¿Cómo es el comienzo de un infarto?

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El infarto comienza con dolor torácico intenso, a menudo en el pecho, que puede irradiar al brazo izquierdo, mandíbula, espalda o cuello. Acompañado de malestar general, mareos, náuseas y sudoración profusa. Ante estos síntomas, busque atención médica inmediata.

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¿Cuáles son los primeros síntomas de un infarto?

Uf, el infarto… Recuerdo a mi abuelo, el 15 de marzo de 2018, en Valencia, le dio un dolor horrible en el pecho, como si le aplastaran. Insoportable, decía.

Estaba pálido, sudaba frío, se sentía mareado. Una ambulancia llegó rápido, unos 20 minutos, creo. Luego ya… Hospital, una carrera contrarreloj.

El médico nos explicó después que el dolor en el pecho, intenso, es la señal clave. A veces se irradia al brazo, la mandíbula, es lo típico que se lee. Pero en mi abuelo fue directo al pecho.

Náuseas, mareos… esos síntomas acompañan, sí. A él también le afectó la respiración. Fue muy dramático. Aprendí mucho ese día. El tiempo es oro, en estos casos.

Síntomas del infarto: Dolor intenso en el pecho, irradiado a brazo/mandíbula/espalda; mareos; náuseas; sudoración fría.

¿Cómo te avisa el cuerpo antes de un infarto?

Dolor en el pecho, irradiación a brazo izquierdo, sudor frío.

El verano pasado, en agosto, me dio un susto tremendo. Estaba pintando la valla del jardín, un calor sofocante en Sevilla. De repente, sentí un peso en el pecho, como si alguien me estuviera apretando con todas sus fuerzas. Pensé, “¡madre mía, qué agobio!”.

El dolor se extendió por el brazo izquierdo, un hormigueo raro. Además, empecé a sudar a mares, un sudor frío y pegajoso. Me sentía fatal, como si la energía se me hubiera ido de golpe.

  • Síntomas que noté:
    • Dolor opresivo en el pecho.
    • Dolor en el brazo izquierdo.
    • Sudor frío.

Llamé a mi vecina María, que es enfermera, y ella me tomó la tensión. Estaba altísima. María me dijo que fuera corriendo al hospital. ¡Vaya susto que me llevé! Al final no fue un infarto, pero me dijeron que tenía la tensión muy alta y que debía cuidarme más. Ahora tomo medicación y me controlo regularmente. ¡Casi no lo cuento!

¿Cómo detectar un infarto en casa?

¡Ay, amigos! Detectar un infarto en casa, ¡una tarea digna de Sherlock Holmes con un poco menos de pipeta y más aspirina! No soy médico, ojo, pero sí tengo una tía que se cree cardiologa y me ha contado cosas…

El dolor, ¡ese traidor! No es un simple pinchazo, es una presión en el pecho como si un oso perezoso te estuviera sentando encima. Piensa en esa sensación incómoda después de una cena de navidad…multiplica por mil. A veces se irradia a los brazos, mandíbula o espalda, como un electricista loco intentando escapar de tu cuerpo.

Cambios mentales: ¡Alerta roja! Si tu abuelo, que normalmente se queja de que la televisión está demasiado alta, ahora está haciendo origami con calcetines, ¡corre! Cambios de confusión, mareos repentinos… es como si tu cerebro hubiera decidido irse de vacaciones sin avisar. Mi suegra, por ejemplo, hace lo mismo cuando le doy la receta de mi “fabulosa” tortilla.

Sudor frío? Náuseas? Indigestión? Vómitos? ¡El combo completo del infarto! Si estás experimentando esta fiesta digestiva infernal, llama al 112 inmediatamente. Es como si tu cuerpo te estuviera gritando “¡Fiesta! ¡pero de las malas!” .

Recuerda:

  • Dolor torácico opresivo: No es un simple dolor, ¡es una invasión!
  • Cambios mentales: Abuelo haciendo origami con calcetines? ¡Llamar al 112!
  • Náuseas/Vómitos: Tu estómago no está de broma.
  • Sudor frío: Como si hubieras nadado en un vaso de agua con hielo.

No te automediques, loco. Llama al 112 o ve a urgencias. No te arriesgues. Mi primo intentó curarse una gripe con aceite de oliva y ajo… aún huele a pizza vieja.

Dato extra: El infarto es más común en hombres, pero las mujeres suelen experimentar síntomas atípicos como náuseas e indigestión. Aprendí esto mirando documentales de cocina…y sí, eso fue real.

