¿Cómo actúa un purgante en el estómago?

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Un purgante estimula las evacuaciones al atraer agua al intestino, ablandando las heces y permitiendo su paso.

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El mecanismo de acción de los purgantes: más allá de la simple atracción de agua

Si bien la idea simplificada de que un purgante solo atrae agua al intestino para ablandar las heces es común, la realidad es más compleja y abarca diferentes mecanismos según el tipo de purgante. Entender cómo funcionan realmente estos medicamentos es crucial para su uso seguro y eficaz.

Un purgante no actúa directamente en el estómago, sino principalmente en el intestino, específicamente en el intestino grueso o colon. Si bien algunos pueden tener efectos secundarios gástricos como náuseas, su principal función se desarrolla más abajo en el tracto digestivo. La idea de “atraer agua” es una simplificación, ya que existen diferentes vías por las cuales un purgante facilita la evacuación:

  • Osmóticos: Este tipo de purgante, como la lactulosa o el polietilenglicol, sí aumenta la cantidad de agua en el intestino. Lo hacen al retener agua en la luz intestinal, impidiendo su absorción. Esta mayor cantidad de agua ablanda las heces y aumenta su volumen, estimulando el peristaltismo, es decir, los movimientos musculares que impulsan el contenido intestinal hacia el recto.

  • Estimulantes: A diferencia de los osmóticos, los purgantes estimulantes, como el bisacodilo o el sen, actúan directamente sobre la pared intestinal. Irritan la mucosa del colon, aumentando la secreción de agua y electrolitos, y estimulando las contracciones musculares. Este proceso acelera el tránsito intestinal, dejando menos tiempo para la absorción de agua, lo que resulta en heces más blandas y una evacuación más rápida.

  • Formadoras de masa: Los purgantes formadores de masa, como el psyllium o la metilcelulosa, funcionan de manera diferente. Absorben agua en el intestino, formando un gel voluminoso que aumenta el tamaño de las heces y estimula el peristaltismo. A diferencia de los osmóticos, no retienen agua preexistente, sino que incorporan agua a su estructura. Este tipo de purgante es más suave y generalmente se recomienda para el tratamiento del estreñimiento crónico.

  • Lubricantes: El aceite mineral, un purgante lubricante, recubre las heces y la pared del intestino, facilitando el deslizamiento y la evacuación. No ablanda las heces directamente, sino que reduce la fricción.

Es importante destacar que el uso indiscriminado de purgantes puede ser perjudicial. El abuso puede llevar a desequilibrios electrolíticos, deshidratación, dependencia y disminución de la función intestinal normal. Siempre consulte con un médico o farmacéutico antes de utilizar un purgante, especialmente si el estreñimiento es persistente o se acompaña de otros síntomas. La automedicación puede enmascarar problemas de salud subyacentes y retrasar el diagnóstico adecuado. Un profesional de la salud puede determinar la causa del estreñimiento y recomendar el tipo de purgante más apropiado, así como la dosis y la duración del tratamiento.

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