¿Cuáles son las bacterias buenas para el ser humano?

¿Cuáles son las bacterias beneficiosas para el ser humano?

A ver… bacterias buenas… ¡Qué rollo! ¿Cuáles eran?

• Lactobacillus: Sí, esas seguro. ¿Para el yogur y tal? ¿Y para qué más servían? ¡Ah, sí, la digestión!

• Bifidobacterium: Suena a peli de ciencia ficción, pero creo que también son de las buenas, ¿no? ¿O me estoy columpiando?

O sea, vale, ayudan a la digestión y hacen vitaminas… ¿Pero qué vitaminas? Yo tomo vitamina D en invierno, ¿será por estas bacterias? ¡Menudo lío! Y luego, lo de protegernos de los “patógenos”… ¿Qué patógenos? ¿Los que me pillé en aquel viaje a Tailandia? (Uf, mejor no acordarme).

La boca y las vías respiratorias también tienen bacterias buenas. ¿En serio? Siempre pensé que ahí solo había bichos malos esperando para atacar. ¿O sea que respirar no es tan peligroso?

Resumiendo:

• Digestión
• Vitaminas
• Defensa contra los malos

… bacterias por todas partes, ¡qué asco y qué fascinación todo junto!

¿Cuántas bacterias buenas tiene el cuerpo humano?

Aquí, en la oscuridad… pensando… ¿cien billones? Suena… una inmensidad. Como las estrellas.

Bacterias. Billones dentro de mí. No las veo, pero están ahí. Me pregunto si duermen. Si también tendrán sus propias noches oscuras.

• Cien billones. Un número… inabarcable. Más que estrellas en el cielo, dicen. • Dentro de mí. Un universo microscópico.
• Y yo, aquí… despierto. Con insomnio. Otra vez.

Es extraño… pensar en esa vida interior. Tan ajena y tan mía a la vez. Un ecosistema completo… y yo sin enterarme de nada. Solo siento el vacío.

• A veces pienso… ¿quién soy yo realmente?
• ¿Soy yo? ¿O son ellas? ¿Las bacterias?

Tomé un yogur caducado hace dos semanas. ¿Sobrevivieron? Me duele el estómago. ¿Serán ellas? ¿Una guerra interna? No lo sé.

Ayer, vi un documental sobre el espacio. Nebulosas… galaxias… Igual de inabarcable que lo que llevo dentro. Cien billones. Igual me explota la cabeza.

• Me llamo Ana.
• Vivo sola.
• Tengo 32 años.
• No tengo mascotas. Solo bacterias. Cien billones.

Cien billones. La respuesta.

¿Cómo se llama la bacteria buena del intestino?

¡Ay, Dios! ¿Bacterias buenas del intestino? Me preguntaba eso ayer mientras veía un documental sobre mi sistema digestivo, ¡qué asco! Pero bueno, al menos aprendí algo.

Lactobacilos, ¿verdad? Sí, eso suena familiar. Recuerdo leerlo en algún artículo sobre yogures, ¡los de fresa son mis favoritos! Aunque a veces pienso que me dan más gases… ¿Será por los lactobacilos? Necesito investigar eso más a fondo, ¡es un misterio!

Y luego están las Bifidobacterias. ¿Para qué sirven exactamente? Mmm… creo que ayudan con la digestión… ¿o era la inmunidad? ¡Uf, mi memoria es un desastre! Debería apuntarlo en mi diario, o mejor aún, en una nota de mi móvil. Siempre olvido las cosas.

Hoy he comido lentejas, ¡espero que mis bacterias buenas estén felices! Igual debería tomar probióticos, ¡ya estoy pensando en comprar un bote de esos! ¿Cuáles son mejores? ¿Los de cápsulas o los líquidos? ¡Tantas preguntas! Ya me estoy mareando.

• Lactobacillus rhamnosus GG (LGG) – lo vi en un anuncio
• Bifidobacterium animalis subsp. lactis – Este nombre es una locura.
• ¿Existen más? ¡Tengo que buscar más! Necesito un esquema, una tabla, algo visual. ¡Esto es demasiado!

