¿Cuál es la diferencia entre defecar y excretar?

¿Cuál es la diferencia entre defecar y excretar? Pues… ¿no te has puesto a pensarlo alguna vez? Defecar, para mí, es como… ¿cómo decirlo? Es como ese suspiro profundo después de una comida pesada, esa que te deja con la sensación de que algo no anda bien del todo. Recuerdo una vez que comí unos tacos en la calle, ¡qué pinta tenían!, pero luego… bueno, digamos que pasé la noche en el baño abrazada al inodoro. ¡Eso es defecar! Un alivio, una liberación, ¡una bendición divina! Te quedas como nuevo, ¿verdad?

Excretar, en cambio, es un concepto más amplio, más… ¿holístico? Engloba todo el proceso de limpieza interna, desde la caquita hasta el sudor, la orina… todo lo que el cuerpo, en su infinita sabiduría —¡qué máquina!— decide eliminar. Es como el servicio de limpieza del organismo, ¡trabajando 24/7! ¿Te imaginas la que se armaría si no excretáramos? Seríamos como una ciudad sin sistema de recolección de basura, ¡un caos total! Recuerdo que en el colegio nos explicaron que eliminamos no sé cuántos litros de sudor al día… ¿Tres? ¿Cinco? No me acuerdo del número exacto, pero era una barbaridad. Y eso que ni siquiera hago mucho ejercicio, ¡imagínate!

En fin, que defecar es parte de excretar, pero excretar es mucho más. Es como… ¿la diferencia entre barrer la cocina y limpiar toda la casa? Algo así. ¿Me explico?