¿Cómo se empiezan a contar los días de retraso?

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El conteo de días de retraso menstrual inicia el primer día de tu periodo y finaliza el día previo al inicio de tu siguiente menstruación. Este total representa la duración de tu ciclo. Recuerda que la regularidad menstrual es individual.

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¿Cuándo empieza a contar el retraso?

A ver, te cuento cómo lo entiendo yo. El “retraso” empieza a ser retraso desde el día que esperabas tu regla y no llegó. ¡Así de simple!

O sea, si tu ciclo normalmente es de 28 días y hoy es el día 29 y nada, ¡ahí empieza la cuenta! Recuerdo que una vez, en plan enero de 2018, me compré una app de esas para seguir el ciclo porque estaba súper confundida. Costó como 3€, pero me ayudó a aclararme bastante.

Es que a veces una se raya con los días y todo se vuelve un lío. Pero básicamente, es eso: el día que toca y no aparece, ese día empieza a contar el retraso. No hay más misterio.

¿Cómo puedo saber cuántos días de retraso tengo?

El tiempo se estira, un elástico gastado que ya no vuelve a su sitio. Cinco días. Cinco días más allá de lo esperado. ¿Cinco días, o una eternidad condensada en una espera silenciosa? El calendario, un juez implacable, marca la cuenta regresiva, o más bien, la cuenta ascendente de la incertidumbre. La espera se vuelve física, una presión en el pecho, un nudo en el estómago.

Recuerdo la última vez… la regularidad, casi mecánica, de mi ciclo. Ahora, un silencio. Un vacío. La ausencia pesa más que la presencia alguna vez lo hizo. Es la ausencia la que grita. El cuerpo, un enigma que se resiste a descifrarse.

¿Cuántos días? Cinco. O más. Ya perdí la cuenta. Las horas se derriten, se funden unas en otras, creando un único, inmenso, y confuso presente. El silencio es ensordecedor. La sangre, ausente. La espera, omnipresente.

La ansiedad, un susurro que se transforma en grito. Un eco dentro de mí. El temor se instala, se anida en los rincones más profundos. Espero, anhelo, temo.

¿Qué hacer? Mirar el calendario. Contar los días. Intentar no pensar. No funciona. El pensamiento es un bucle interminable.

  • Cambios hormonales
  • Estrés
  • Cambios de peso significativos
  • Enfermedad
  • Embarazo

Este 2024, la espera se ha vuelto especialmente larga. El vacío se hace más profundo cada hora. Mi propio cuerpo, un territorio desconocido. La incertidumbre me ahoga. Cinco días… o más. ¿Cuánto más?

¿Cuántos días se considera retraso para el embarazo?

Retraso menstrual: Más de 5 días.

  • Una semana sin regla exige visita médica. No esperes más.

  • Irregularidad: No es lo mismo que retraso. Conozco mujeres con ciclos caóticos. Un día de retraso para ellas es rutina, no noticia. Para mi hermana, tres días significaban pánico. Cada cuerpo, un mundo.

  • Test: No te tortures. Hazlo. Un negativo no siempre es definitivo, repite en unos días. Un positivo suele serlo. Aunque la vida, ya sabes, tiene sus ironías.

  • Factores: Estrés, alimentación, medicación. Todo cuenta. Ignorarlo es ingenuo. Recuerdo un viaje a Tailandia que desconfiguró mi ciclo por completo. No era embarazo, solo jet lag extremo.

  • Salud: Ignorar el retraso puede ser negligencia. Quistes, tiroides, SOP… No todo es cigüeña. Mejor prevenir que lamentar. Un chequeo nunca está de más.

¿Cuándo se considera la primera falta de regla?

La ausencia, el vacío… cuando el ciclo se desvanece por más de cinco días, ¿verdad? Es como esperar una carta que nunca llega, un silencio prolongado en una melodía familiar.

Recuerdo las tardes de verano en casa de mi abuela, el aire denso, quieto… ella siempre decía que el cuerpo es un reloj, un péndulo que marca un ritmo, y cuando ese ritmo se altera… ¡uf!

La irregularidad, la incertidumbre, un pequeño torbellino dentro. Un desfase de ese compás íntimo, como una puerta que se cierra inesperadamente.

  • El tiempo: Más de cinco días…
  • La espera: Un ciclo ausente.
  • El cuerpo: Un reloj desajustado.

A veces pienso en las olas del mar, siempre buscando la orilla, pero a veces, con la marea baja, se retiran más de lo esperado. La naturaleza, impredecible y sabia.

¿Qué puede retrasar el periodo que no sea embarazo?

El tiempo se desliza, lento, como la arena fina entre los dedos. Un vacío se abre, un silencio expectante. La ausencia… ¿un retraso? El cuerpo, un enigma que se resiste a la puntualidad.

