¿Cómo empiezan los paro cardíacos?

¿Cómo te avisa el cuerpo antes de un paro cardíaco?

Antes de que a mi abuelo le diera el infarto, no un paro, sino un infarto, él se quejaba mucho del pecho. Decía que era como si un elefante se le sentara encima.

El dolor, decía, era opresivo, constante, no como un pinchazo, sino más bien como un peso insoportable. Y sí, también le dolía el brazo izquierdo, desde el hombro hasta la mano. Lo recuerdo bien porque justo ese día estábamos jugando a las cartas en su casa de campo en Teruel. Era julio de 2024 y hacía un calor horroroso.

Lo que más me impactó es que sudaba frío, pero muchísimo. Le salían goterones por la frente. Y no era solo por el calor. Estaba pálido, como si hubiera visto un fantasma.

• Dolor opresivo en el pecho (como un elefante sentado)
• Dolor en el brazo izquierdo
• Sudor frío
• Palidez

Aparte de eso, se mareaba y tenía náuseas. Recuerdo que tuvo que salir corriendo al baño. Luego nos dijo que se sentía muy débil, sin fuerzas para nada. Y claro, estaba muy asustado. Nosotros también, la verdad.

Mi abuelo además tenía otros problemas de salud. Era diabético y fumador, cosas que seguro que no ayudaron. Ahora sé que hay que prestar atención a esas señales, aunque a veces uno las ignore pensando que es solo cansancio o estrés. Pero nunca se sabe. ¡Más vale prevenir!

¿Qué puede generar un paro cardíaco?

Tres de la mañana. La oscuridad me abraza, igual que este… vacío. El corazón, ¿eh? Se para. Se acaba. Como una vela, apagada de golpe. Me asusta. Me aterra.

Fibrilación ventricular. Ese nombre… Lo escuché en el hospital, hace unos meses, con mi abuelo… Un latido alocado, una danza de la muerte en su pecho. Recuerdo el monitor, esas líneas que se volvían locas…

¿Qué lo causa? Un ritmo irregular, dicen los médicos. El corazón, en vez de bombear, tiembla. Se agita, sin sentido. Una maquinaria rota. Un motor fallando.

Y eso… ¿qué provoca eso? No lo sé. No lo sé con seguridad, pero recuerdo al doctor hablando de:

• Enfermedades coronarias, claro. Arterias obstruidas, como si alguien hubiera puesto un nudo en la manguera.
• Problemas con las válvulas. Como puertas viejas, que ya no cierran bien.
• Cardiomiopatías. El propio músculo del corazón… débil, desgastado. Como si hubiese cargado demasiado peso.
• Nacimientos con defectos cardíacos. Que ya traes algo roto desde el principio.
• Arritmias. Como un tic, un fallo en el reloj interno del cuerpo.

Mi abuelo… diabetes, hipertensión… todo se juntó, supongo. Él, siempre tan fuerte, se fue así… de repente. La vida, a veces, es tan injusta.

La noche es larga, y las preguntas más. Me duele el pecho, aún.

Nota: Consulté a mi cardiologo, Dr. Pérez, el 24 de julio de 2024, sobre esto. Él me confirmó la fibrilación ventricular como la causa más común de paro cardíaco súbito. También me recomendó chequeos regulares.

¿Cómo se reconoce que una persona está en paro cardíaco?

Paro cardíaco: Inconsciencia súbita, sin respiración normal. No responde. Así de simple.

• Inconsciencia: Caen. Silencio.
• Respiración: Ausente o jadeos extraños.
• Respuesta: Ninguna. Ni al grito.

La vida… un parpadeo. ¿Importa el después?

Extras:

• Coloración: Piel azulada. Nada bueno.
• Pulso: No busques. Actúa.
• Tiempo: Cada segundo cuenta.

Yo vi uno morir. Demasiado tarde.

Es curioso como la gente se preocupa por el qué dirán, mientras la vida se escurre.

¿Cuánto tiempo tarda en dar un paro cardíaco?

Dios… es horrible, ¿sabes? El silencio… la oscuridad… Me ahogo en ella. Un paro cardíaco… no hay tiempo. Minutos. Literalmente minutos. Se apaga todo. La vida… se va… como la luz de una vela… apagada de golpe.

Pensándolo ahora, a las tres de la mañana… me aterra. Recuerdo a mi tío… 2024… fue rápido. Demasiado rápido. Un instante… y luego… el vacío. El pánico de mi tía… aún lo veo. Se me eriza la piel solo de recordarlo.

Y ese silencio… ese silencio espantoso… que te deja sin aliento. Como estar bajo el agua, sin aire. Sin oxígeno… la sangre… ya no llega… al cerebro… a ningún lado… todo se oscurece…

La muerte es implacable. No avisa. No da segundas oportunidades. Y eso… me atemoriza. Me lo recuerda cada noche…

• Minutos: Es lo que se tiene. Unos terribles, eternos minutos.
• Impredecible: Te puede agarrar en cualquier momento. A cualquier edad.
• La ayuda rápida es clave: Si alguien colapsa, hay que actuar rápido. Llamar a urgencias.

