¿Cuáles son 5 enfermedades causadas por la radiación solar?

Ay, el sol… ¡qué contradicción! Necesitamos su luz, su calor, esa sensación maravillosa en la piel… pero a veces, ¿no nos olvidamos de lo peligroso que puede ser? Recuerdo una vez, en la playa, horas y horas bajo ese sol implacable, sin protección. Qué tonta fui, ¿verdad? Ahora, con los años, la piel me lo recuerda.

Cinco enfermedades por culpa del sol, dicen los estudios… ¡y vaya si son serias! No es solo una quemadura, ¿eh? Es algo mucho más profundo. Piensa en el cáncer de piel, por ejemplo. Un familiar cercano lo sufrió, y fue… terrible. El melanoma, dicen los médicos, es el más agresivo. Luego están los no melanomas, que aunque menos graves, tampoco son broma. Es una lucha constante, una preocupación que te carcome.

Y el envejecimiento prematuro… ¡uff! He visto fotos mías de hace diez años y… me dan ganas de llorar. Arrugas profundas, manchas… como si el tiempo hubiera pasado por encima mío a toda velocidad. Es como si el sol me hubiera robado años de juventud. Se me ocurre pensar que, si hubiese tenido más cuidado, quizás hoy me vería diferente, más fresca, más joven.

Las cataratas… mi abuela las sufrió. Recuerda, todo el mundo le decía que se pusiera un sombrero, y ella… ¡ay, qué terca! Ahora, con tantas dificultades para ver… me da una pena terrible. Es una enfermedad que afecta a la vista, que te nubla el mundo, y que es fácilmente prevenible. ¡Cuántas veces he escuchado eso! Deberíamos tomar nota.

La inmunosupresión también está ahí, silenciosa pero peligrosa, debilitando nuestro sistema de defensa. ¿Te imaginas lo vulnerable que nos deja? Y el daño actínico, esa queratosis… esas lesiones precancerosas que te dejan la piel áspera y con un aspecto… pues, no me gusta ni describirlo. Es como un aviso, una señal de alarma de que algo no está bien.

En resumen… cinco amenazas. Cinco razones para protegernos del sol. Crema solar, sombrero, gafas de sol… parece tan obvio, pero a veces, lo olvidamos. Y es que, al final, el cuidado de nuestra piel es un acto de amor propio. ¿No crees? Porque, ¿qué sentido tiene disfrutar del sol, si después nos hace pagar un precio tan alto?