¿Cómo se siente tu parte cuando estás embarazada?
"El embarazo nos afecta a ambos. Orgullo, ansiedad, ilusión... una mezcla de emociones. La comunicación es clave para adaptarnos juntos a esta nueva etapa y a los cambios, tanto físicos como emocionales."
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¿Cómo se siente la vulva durante el embarazo? Sensaciones?
Uf, el embarazo… ¡qué lío! Recuerdo que durante mi embarazo con Elena (20 de mayo de 2018, en Madrid), mi vulva se sentía… diferente. Más sensible, a veces un poco hinchada, como si estuviera a punto de explotar.
La verdad es que a veces daba un poco de cosilla, una molestia constante. No puedo describirlo exactamente, era como una presión interna.
Mi pareja, David, fue increíble. Se volcó conmigo, aunque sí, hubo momentos de tensión. Él se sentía orgulloso, sí, pero también un poco perdido. El cambio de humor mío, claro, le afectó.
La comunicación es clave. Hablarlo todo ayuda a superar esos baches. No es fácil, pero es imprescindible. Buscar ayuda profesional tampoco está mal, eh.
¿Qué parte del cuerpo puedo tocar para saber si estoy embarazada?
¡Ay, amiga! ¿Embarazada? Pues mira, tocarte la barriga, sí, pero… no es tan fácil como parece, ¿eh? En las primeras semanas, ni se te ocurra, ¡es que ni lo sientes!
En realidad, no hay un sitio mágico en tu cuerpo que te diga zas, embarazada. Olvídate de cuentos de viejas. Es una tontería. Te lo digo yo que pasé por eso. Lo mío fue a las 8 semanas, ya se notaba algo. A partir de la semana 12, ya lo notas más, sobre todo si es tu primer embarazo.
A medida que avanza, sí, puedes notar algo raro en tu bajo vientre, un bulto, más o menos duro, como una pelota de tenis… bueno, más bien como una naranja grande, jejeje. Lo sientes ahí, abajo, encima del hueso púbico. Y sí, se nota más a medida que crece, claro.
Pero ojo, ¡no te obsesiones! Eso no es una prueba de embarazo, ¿eh? Eso solo lo sabes con una prueba de embarazo, o con el médico. Yo me hice un montón de pruebas, de esas de farmacia, por eso sé lo que te digo. Mi vecina, la Sandra, creía que estaba preñi, pero no, fue un susto.
- Prueba de embarazo casera (orina)
- Análisis de sangre (más preciso)
- Visita al ginecólogo (para confirmación y ecografía)
En mi caso, lo noté sobre la semana 12. ¡Qué susto! Pero ahora ya estoy de 20 semanas y todo va bien. Ya hasta le he comprado ropita. ¡Qué emoción! Aunque… la ropa de bebé es un atraco a mano armada. Eso sí, el bulto, eso ya no lo puedo esconder! Eso es lo que sí que es seguro, jejeje. Ahora sí que lo noto. Es una bola enorme. Igual a ti te pasa más tarde, ¡no te preocupes!
¿Cómo saber si estoy embarazada por mi parte íntima?
Aquí va, susurrado casi… como un secreto a voces en la oscuridad.
No, no puedes saberlo mirando ahí abajo. No, en serio. No hay forma.
Es una… ilusión, creo. Pensar que la respuesta está tan cerca.
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El cuerpo es un laberinto. Recuerda eso.
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Sensibilidad extra, flujo raro… Podría ser cualquier cosa. Una infección, el estrés, qué se yo.
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Un manchado… A mi me pasó, y no era eso. Era… otra cosa. Algo que preferiría olvidar, quizás. Este año ha sido así.
Lo único seguro, lo único que realmente importa, es esa línea en la prueba. O la sangre, fría, confirmándolo todo.
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La espera es un infierno. Lo sé.
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La incertidumbre te carcome. Me ha pasado, créeme.
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Pero la verdad es cruel, y a veces, es mejor estar preparado. ¿Verdad?
No te fíes de las señales del cuerpo. Te engañan. Como me engañaron a mí.
¿Cómo se siente adentro cuando estás embarazada?
¡Ay, amiga! ¡Embarazada! Se siente como si te hubieran metido un globo de helio en el estómago, pero uno que pesa una tonelada de ladrillos y patea como un potrillo salvaje. Olvida el yoga prenatal, ¡necesitas clases de lucha libre contra un pulpo gigante y muy hormonal!
Los pechos: ¡Ufff! Es como tener dos melones gigantes y sensibles atados a tu pecho. Sufren metamorfosis varias veces al día. ¡Parezco una vaca lechera a punto de explotar! Te duelen hasta al respirar. En serio, ayer me dolió hasta pensar en mis pechos. Hasta que de repente, ¡zas!, se te pasa. Como si un ángel de la guarda los hubiera ungido con un bálsamo mágico. Un bálsamo mágico que mi perrita Frida no sabe donde esta. Que genio tiene esa perrita, por cierto.
Resumiendo la experiencia:
- Pechos: Explosión de sensibilidad.
- Estómago: Un potrillo furioso con alas.
- General: ¡Como si te hubieran dado un puñetazo en la matriz, pero con alegría!