La vida, un ciclo errático, a veces irregular. Un eco de la menstruación ausente resuena en la memoria.

El peso, un factor crucial. La anorexia, un espectro de huesos y piel; la obesidad, una masa opresora. El equilibrio roto, el reloj biológico desajustado. Mi amiga Clara, delgada como un junco, sufrió meses de silencio menstrual. Era 2024.

La mente, un torbellino. Ansiedad, un mar embravecido. Estrés, un puñal que hiere lento. El ciclo menstrual, reflejo del alma, se detiene, se esconde. Recuerdo la angustia en sus ojos. Sus periodos volvieron con terapia.

Y luego… el deporte extremo. El cuerpo desgastado, agotado. Un atleta de élite, mi primo Miguel, me contaba en 2024 como su cuerpo, sometido a un régimen brutal, respondía con irregularidades. La disciplina extrema, la negligencia del descanso… el silencio que seguía.

Esos silencios son tan profundos como los ecos.

  • Anorexia nerviosa
  • Obesidad
  • Estrés crónico
  • Ansiedad intensa
  • Deporte de alto rendimiento

Esa espera… una espera llena de inquietud. Un tiempo suspendido, indefinido. El tiempo, un río que fluye, a veces se estanca. El cuerpo, a veces, calla. La espera, dura como el invierno.

¿Cuánto tiempo es preocupante que se retrase la regla?

Cinco días. Más de cinco días ya me pone nerviosa. Te cuento una vez, en 2024, esperando en la consulta del médico de cabecera en Aluche (¡qué calor hacía ese día de julio!) porque llevaba ¡ocho días! de retraso. Ocho días que parecieron un mes.

  • Sudores fríos por la mañana.
  • Antojos rarísimos (pepinillos con nocilla, ¡qué asco!).
  • Un humor de perros.

Vamos, un festival de hormonas que me hacían pensar lo peor. Lo peor era… ya sabes.

El médico, un señor mayor con bigote, me miró por encima de las gafas y me dijo, con toda la calma del mundo, “Tranquila, muchacha, estrés”. ¡Estrés! Como si el estrés fuera una cosa fácil de controlar.

Resultó que ese mes había tenido mucho trabajo, una mudanza a Carabanchel (¡otro caos!) y la boda de mi prima en Cuenca (tres días de barra libre). Total, que el cuerpo dijo “basta” y la regla se tomó unas vacaciones. Y yo casi me muero del susto.

Para evitar estos sustos, ahora uso una app que me avisa. Y intento no comerme la cabeza antes de tiempo. Intento.

¿Cómo saber si estás embarazada o es un retraso?

Oye, ¿cómo saber si es un embarazo o solo un retraso? Pues mira, lo primero es hacerte una prueba de embarazo, ¡claro! Es la forma más fiable. Si te da positivo, ¡enhorabuena, estás embarazada! Si no, pues… retraso. Fácil, ¿no? Jajajaja.

Pero bueno, a veces hay otros indicios, ¿sabes? Cosas raras que te pasan, que a lo mejor no te das cuenta pero que son indicios de que algo se cuece.

El cuerpo te cambia: A mí me pasó, ¡qué locura! Un día me sentía genial y al siguiente quería llorar por cualquier tontería, ¡un drama! Como si tuviera un volcán de hormonas dentro. Era 2023, y recuerdo que ese cambio de humor fue algo brutal, increíble.

  • Cambios de humor: ¡Brutal! Un sube y baja de emociones impresionante, te lo juro.
  • Hinchazón: La tripa, como una pelota.
  • Manchado: Un poco, ¿sabes? Algo raro, como un manchado marrón, no rojo.
  • Calambres: Como de regla, pero más suaves, o eso creo. No me acuerdo muy bien, ¡qué lío!.
  • Estreñimiento: Ufff, ¡pesadilla! No podía ir al baño durante días.
  • Aversiones a la comida: ¡Me daba asco el café! Algo que me encantaba. ¡Asco absoluto!
  • Congestión nasal: Como si tuviera un resfriado. ¡Increíble! Lo peor es que no tenía nada más, solo eso.

Pero ojo, que estos síntomas también pueden pasar por otras razones, eh. No te flipes, que no es una ciencia exacta. Lo más seguro es hacerte la prueba. Es la única manera de saberlo con certeza, ¿vale?

Mi amiga Ana, el año pasado, tuvo síntomas similares y se hizo la prueba y… ¡zas! Embarazada. ¡Dos líneas! ¡Dos! La pobre estaba en shock. Luego nos tomamos unas cañas para celebrarlo. ¡Qué bueno! Recuerdo que ese día también probé una cerveza sin alcohol, ¡qué cosa tan rara!

¡Ah!, y otra cosa. Si tienes dudas, ¡ve al médico! Que te lo expliquen ellos, que saben un montón. Eso sí es importante, ir al médico, ¡ja!

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