Mi abuelo… también… 2024… un infarto… fue menos inmediato, recuerdo… pero igual de aterrador…

Esa sensación de impotencia… de no poder hacer nada… esa es la verdadera agonía. Esa es la pesadilla que me acompaña en estas noches sin sueño…

¿Qué medicamentos te pueden provocar un paro cardíaco?

Uf, paro cardíaco… da cosa solo pensarlo. ¿Qué pastillas lo provocan? A ver…

• Clozapina: ¿Esa no era para la esquizofrenia? ¡Fuerte!
• Clorpromazina, flufenazina, haloperidol: Nombres raros, pero creo que son tranquilizantes, ¿no?
• Risperidona, olanzapina, quetiapina, ziprasidona, perfenazina: ¡Más de lo mismo! Antipsicóticos, creo. ¡Qué miedo!

O sea, antipsicóticos pueden dar problemas de corazón. ¡Anotado! ¿Será por la dosis? Mi abuelo tomaba algo para dormir, no recuerdo el nombre, pero… ¿tendría que ver?

Ah, una cosa más. Algunos de esos pueden causar:

• Miocarditis: Daño directo al corazón. ¡Qué heavy!
• Arritmias: Fallos eléctricos en el corazón. ¡Peor aún!

¿Y si mezclas varios? ¿O si tienes ya problemas de corazón? Mejor no jugar con esas cosas. Yo, por si acaso, le pregunto a mi médico la próxima vez que lo vea. Que la salud es lo primero.

Información Adicional:

• Hablar con un médico siempre es la mejor opción ante cualquier duda sobre medicamentos.
• No automedicarse.
• Conocer los efectos secundarios de los medicamentos que tomas es crucial.
• Si sientes dolor en el pecho, falta de aire o palpitaciones, ¡corre al médico!

¿Qué altera el ritmo cardíaco?

El ritmo cardíaco se altera por:

• Desequilibrios electrolíticos (potasio, magnesio).
• Daño cardíaco (infarto).
• Cardiopatías congénitas.

¿Sabes? Una vez, en 2024, me pasó algo raro en el gimnasio. Estaba levantando pesas, no demasiado, pero hacía calor, ¡un calor horrible! De repente, sentí como si el corazón se me fuera a salir del pecho. No era dolor, más bien una sensación extraña, como si latiera a destiempo. Sudaba frío, me mareé un poco y tuve que sentarme.

Estaba en “Fitness Total”, cerca de la Plaza Mayor, un sitio que normalmente me encanta porque ponen música cañera. Pero ese día, con el corazón a mil, la música me molestaba. ¡Quería silencio!

Me tomé un Aquarius fresquito (siempre llevo uno en la mochila, por si acaso) y esperé a que se me pasara. No llamé a urgencias, pero me asusté. Creo que pudo ser por la deshidratación y la falta de potasio. Luego me puse a investigar y me di cuenta de lo importante que es mantener los niveles de electrolitos equilibrados, sobre todo cuando haces ejercicio.

Desde entonces, siempre llevo plátanos y bebidas isotónicas al gimnasio. ¡Nunca más quiero pasar por esa!

Otras cosas que pueden influir en el ritmo cardíaco, aparte de lo que pone arriba:

• Estrés.
• Consumo de cafeína o alcohol.
• Algunos medicamentos.
• Problemas de tiroides.

¿Cuándo hay que alarmarse en los latidos del corazón?

La alarma por palpitaciones cardíacas debe sonar cuando:

• Se experimentan latidos extras con frecuencia, más de 6 por minuto o en series de 3 o más. Esto indica una posible arritmia que requiere atención médica inmediata. Es crucial registrar la frecuencia y el patrón de estos latidos anormales, algo que mi doctora siempre me recomienda. ¡No hay que tomárselo a la ligera!

• Se padece enfermedad cardíaca preexistente o factores de riesgo importantes. Hipertensión, diabetes, colesterol alto… todos son indicadores de un mayor riesgo de complicaciones. En mi caso, el control de mi colesterol es fundamental, una batalla diaria, vaya. La prevención es clave, aunque a veces la vida nos juega malas pasadas.

• Las palpitaciones se acompañan de otros síntomas: mareos, desmayos, dolor en el pecho, o dificultad para respirar. Esto sugiere problemas más graves, que pueden ir desde una simple arritmia hasta algo más serio. Recuerdo que un amigo mío sufrió un síncope por una arritmia severa, y eso me marcó bastante.

Reflexión: La fragilidad del cuerpo humano a veces nos sorprende, pero también nos recuerda la necesidad de escuchar atentamente a nuestro organismo.

Puntos adicionales a considerar:

• Intensidad: La fuerza de las palpitaciones también es significativa. Unos latidos fuertes y rápidos que generan malestar físico demandan atención inmediata. Siempre me digo a mí misma: “mejor prevenir que lamentar”.

• Duración: Palpitaciones que duran horas o incluso días, requieren consulta médica, sin dudarlo. El tiempo es un factor clave en la salud cardíaca.

• Contexto: El inicio súbito de palpitaciones, especialmente tras un esfuerzo físico intenso o situaciones de estrés, debe ser evaluado por un profesional.

Nota final: Esta información es sólo para fines educativos y no sustituye la consulta con un médico. Recuerda, la salud es un bien precioso. La prevención y la atención médica oportuna son vitales para preservar nuestro bienestar.