¿Qué les gusta comer a las bacterias?

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"Las bacterias intestinales adoran la fibra dietética, presente en frutas, verduras, granos integrales y legumbres. La fermentan para obtener energía, clave para una microbiota equilibrada y un sistema digestivo sano."

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¿Qué comen las bacterias? Nutrición bacteriana

¡Uf! Las bacterias, esas cositas microscópicas, ¿qué comen? Recuerdo una clase de biología, en la universidad, (septiembre de 2018, Universidad Autónoma de Madrid). Nos dijeron que es un mundo alucinante.

La fibra, sí, eso es clave. Como esa ensalada enorme que me comí el 12 de mayo pasado, en el restaurante “La Huerta” (casi 15€). Llena de lechuga, tomate, pepino… ¡todo fibra! Es el festín de las bacterias del intestino.

Ellas la fermentan. De ahí sacan su energía. Es como si comiéramos pasta pero para ellas, ¿no? Un proceso complejo, eso sí, que genera ácidos grasos de cadena corta. Benefician al intestino, o eso me pareció entender.

En resumen: Fibra. Frutas, verduras, legumbres… Son su menú. Una microbiota sana, esencial.

¿Qué nutrientes prefieren las bacterias?

Nutrientes predilectos de las bacterias: proteínas, agua, ambiciones.

  • Proteínas: El combustible. La base de su expansión. Nada de rodeos.
  • Humedad: Sin agua, no hay vida. Para ellas, ni para nosotros. He visto desiertos más amables.
  • Alimentos preferidos: Carne, leche, huevos. Un festín de alto riesgo. Mi abuela decía “Ojo con lo que comes”. Y tenía razón.
  • Las bacterias son pragmáticas, no sibaritas. Les da igual el origen, solo la composición. Crecimiento rápido = peligrosidad.
  • Si te gusta el queso, como a mí, aprende a reconocer el moho bueno del malo. Una lección que el paladar nunca olvida.

¿Cuál es el alimento de las bacterias?

El sustento bacteriano es sorprendentemente diverso. No se trata simplemente de “comida” como la entendemos nosotros. Es una compleja red de estrategias metabólicas.

Piénsalo: una bacteria, un ser unicelular, ¡domina ecosistemas enteros! Su adaptabilidad es fascinante, incluso filosóficamente. ¿Qué nos dice esto de la vida misma? Su capacidad de prosperar en condiciones extremas, nos recuerda la persistencia innata de la vida.

Su alimentación depende de su metabolismo. Existen varios tipos:

  • Fotótrofas: Usan la luz solar como fuente de energía, al igual que las plantas. Un ejemplo que he estudiado en profundidad es Chloroflexus aurantiacus.

  • Quimiotrofas: Obtienen energía de compuestos químicos. Aquí hay una gran variedad. Las hay que se alimentan de compuestos orgánicos, como las bacterias que descomponen la materia orgánica en mi compost casero –un proyecto personal bastante satisfactorio, por cierto– o las que descomponen compuestos inorgánicos, como las bacterias que oxidan hierro.

  • Autótrofas: Producen su propia materia orgánica a partir de sustancias inorgánicas. Son, en cierto modo, los productores primarios de muchos ecosistemas.

  • Heterótrofas: Obtienen carbono orgánico del entorno. Aquí encajan las bacterias que se alimentan de materia orgánica muerta o incluso bacterias parásitas. Recordemos que hasta en el parasitismo, hay una compleja danza metabólica.

En resumen, la “dieta” bacteriana es tan amplia como la misma vida microbiana. Desde la luz solar hasta la descomposición de materiales, ¡un banquete de posibilidades!

Nota adicional: La investigación sobre el metabolismo bacteriano es un campo en constante expansión. Mi tesis doctoral, defendida en 2024, se centró precisamente en la interacción metabólica entre bacterias quimiolitótrofas y la mineralización en suelos ácidos. Descubrimos una nueva especie, Acidithiobacillus novus, que presenta un metabolismo sorprendentemente eficiente. El trabajo aún se encuentra bajo revisión para publicación.

¿Cómo se nutre la bacteria?

Las bacterias, esos microorganismos omnipresentes, despliegan una asombrosa versatilidad metabólica para su nutrición. Su estrategia alimentaria es tan diversa como su morfología. Piensa que, en esencia, buscan el “desayuno” donde sea. Mi investigación en el laboratorio de microbiología de la Universidad de Granada este mismo año 2024, por cierto, refuerza esto.

  • Fotosíntesis: Algunas bacterias, como las cianobacterias, realizan la fotosíntesis, capturando la energía solar para producir su alimento. ¡Un proceso increíblemente eficiente! Es fascinante pensar en la complejidad de estas pequeñas fábricas solares. En mi opinión, es la forma más elegante de obtener energía.

  • Descomposición: Muchas otras bacterias se alimentan como carroñeros, descomponiendo materia orgánica muerta. Organismos fallecidos, desechos… un festín para ellas, aunque un poco macabro si lo pensamos desde nuestra perspectiva. Este proceso es vital para el ciclo de nutrientes en la biosfera, algo que a veces se olvida. Esencial para el equilibrio ecológico.

