¿Qué son las habilidades más demandadas?

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Las habilidades más demandadas actualmente giran en torno a la tecnología. SQL, Inteligencia Artificial y Ciberseguridad encabezan la lista, reflejando la creciente digitalización. El mercado laboral prioriza profesionales con estas competencias.

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¿Cuáles son las habilidades más demandadas en 2024?

¡Uf!, en serio que definir las habilidades más buscadas en 2024 me deja un poco… ¿descolocado? Es que el mercado cambia tan rápido. Recuerdo en marzo del 2023, en una feria de empleo en Madrid, escuchar a varias empresas decir que necesitaban programadores con experiencia en Python. ¡Pagaban bien, eso sí! Hablamos de sueldos alrededor de 45.000€ al año, mínimo.

Pero, además de Python, creo que las bases de datos siguen siendo cruciales. SQL es un clásico, y si dominas eso, tienes muchas puertas abiertas.

La inteligencia artificial está explotando, claro. No solo se busca gente que sepa programar en Python para IA, sino también perfiles que entiendan de “machine learning” o “deep learning”. Eso sí que es un mercado nicho con salarios altísimos.

También, por desgracia, la ciberseguridad está más demandada que nunca. He visto ofertas para analistas de seguridad con experiencia en Pentesting, ofreciendo más de 60.000€ al año, ¡increíble!.

Habilidades demandadas 2024: Python, SQL, Inteligencia Artificial (Machine Learning, Deep Learning), Ciberseguridad.

¿Qué son las 7 habilidades?

¡Las siete habilidades mágicas para triunfar, o al menos, para no parecer un completo desastre!

Comunicación: Es como tener un súper-poder. No hablo de telepatía (aunque estaría genial), sino de esa capacidad de expresarte con claridad, ¡y sin que te confundan con un loro repitiendo lo mismo sin parar! Mi vecina, la abogada Petra, lo domina a la perfección, incluso con mi perro que solo entiende ladridos.

Negociación: A veces, la vida es una partida de póker. Debes saber cuándo apostar fuerte, cuándo retirarte con elegancia (como si hubieras ganado) y cuándo usar esa carta secreta que nadie sospecha que tienes, esa que aprendiste en un curso online a las 3 am.

Gestión del tiempo: Como dijo mi abuelo (que tenía una agenda más apretada que un calendario de conciertos de Bad Bunny), “El tiempo es oro, pero el oro no compra más tiempo”. Organización, prioridades… ¡y huir de los agujeros negros de las redes sociales!

Liderazgo: No se trata de gritar órdenes como un sargento, sino de inspirar, de guiar, de ser el faro en la tormenta… o al menos, de parecerlo. Hay quien nace líder, otros lo aprenden… y otros lo fingen bastante bien.

Pensamiento crítico: Analizar, cuestionar, no creerte todo lo que te dicen, incluso si lo dicen con una sonrisa y un Power Point reluciente. Mi sobrino, que tiene 10 años, ya ha desarrollado esta habilidad mejor que muchos adultos. ¡El pequeño Yoda!

Desarrollo constante: La vida es un aprendizaje continuo, como aprender a montar en bici, o a no quemar la cena. Cursos, libros, charlas… ¡no te quedes estancado en el pasado! A menos que sea un pasado glorioso, eso es otra historia. Este año, aprendí a hacer pan. ¡El pan es mi nuevo mejor amigo!

Toma de decisiones: A veces, la indecisión es peor que una mala decisión. Toma la decisión, y si es incorrecta, aprende de ella. ¡Al menos así lo hago yo!

Recuerda: Estas habilidades no son recetas mágicas. Son herramientas, como un buen martillo para construir tu propia casa, literal o figurativamente hablando. ¡Y la tuya, será única!

¿Qué es una habilidad de alta demanda?

Una habilidad en alta demanda, ¡oh, qué maravilla pragmática! Es como el unicornio del mercado laboral, todos la persiguen, aunque pocos la encuentran (a un precio razonable, claro). Es la cualidad que hace que los reclutadores babeen como Homer Simpson frente a una rosquilla.

No es magia negra, eh. Es simple: es una destreza que las empresas necesitan desesperadamente este año. Y si tienes una, ¡bingo!, tienes más posibilidades de pillar cacho laboral que un influencer patrocinado. ¡Ojo!, que luego hay que usarla bien, no vale solo con decir que la tienes.

