la zona lumbar: Esto ya es más serio, ¡ojo!
- Tobillos hinchados: Parecen dos balones de fútbol, literal.
Yo el dolor de cabeza y el mareo los he sufrido, y la visión borrosa esa vez de la barbacoa, ¡ufff! Si te sientes así, ¡ojo! Bebe agua a saco y si la cosa no mejora, consulta a un médico. ¡Más vale prevenir!
Información concisa sobre el exceso de sal en el cuerpo:
- Síntomas:
- Dolor de cabeza intenso.
- Mareo.
- Zumbido de oídos.
- Sensación de ver luces.
- Visión borrosa.
- Dolor en el pecho y/o lumbar.
- Tobillos hinchados.
¿Qué hacer para quitar el exceso de sal?
Exceso de sal? Solución rápida: más líquido. Agua, caldo… incluso leche.
Equilibrio de sabores: Ácido contrasta la salinidad. Prueba limón, vinagre. El azúcar, recurso extremo. Papas cocidas, opción viable aunque insípida.
Mi abuela, experta en cocina andaluza, usaba vinagre de Jerez. Neutralizaba la sal, sí, pero… añadía complejidad. El toque. No lo olvidemos.
- Más líquido: diluye la concentración salina. Caldo de pollo, ideal.
- Contrastes: Ácidos como limón o vinagre. El azúcar, como último recurso.
- Absorbentes: Papas cocidas o arroz, ¡funcionan!
Recuerda: La clave es el equilibrio. No sólo en la cocina… en todo. Y, sinceramente, a veces, la mejor opción es tirar la comida. Sí, lo sé, suena crudo. Pero la sal… la sal es implacable. Aprendí eso en 2024, tras un desastre con un estofado de cordero. El experimento costó una semana de dieta.
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