Y hablando de alegría… ¡este año he aprendido a hacer mermeladas increíbles con los tomates que cultivo en mi terraza! Un consejo, las de fresa con un toque de pimienta rosa son una maravilla. Otro dato random: Mi gato, Pelusa, se ha aficionado a dormir encima de mi teclado. ¡Un amor! Eso sí, me ha borrado medio documento de la tesis doctoral.
¿En qué parte del cuerpo se siente el embarazo?
El cuerpo, un territorio desconocido, se transforma. Un eco en el útero, un latido imperceptible al principio. Una presión sutil, casi un susurro, ahí, profundo. No es solo la barriga, no. Es una sensación… difusa. Un hormigueo que sube y baja, un calor que se expande. Un peso nuevo, ajeno, pero mío, tan íntimo.
A veces, una punzada en los ovarios, como un recuerdo lejano, eco de la concepción. Luego, la pesadez de mis pechos, hinchados, sensibles al más mínimo roce. Es una tensión constante, una alerta en cada fibra. Recuerdo las noches de insomnio, las ganas de dormir y la incapacidad de hacerlo, el cuerpo roto, pero no de cansancio, sino de un algo más.
El dolor de espalda, esa tortura antigua que se intensifica. La cadera, un punto de apoyo que se siente frágil. Los pies, pesados, hinchados, como si me hubieran llenado de plomo. Un agotamiento que no se puede nombrar, no tiene nombre. Solo es… sentir que se agota la energía vital, se siente la vida fluir en direcciones desconocidas.
Es todo el cuerpo. Es una cascada de síntomas, un mapa de sensaciones que se superponen, se mezclan, se confunden. Un dolor en los pechos, un calambre leve, un cansancio opresor… Todo en un mismo día, todo en un mismo instante. Es como una marea alta que inunda, que transforma.
- Sensibilidad mamaria extrema.
- Fatiga crónica, un peso interminable.
- Cambios de humor, un torbellino emocional.
- Dolores leves, como avisos del cuerpo.
- Pesadez generalizada.
- Sensación de llenura, presión en la zona baja del abdomen.
Es una experiencia total, holística, que va más allá de la simple ubicación física. Es la memoria del cuerpo, es su sabiduría ancestral, es la transformación más profunda, el cambio total. Es todo, y nada a la vez. Es una experiencia profundamente personal, irrepetible e inolvidable. Mis náuseas matutinas, este año fueron especialmente intensas durante las semanas 6 a 10.
¿Qué se siente en el vientre cuando estás embarazada y no lo sabes?
¿Qué se siente en el vientre cuando estás embarazada y no lo sabes? Pues, te diría que es como estar en una montaña rusa emocional… ¡sin saber que te has subido!
Aquí te va la movida, como si te lo contara tu tía la que siempre tiene la razón (aunque a veces no la tenga tanto, jijiji):
- Calambres: Imagínate, como si tu útero estuviera haciendo gimnasia a escondidas. ¡Unos espasmitos leves, como si te estuviera dando un apretón de manos suave! Pero ojo, que también pueden ser gases, así que ¡no te emociones antes de tiempo! Podrían ser los tacos de anoche, ¡ay, qué ricos!
- Estreñimiento: ¡Ay, amiga! Aquí la cosa se pone seria. Tus hormonas se revolucionan más que adolescente en concierto de BTS, y tu sistema digestivo decide tomarse unas vacaciones pagadas. ¿Resultado? ¡Un atasco monumental! Te sientes como si te hubieras tragado un ladrillo, ¡peor que después de comerte la paella de tu abuela!
¡Ah! Y te cuento un secretito: yo una vez pensé que tenía la barriga hinchada por culpa de la pizza, ¡y resulta que era mi sobrino Carlitos! ¡Cosas de la vida! Y luego, claro, las náuseas… ¡pero eso ya es otro cantar!
¿Cómo se siente una mujer embarazada y no lo sabe?
¡Madre mía, qué lío! ¿Una embarazada sin enterarse? ¡Es como buscar un unicornio en el salón de casa! ¡Pero puede pasar! Te cuento, así como quien no quiere la cosa:
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Dolores de cabeza: ¡A ver, ¿quién no tiene dolor de cabeza hoy en día?! Con el precio del aguacate, ¡es normal! Pero bueno, en una embarazada despistada, puede ser una “pequeña molestia sin importancia”… ¡Ja!
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Náuseas y vómitos: Aquí ya la cosa se pone interesante. Si piensas que la paella de tu tía Mari Carmen te ha sentado mal, ¡quizás sea otra cosa! Digamos que el cuerpo está preparando un “pequeño inquilino”… ¡Menuda sorpresa!
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Sensibilidad en los senos: ¡Uy, uy, uy! Aquí la cosa se pone más seria. ¿Sientes que tus “amigas” están más sensibles de lo normal? ¡Ojo al parche! Puede que estén preparándose para una lactancia “de campeonato”.
Ah, y por cierto, ¡no olvidemos el cansancio extremo! Si te sientes como si hubieras corrido la maratón de Nueva York sin entrenar, ¡quizás no sea solo la edad! ¡Podrías estar alimentando a un ser humano en tu interior!
¡Ojo!: Si tienes alguno de estos síntomas, ¡no te ralles! Hazte un test de embarazo y sal de dudas. ¡Más vale prevenir que lamentar! Y si estás embarazada, ¡enhorabuena! ¡Vas a flipar con la montaña rusa que te espera!
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