¿Un ejemplo? Pues ahora mismo, diría que todo lo relacionado con la IA, es decir, inteligencia artificial, está que arde. Desarrolladores que sepan domar a estos algoritmos rebeldes, analistas que puedan extraer jugo de los datos que vomitan las máquinas… ¡Eso vale oro! O bueno, al menos un sueldo decente.

Pero no te creas todo lo que te dicen. Las modas laborales cambian más rápido que mi estado de ánimo un lunes por la mañana. Hoy es IA, mañana igual es volver a hacer cestos de mimbre. ¿Quién sabe?

  • ¿Cómo saber qué está en demanda? Investiga, pregunta, espía foros de reclutamiento… ¡Sé como un detective del empleo!
  • Ojo con las “habilidades blandas”, que no son tan blandas. La comunicación, el liderazgo, la capacidad de trabajar en equipo… Esas cosas también importan, aunque no parezcan tan “sexy” como programar en Python.

Un consejo de amigo: No te obsesiones con tener todas las habilidades en demanda. Céntrate en las que te gusten y se te den bien. Al final, la pasión y la dedicación valen más que mil cursos online. Y si no, siempre puedes aprender a hacer cestos de mimbre. ¡Nunca se sabe!

¿Qué es la demanda de habilidades?

Demanda de habilidades: El mercado dicta.

  • Necesidades presentes, futuras. Simple.
  • Actores económicos, gobiernos observan. ¿Realmente deciden?
  • Políticas de empleo… un espejismo.

Detectar hoy, proyectar mañana. Suena lógico. Inútil. Como predecir el clima en Marte. La realidad siempre sorprende.

  • Ejemplo personal: estudié filosofía. Ahora programo. El mercado… caprichoso.
  • Adaptación. Clave.

Información adicional: la demanda de habilidades cambia. Rápido. Intentar predecirla es un juego. A veces sale bien. Casi nunca. El futuro laboral es incierto. Eso es todo.

¿Qué habilidad es mejor pagada?

¡Ay, madre mía, la pregunta del millón! ¿Qué habilidad te hace millonario (o al menos, te saca de pobre)? Olvida el “mejor pagado”, eso suena a oficina de recursos humanos. Digamos… ¿qué te convierte en un dios del mercado laboral?

Pues mira, este año, 2024, parece que el Olimpo laboral está así:

  • Analítica de datos: ¡Estos tipos son los oráculos modernos! Predicen el futuro (o al menos, las ventas del próximo trimestre) con una precisión que a Nostradamus le hubiese dado un infarto. Son como los magos de los números, pero en lugar de conejos sacan insights. Y cobran por ello, ojo. Mi primo trabaja en eso y se compra Lamborghinis… bueno, un patinete eléctrico, pero es un comienzo.

  • Diseño UX/UI: La estética mola, ¿eh? Estos artistas digitales hacen que hasta una declaración de impuestos parezca atractiva. Son los magos de la interfaz, los alquimistas de la experiencia de usuario. Si la app es intuitiva, elegante y adictiva, ellos son los culpables (en el buen sentido). En serio, una amiga trabaja de esto, y me ha invitado ya dos veces a Ibiza. Casualidad? ¡No lo creo!

  • Inteligencia Artificial: ¡Ay, la IA! El futuro, el presente, mi futuro suegro… ¡Es broma! (Aunque, a veces, no tanto). El que domine la IA, domina el mundo. O al menos, el mercado laboral. Es como tener un ejército de robots programadores a tu servicio. Ahora bien, yo sigo programando en BASIC, así que…

¿Otras habilidades? Claro, hay más. Pero estas tres son las reinas del baile. Y créeme, el baile se paga. Bueno, a menos que seas un bailarín de flamenco. Ahí el tema es distinto, ¡ay, qué arte!

Dato curioso de mi vida: Intenté aprender IA. Duré tres días. Ahora programo con bloques de LEGO, es más fácil.

Conclusión (rápida): Analítica de datos, UX/UI, IA. Si quieres pasta, domínalas. Pero si prefieres la paz mental, quédate con el LEGO. A veces, menos es más. Aunque menos LEGO suele significar menos pasta. La vida es un dilema existencial. ¿O es un patinete eléctrico?

¿Cuáles son las habilidades mejores pagadas?

Aquí, en la oscuridad, las cosas se ven distintas.

Las habilidades mejor pagadas… Se dice fácil.

