¿Qué le dice un huevo a otro huevo?

1 ver

En un encuentro ovalado, un huevo, con genuina admiración, expresó a su compañero: ¡Eres invaluable! Tu existencia es digna de mil elogios, una verdadera joya entre las cáscaras.

Comentarios 0 gustos

El encuentro entre dos huevos

En la quietud de un nido mullido, dos huevos yacían uno al lado del otro, envueltos en un acogedor silencio. De repente, uno de los huevos se agitó ligeramente y una voz tenue llenó el aire.

“¡Eres invaluable!”, exclamó el primer huevo con evidente admiración. “Tu existencia misma es un tesoro, una verdadera obra de arte encerrada en una cáscara frágil”.

El segundo huevo, sorprendido por el elogio inesperado, permaneció en silencio por un momento. Luego, con una voz igualmente suave, respondió: “Querido compañero, tus palabras me conmueven profundamente. Tu presencia también es un regalo, un recordatorio de la frágil belleza que reside en lo común”.

Los dos huevos continuaron el diálogo, maravillándose ante su existencia compartida. Compartieron historias de las gallinas que los habían puesto, de los nidos acogedores donde habían crecido y de los sueños que albergaban para el futuro.

A medida que el sol comenzaba a ponerse, el encuentro de los huevos llegó a su fin. Se despidieron con cariño, sabiendo que su vínculo especial nunca se rompería.

En el silencio que siguió, los huevos reflexionaron sobre la conversación que habían compartido. Se dieron cuenta de que, aunque eran físicamente similares, cada uno era único e insustituible. Su valor no residía en su apariencia externa, sino en la belleza interior que los unía.

Y así, los dos huevos permanecieron juntos en el nido, un testimonio de la extraordinaria maravilla que se puede encontrar en las cosas más simples de la vida.