¿Cómo identifico mis hábitos?

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Identifica tus hábitos:

Anota todo lo que haces. Luego, evalúa cada acción según te acerque (-) o aleje (+) de tus metas, o si es neutral (=). Este registro revelará tus hábitos.

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A ver, ¿cómo identifico mis hábitos? Esa es la pregunta del millón, ¿verdad? Yo también me la he hecho un montón de veces.

La verdad es que no hay una varita mágica, pero sí un truquito que a mí me ha funcionado bastante bien. Es un poco rollo al principio, pero vale la pena.

Básicamente, se trata de apuntar todo. Sí, todo lo que haces. Literalmente. Desde que te levantas hasta que te acuestas. ¿Suena tedioso? Puede ser, pero créeme, es revelador.

Por ejemplo, hoy: Me he despertado, he mirado el móvil (¿era necesario a las 7 de la mañana?), me he lavado los dientes, me he tomado un café… ¿Y después? Ahí es donde la cosa se pone interesante. Porque después, en vez de ponerme a trabajar en el proyecto que tenía pendiente, me he puesto a revisar Instagram. ¡Oh, la procrastinación!

Una vez que tengas esa lista, que puede ser desde un folio garabateado hasta una tabla en el ordenador, lo siguiente es evaluar cada cosa. ¿Te acerca a tus objetivos? Ponle un (+). ¿Te aleja? Un (-). ¿Ni fu ni fa? Un (=).

Por ejemplo, el café de la mañana, probablemente un (=) o incluso un (+) si te ayuda a concentrarte. ¿Pero Instagram a primera hora? Claramente un (-). A no ser que seas influencer y necesites ver tus estadísticas, claro, ¡pero ese no es mi caso!

Y aquí es donde empieza la magia. Porque cuando ves todo escrito, cuando ves esos pequeños patrones que se repiten día tras día… ¡BOOM! De repente ves tus hábitos con claridad. Ves por qué sigues postergando ese libro que quieres escribir, o por qué no consigues hacer ejercicio con regularidad.

¿Sabes? A mí me pasó una vez que estaba intentando dejar de fumar. Y lo apuntaba todo, incluso los momentos en los que sentía más ganas de fumar. Y me di cuenta de que la mayoría de las veces, el antojo aparecía después de comer. ¡Qué curioso! Ahí descubrí uno de mis gatillos.

Así que, sí, puede que te parezca una tontería, pero dedicar un tiempo a registrar tus acciones y evaluarlas te puede dar una perspectiva totalmente nueva sobre ti mismo. ¿No crees que merece la pena intentarlo? Quizá te sorprendas de lo que descubres. Y al final, ¿no se trata de eso, de conocernos un poquito mejor para poder cambiar lo que no nos gusta? Yo creo que sí.