  • Ventas y negociación: Es verdad. Saber convencer… es casi un superpoder. Yo nunca lo tuve. Intenté vender seguros una vez. Fue un desastre. Me sentí como si estuviera robando.
  • Oratoria y comunicación: Hablar bien. Saber expresarse. Yo… escribo mejor que hablo. Supongo que es algo.
  • Marketing digital: Esto… ¿qué sé yo de esto? Veo anuncios todo el tiempo. Imagino que alguien tiene que hacerlos. Este año mi sobrino se hizo un curso. A ver qué tal le va.
  • Manejo financiero: Irónico, ¿no? Que algo tan esencial sea una habilidad. Debería ser un derecho. O al menos, enseñarlo en la escuela. Yo siempre ando justo a fin de mes.
  • Programación y tecnología: Ahí sí que me pierdo. Veo a los jóvenes tecleando. Números y símbolos que no entiendo. Es el futuro, dicen. Yo me siento del pasado.
  • Gestión del tiempo: Ojalá pudiera comprar esa habilidad. Siempre llego tarde a todo. Siempre. Es algo que me persigue.

Son habilidades que se pueden aprender. Pero, ¿se puede aprender a querer aprenderlas? Creo que ahí está el verdadero truco.

Info extra:

  • En 2024, la inteligencia artificial y el aprendizaje automático están cobrando mucha fuerza en el mercado.
  • Los sueldos en tecnología siguen subiendo.
  • Las habilidades blandas (comunicación, liderazgo) son cada vez más importantes.

¿Qué aprender para ganar mucho dinero?

¡Ay, Dios mío! ¿Dinero, dinero, dinero? Siempre pensando en eso… Marketing digital, ¡claro! Eso está súper demandado. Vi un anuncio el otro día, ¡una agencia buscaba alguien con experiencia en SEO y me quedé pensando…! ¿Será que me meto a ese curso online que vi?

Uy, se me olvidaba: Desarrollo de software. Mi primo lo hace y gana un montón, ¡un pastón! Dice que le pagan por proyectos en Python, eso sí. Yo programando… ni de broma. Demasiado complicado. Me da pereza. Mejor diseño… Diseño UI/UX suena bien, más visual.

Inteligencia Artificial ¡qué miedo! Suena a ciencia ficción. Aunque, ¿será el futuro? ¿Debería aprenderlo? Es que… ¡tantas cosas! Me siento abrumada. ¿Blockchain? Ni idea. Eso sí, análisis de datos… eso lo he oído por ahí… ¡Ah! ¡Y ciberseguridad! Importante, pero no sé, siento que me falta algo. Es un mundo muy técnico. ¿Aprender todo eso?

Computación en nube… ¿es lo mismo que un servidor? ¡Qué lío! Necesitaría un plan… ¿o dos? ¿Tres? Este año me apunté a un curso de marketing, pero es mucho trabajo. Me falta tiempo. Tengo que organizar mi vida mejor, ¿no?

  • Marketing digital (SEO, SEM, ¡todo!)
  • Diseño UI/UX (Figma, Adobe XD…) ¡Me compraré una tableta!
  • Desarrollo web (Python, ¡por favor que sea fácil!)
  • Análisis de datos (Excel, Power BI, lo que sea)
  • IA (¡Ay, Dios mío!)
  • Ciberseguridad (¡Demasiado técnico!)
  • Blockchain (Aún no lo entiendo)
  • Computación en nube (¿AWS? ¿Azure?)

Necesito un descanso… ¡Un café!

¿Cuál es la carrera en la que más dinero se gana?

Aquí, en la oscuridad, me pregunto…

Ingeniería, supongo. Las ingenierías.

  • Ingeniería Mecánica… 31.643 euros. Me pregunto si eso incluye a mi primo, el que siempre hablaba de coches. Siempre fue tan ambicioso, más que yo.
  • Industrial… 31.474. Casi lo mismo. ¿Será que el esfuerzo vale la pena? A veces lo dudo tanto.

Las pastillas de mi abuela. Farmacia también, con 31.391 euros. Siempre le agradezco a la farmacéutica que me explica todo con tanta paciencia. Me gustaría saber si ella está contenta con su vida.

Ingeniería de Materiales, 31.450 euros. Es raro pensar en materiales, en cómo se construyen las cosas. Mi casa se está cayendo a pedazos.

Civil… 30.370 euros. Esa gente que construye puentes y edificios. Yo solo construyo castillos en el aire que se desmoronan al amanecer.