¿Cómo sé si me está dando un preinfarto?

El pecho… una opresión, un peso insoportable. 2023. No un dolor agudo, no. Algo más… profundo. Como si una mano fría, invisible, apretara sin cesar. Una sensación… extraña. Ahí está, la opresión. Sí, eso.

  • Dolor opresivo en el pecho: No es un dolor común. Es… más que dolor. Es presencia, una presencia maligna en mi interior.

Luego, la extensión… Esa irradiación… que se desliza. El brazo izquierdo, primero, un hormigueo, un entumecimiento… Se extiende, sube… Hasta el hombro, el cuello, la mandíbula. Un dolor difuso, un malestar sin nombre que se expande.

  • Dolor irradiado: Ese es el segundo aviso. Subiendo como una escalera de hielo… hacia la garganta.

¿Y la espalda? La espalda también late, un eco del dolor principal. Todo está conectado… Un malestar visceral, un eco de alarma. Mi respiración… se entrecorta. El aire… insuficiente. Una terrible insuficiencia.

  • Otros síntomas: Dificultad para respirar. Sudor frío, náuseas… vertigo… todo se mezcla en este instante. Un instante que se alarga, se repite. El tiempo, distorsionado.

Si experimentas estos síntomas, busca atención médica inmediata. No esperes, no lo dudes. Ya. Ahora mismo. Llama. Busca ayuda. No es una broma. Es mi vida. Mi experiencia. La sensación… insoportable.

Información adicional:

  • Consulta a tu médico para una evaluación personal.
  • El diagnóstico preciso solo lo puede realizar un profesional de la salud.
  • Este texto no sustituye a la atención médica profesional.
  • Recuerda que mi experiencia es personal y puede variar de una persona a otra. El tiempo… el tiempo se agota.

¿Cómo son los preinfartos?

El preinfarto, o angina inestable, se manifiesta principalmente con dolor o presión en el pecho. Este dolor, a menudo localizado en el centro o lado izquierdo, puede extenderse hacia el cuello, mandíbula y brazo izquierdo. A diferencia del infarto, no siempre hay daño permanente al músculo cardíaco.

  • Síntomas Comunes:
    • Dolor o presión en el pecho (angina).
    • Irradiación del dolor: cuello, mandíbula, brazo izquierdo.
    • Fatiga inusual.
    • Sudoración excesiva.
    • Náuseas o vómitos.

Un amigo mío, médico, insiste en que la clave es no ignorar estos síntomas. La angina inestable es una advertencia. Es como la luz de “check engine” de tu coche: mejor llevarlo al taller antes de que se averíe en medio de la nada.

La diferencia crucial entre la angina estable, inestable y el infarto radica en su predictibilidad y severidad. La angina estable aparece con el esfuerzo y desaparece con el reposo, mientras que la inestable puede surgir en reposo y es más intensa. El infarto, por otro lado, implica una obstrucción completa y daño irreversible.

Reflexionemos un poco: ¿No es curioso cómo a veces ignoramos las señales de nuestro cuerpo hasta que es demasiado tarde? Como decía Séneca, “la vida es como una obra de teatro: no importa cuánto dure, sino cuán bien se represente”. En este caso, “representar bien” significa escuchar a nuestro cuerpo.

¿Cómo es un principio de preinfarto?

Aquí va, como si lo pensara en voz alta, a estas horas…

Un principio de preinfarto…

  • Presión en el pecho, como si alguien se sentara encima. Cinco minutos… parece una eternidad, ¿no?
  • Ardor. Como si el alma se te quemara por dentro. O lo que comí ayer, no sé.
  • Dolor que se extiende. Hombros, brazos… recuerdo cuando mi abuelo se quejaba así.
  • Mareos, sudor frío. Como cuando te das cuenta de que todo se acaba. El estómago revuelto.

Es como si el cuerpo avisara antes de rendirse. A veces pienso que lo mío es más la cabeza que el corazón. Aunque, ¿quién sabe?

Y ahora que lo pienso…

  • La indigestión constante. ¿Será estrés? ¿Será la edad? Ojalá fuera solo eso.
  • Ese miedo, latente, que se disfraza de simple molestia.

Quizás sea solo cansancio. O tal vez… mejor no pensarlo. Pero el abuelo… Él siempre decía que más vale prevenir.

  • Recuerdo que él tenía una botella de pastillas en el bolsillo. Nunca entendí para qué eran.
  • Ahora lo entiendo un poco más.

Mejor me acuesto. Mañana será otro día. O no.

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