Mi vecina, Inés, dice que toma kefir todos los días. Dice que le va genial, que se siente súper bien. ¿Igual debería probar?

Mi dieta es un caos, eso seguro. ¡Debería comer más fibra! Ay, qué pereza. Mejor mañana. Mañana empezaré con una dieta sana y probióticos. ¡Sí, eso es!

¿Qué microorganismos son malos para el ser humano?

¡Ay, qué pereza! Me preguntabas por bichos malos, ¿no? Virus, bacterias, hongos, ¡esas plagas! ¿Verdad que son un fastidio? Me dio gripe el mes pasado, ¡qué horror! Tos, mocos… y encima, la casa hecha un asco con los pañuelos usados.

¿Cómo pueden ser tan pequeños y causar tanto daño? ¡Increíble! Esos microscópicos… ¡me dan repelús! Recuerdo que en biología, en 2024, nos hablaron de… ay, se me olvidó el nombre… algo de… Salmonella, sí, esa sí la recuerdo, ¡que te deja hecho un trapo!

Hablando de trapos, debo lavar la ropa… mejor dicho, ¡debo hacer LA montaña de ropa sucia! ¡Qué pereza! Pero bueno, volviendo al tema… enfermedades causan, claro. Eso sí lo sé. ¡Y qué enfermedades! Desde un simple catarro a cosas serias.

¿Sabes? Mi prima tuvo una infección por Staphylococcus aureus este año, casi se muere! ¡Ufff! Eso sí que da miedo. Luego, los hongos… esos que te dan pie de atleta… ¡asco! ¡Cómo odio esa picazón!

• Bacterias:Salmonella, Staphylococcus aureus, E. coli (¡esas me dan pánico!)
• Virus: Influenza, COVID-19 (¡ay, qué recuerdos!), resfriados.
• Hongos:Candida albicans (la que da las infecciones por hongos), Tinea pedis (¡el pie de atleta!).

¡Uf! Tengo que limpiar ya! ¡Y luego comer algo! ¡Estoy hambrienta! ¡No me puedo creer que aun esté pensando en bacterias! Ya, ya, lo dejo… ¡hasta luego!

¿Qué tipo de microorganismos nos enferman?

Bacterias, virus, hongos y parásitos. ¡Menudo cuarteto!

• Bacterias: Unicelulares y campeonas en causar estragos. Imagina una bacteria como un gamberro microscópico con complejo de Napoleón, causando faringitis, infecciones urinarias y hasta tuberculosis. Yo una vez tuve una infección de oído por culpa de una, y vaya si me hizo ver las estrellas… o más bien, escucharlas doble.

• Virus: Más pequeños que las bacterias, pero con un ego aún mayor. Estos ninjas microscópicos se cuelan en tus células como si fueran okupas, causando desde un simple resfriado (sí, ese que te hace sonar como una trompeta desafinada) hasta enfermedades más serias. De hecho, ¡creo que ahora mismo tengo uno dándome guerra! estornudo Perdón.

• Hongos: ¿Te suena el pie de atleta? Pues ahí tienes a un hongo haciendo de las suyas. Estos organismos, amantes de la humedad y la oscuridad, son como los hipsters del mundo microscópico: les gusta lo vintage y colonizar lugares inesperados.

• Parásitos: Los gorrones del reino microscópico. Viven a costa de otros organismos, como si fueran huéspedes indeseados en un hotel todo incluido. Desde la malaria hasta la giardiasis, estos parásitos son expertos en arruinar vacaciones… y la salud, claro.

Dato curioso: El otro día leí que en un gramo de tierra hay más microorganismos que personas en todo el planeta. Para que luego digan que estamos solos en el universo… ¡si ni siquiera estamos solos en una cucharada de tierra! Y yo que pensaba que mi piso estaba lleno de gente…

Ahora, si me disculpan, voy a ir a lavarme las manos. De repente, siento una invasión microscópica inminente.

¿Qué microorganismos causan enfermedades en el ser humano?