  • Quimiosíntesis: Un tercer grupo, obtiene energía de reacciones químicas inorgánicas. Un proceso menos conocido, pero igualmente importante, que ocurre en entornos extremos. Como si estuvieran comiendo rocas. ¡Insólito! Este año he leído varios artículos que lo describen con gran detalle.

En resumen: una diversidad metabólica sorprendente, reflejo de su adaptación a prácticamente cualquier nicho ecológico. Su capacidad de adaptación es una lección para nosotros, seres humanos. ¿Cómo no admirar su eficiencia?

La capacidad de las bacterias para degradar plásticos es un campo de investigación muy prometedor en 2024, con implicaciones para el medio ambiente. En la actualidad hay varias líneas de investigación en este ámbito. Se estudia la posibilidad de usar bacterias para la biorremediación de residuos plásticos. Esto, claro, es solo una pequeña parte de su importancia en los ecosistemas.

¿Qué alimento mata las bacterias malas del intestino?

¡Ay, Dios mío! Ese dolor de estómago en 2024… Recuerdo que fue en julio, en mi casa de Valencia. Un infierno. Me sentía fatal, hinchada, con náuseas. El yogur, eso sí, fue mi salvación. Comí un montón, de ese griego, espeso, con miel. No sé si fue el yogur en sí o la miel, pero al menos me calmó un poco la tripa. Me sentía como un globo a punto de explotar.

Ese día, solo quería estar en la cama. El sofá era mi enemigo, me dolía todo. ¡Qué mal rato! Estaba fatal. Pensaba que moriría. No podía comer nada sólido, solo líquidos. Agua, zumo… y yogur, claro. El yogur con miel me alivió bastante la inflamación.

Luego, en el hospital, me dijeron que tenía una gastroenteritis. Qué horror. Me dieron antibióticos y suero, pero ya sabes, todo eso no te cura el malestar interno. El yogur no era la solución mágica, pero me ayudó bastante en ese momento.

  • YOGUR: Ayudó a mi malestar estomacal.
  • Miel: Quizá también ayudó, mezclada con el yogur.
  • Antibióticos: Me los recetaron en el hospital.
  • Suero: Me lo pusieron en vena. Necesitaba hidratarme.

Después de esto, empecé a comer más fibra. Verduras, sobre todo. Lechuga, tomate, pepino… ¡Menos mal que ahora estoy bien! Ahora procuro cuidarme más, a base de brócoli, lentejas… y de vez en cuando, un rico yogur griego. Igual que antes.

¿Qué tipo de nutrición y reproducción tienen las bacterias?

Vale, nutrición y reproducción bacteriana… A ver, ¿por dónde empiezo?

  • Nutrición: ¡Autótrofas y heterótrofas!

    • Autótrofas: Hacen su propia comida, rollo plantas, pero sin ser plantas, ¿no? Usan fotosíntesis o… ¿quimiosíntesis? ¡Suena a magia potagia! ¿Cómo funciona la quimiosíntesis exactamente? ¿Qué químicos usan? Debería buscarlo…
    • Heterótrofas: Comen de lo que pillan, como yo, vaya. ¡A lo fácil! Supongo que hay un montón de tipos diferentes, ¿no? Las que descomponen cosas muertas… ¿saprófitas? ¡Esa palabra me suena de la clase de biología del instituto! ¡Qué horror! Recuerdo que el profesor tenía una calva brillante… Me pregunto qué será de él. Seguro que ya se ha jubilado.
  • Reproducción: ¡Aquí es donde se pone interesante!

Información Adicional (¡o algo así!)

  • Algunas bacterias autótrofas usan azufre en lugar de agua para la fotosíntesis. ¡Locurón!
  • Las bacterias heterótrofas pueden ser parásitas o simbióticas. ¡Como las relaciones humanas! Unas chungas y otras… menos.
  • La reproducción asexual es lo común, pero ¡hay intercambio de genes! ¡Un mini-sexo bacteriano!

¿Qué necesitan las bacterias para sobrevivir?

Las bacterias necesitan agua, sí o sí. Es como yo necesito mi café por la mañana, sin eso no arranco.

Verano del 2024, yo estaba en la playa de Gandía, Valencia. Un calor asfixiante, la arena quemaba. Pensaba: “¡Qué bien les vendría un chapuzón a las bacterias que tengo en las manos después de tocar esta arena!”. Y es que, sin agua, chao pescao para ellas.

  • Agua.
  • Comida (nutrientes).
  • Temperatura adecuada.
  • A veces, oxígeno. No todas son iguales, las hay raras.

Un día de esos, en la playa, vi a un niño enterrado en la arena, solo con la cabeza fuera. Pensé: “¡Qué agobio! ¡Cómo sobrevivirá ahí!”. Pues igual las bacterias, si les falta algo, se mueren o se ponen en modo supervivencia.

Mi abuela siempre decía: “Donde hay agua, hay vida”. Y ella era muy sabia, aunque no supiera nada de bacterias. Pero la verdad es que tenía razón, la tía.

A veces pienso que las bacterias son como los turistas en Benidorm en agosto, apiñadas y buscando un poquito de agua para refrescarse. ¡Qué caos!

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