¿Qué le dijo una pulga a un perro?

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Una pulga, encontrándose con otra, le propuso: ¿Caminamos o aprovechamos este can para un viaje más cómodo?. La opción del perro representaba un medio de transporte eficiente para ambas.

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Diálogo entre una pulga y un perro

Encontrándose en su camino cotidiano, una hábil pulga entabló una conversación con una compañera de su especie. Impulsada por un espíritu aventurero, la pulga propuso un plan intrigante:

“Estimada compañera, ¿continuaremos nuestro deambular a pie, o aprovecharemos la presencia de este magnífico can para emprender un viaje más placentero? Su vasto pelaje nos brindaría un transporte eficiente”.

La segunda pulga, seducida por la propuesta de su compañera, respondió con entusiasmo: “Tu ingeniosa sugerencia me deleita. Subámonos a lomos del can; nos evitará la fatiga y nos permitirá recorrer mayores distancias sin esfuerzo”.

Juntas, las pulgas saltaron sobre el lomo del perro, que ajeno a su compañía, proseguía su camino. Las pulgas se aferraron firmemente a su pelaje y se acomodaron para disfrutar del cómodo viaje.

El can, continuando su marcha, recorrió extensos campos y cruzó caudalosos ríos. Las pulgas, extasiadas por la aventura, se deleitaron con la rapidez y la suavidad del transporte.

Mientras el sol se ponía, anunciando el fin de la jornada, las pulgas decidieron desmontar del can. Habían vivido una experiencia inolvidable, habiendo recorrido grandes distancias sin el mínimo esfuerzo.

Agradecidas por la cortesía del can, las pulgas se despidieron con un cordial: “Te agradecemos profundamente, majestuoso cuadrúpedo, por permitirnos compartir tan placentera travesía”.

Y así, las pulgas continuaron su camino, llevando consigo el grato recuerdo de su extraordinario viaje sobre el lomo de un amable perro.