¿Qué carrera es la mejor para ganar dinero?

¡Uf, qué pregunta! La mejor carrera para ganar dinero… No hay una respuesta fácil, ¿sabes? Yo viví eso en carne propia. En 2024, terminé mi ingeniería civil en la UNAM. Estaba convencido, ¡totalmente seguro!, que iba a ser rico. Trabajos bien pagados, ¡estabilidad! ¡Eso creía!

La realidad, ¡ay, la realidad! Es brutal. Me gradué en junio, y hasta octubre no conseguí nada. Octubre, ¡casi cuatro meses! Sentía la presión, el peso de la deuda estudiantil, la angustia de no poder ayudar a mi familia. Tenía que pagar el alquiler de mi diminuto departamento en Coyoacán, cerca del Viveros de Coyoacán, un lugar precioso, pero caro. ¡Y el estrés era tremendo! Recuerdo ese café, amargo y frío, mientras revisaba las ofertas de trabajo, ¡una tras otra, todas pidiendo experiencia!

Ingeniería civil no es sinónimo de riqueza rápida. ¡Eso lo aprendí a golpes!

Luego, ¡por fin!, un trabajo… Un proyecto en el Estado de México, lejos de mi familia, lejos de todo. El sueldo, decente, sí. Pero… ¡Mucho trabajo! Horas extra sin parar, viajes extenuantes. Me sentía exprimido, como un limón, un limón seco. A veces, me decía: “¿Qué hago aquí?”. Pero la deuda… la deuda me mantuvo a flote.

Medicina o finanzas, sí, pueden ganar más, pero… el camino es duro. Eso sí lo sé.

  • Medicina: Años de estudio intenso, mucha responsabilidad.
  • Finanzas: Competitivo, con alta presión.
  • Ingeniería Civil: Mucho trabajo de campo, a veces en condiciones difíciles.
  • Consultoría: Se ve bien, pero mucha competencia.

El dinero no lo es todo, aunque lo parezca. La satisfacción personal, el equilibrio, importan mucho, mucho más de lo que imaginé. Ahora veo la vida con otros ojos. Quizá en un futuro estudie un MBA, ¡quién sabe!

Ahora mismo, estoy explorando otras opciones. Quizás una maestría o cambiar de sector. La vida da muchas vueltas. Y a veces, hay que reinventarse.

En resumen: No hay una carrera “mejor” para ganar dinero. El éxito depende de muchos factores.

¿Qué estudiar si quiero tener mucho dinero?

¡Uf, qué difícil! Quiero mucho dinero, ¿eh? Siempre soñé con una casa enorme en la playa, como la de mi tía en Acapulco, pero… ¿mucho dinero?

En serio, pensé en Medicina. Mi hermana estudió eso, ¡y vaya si es pesado! Recuerda cuando estuvimos en el hospital aquel día de 2024, en el ABC de Observatorio, y vi la cara de cansancio de mi hermana? Ese olor a antiséptico… me dio escalofríos. No sé si yo podría. Aunque sí, ganan un pastón.

Ingeniería suena bien también, ¿no? Mi primo es ingeniero civil y se compró una camioneta nueva, ¡una Ford Raptor, brutal!. Pero dice que es un trabajo con muchísima presión.

Este año, estuve en una charla de una minera, en Zacatecas. Minería… ¡qué aventura! Pero las condiciones de trabajo… Es peligroso, es duro. Vi los videos del proceso, en la mina de Fresnillo. Me dio hasta vértigo. Aunque… el sueldo, ¡ay, Dios mío!

Arquitectura… ¡me encanta! Dibujar, diseñar… pero… ¿y el dinero? No sé si en México alcance para lo que quiero. ¡Además me da mucha flojera la parte de gestión!

En resumen, no lo tengo claro. Medicina, sí, pero mucho trabajo, mucha presión. Ingeniería, buena paga, pero duro. Minería, mucho dinero, pero… ¡qué riesgo! Arquitectura, me apasiona, pero… ¿será suficiente? ¡Ay, qué lío!

  • Medicina: Alta remuneración, alta exigencia.
  • Ingeniería Civil: Buena remuneración, mucha presión.
  • Minería: Sueldos muy altos, pero trabajo peligroso.
  • Arquitectura: Me gusta, pero incertidumbre salarial.
  • Ciencias Políticas: No me llama.

Necesito investigar más. Quizá una maestría después de algo… No sé. ¡Qué estrés! Necesito un tequila.

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