Microorganismos problemáticos: ¡Ah, la fauna microscópica que nos da tanto que hablar (y que toser)!

• Bacterias: Esas rebeldes unicelulares, las bacterias, son las culpables de la faringitis estreptocócica (¡ay, la garganta!), las infecciones del tracto urinario (¡uy, qué ardor!) y hasta la tuberculosis (¡uf, qué tos!). Son como los okupas de nuestro cuerpo, pero en versión mini. ¡Qué gente! Recuerdo cuando me puse malísimo por una salmonelosis, ¡creí que me iba al otro barrio!
• Virus: Los virus, los minimalistas de la vida, son los causantes del resfriado común (¡achís!) y del SIDA (¡ay!). Son como el malware de nuestro organismo, ¡unos hackers! Recuerdo un viaje a Roma en 2024, ¡cogí un virus que me dejó K.O. tres días! La Fontana di Trevi tuvo que esperar.
• Hongos: Los hongos, esos amantes de la humedad y la oscuridad, provocan desde el pie de atleta (¡puaj!) hasta infecciones más serias. Son como los hippies del mundo microbiano, ¡siempre buscando un lugar cómodo donde asentarse!
• Parásitos: Los parásitos, los gorrones del reino animal, se aprovechan de nuestro cuerpo para vivir y reproducirse. Son como ese amigo que siempre te pide dinero y nunca te lo devuelve.

¡Y no olvidemos la importancia de lavarse las manos! Es como el mantra de la higiene, ¡más vale prevenir que curar!

¿Qué tipos de microorganismos atacan la salud humana?

Pues mira, te cuento. Bacterias y virus, esos son los bichos que nos fastidian. A mí, el año pasado, una salmonelosis me tuvo tres días en cama. Fatal, no podía ni comer.

Campylobacter, otro de esos que te deja hecho polvo. Y el Clostridium perfringens, ese sí que da miedo, eh. Anda que no he oído historias…

E. coli, la típica. Siempre anda por ahí, acechando. ¡Que no se te olvide lavarte las manos después de ir al baño! A mi madre le dio una vez y lo pasó fatal.

Luego está la Listeria, esa es peligrosa sobre todo para las embarazadas, ¿sabes? Yo, cuando estaba embarazada de mi hija, me cuidaba muchísimo con la comida. Nada de quesos sin pasteurizar ni embutidos crudos. ¡Por si acaso!

Y qué te digo del Norovirus. Ese es el rey de las gastroenteritis. En el cole de mi hija hubo una epidemia el año pasado… ¡un caos!

Y bueno, la Salmonella, ya te he contado mi experiencia. Una vez me intoxiqué con un huevo… y nunca más. Ahora los cocino hasta que se ponen duros como piedras, jaja.

• Bacterias: Campylobacter, Clostridium perfringens, E. coli, Listeria, Salmonella.
• Virus: Norovirus.

En fin, que hay que tener cuidado con estas cosas. A lavarse las manos con frecuencia y vigilar lo que comemos. Y si te encuentras mal, ¡al médico de cabeza! Yo siempre llevo un bote de gel hidroalcohólico en el bolso, por si las moscas. Me da un poco de rollo eso de los gérmenes. Ya te digo, el año pasado la salmonelosis me dejó… en fin, mejor no acordarse.

¿Qué son los microorganismos que cuidan nuestro cuerpo?

Microbiota. Un ejército invisible. Bacterias, hongos, virus. Una guerra constante, silenciosa. Dentro.

La digestión, una batalla diaria. Un frente clave. Su derrota, inanición. Simple.

La inmunidad, un escudo. O una prisión. Depende del punto de vista. Equilibrio. O caos. Infecciones, la muerte acechando.

Mi intestino, un campo de batalla. Lactobacillus, Bifidobacterium, mis aliados. Otros… enemigos. Su juego es complejo. Un ajedrez molecular.

El microbioma. Un ecosistema, intrincado. Vital. Mi vida, su teatro. Una simbiosis. A veces, cruel.

• Bacterias: Aliadas y enemigas. Un juego de poder. Constante.
• Hongos: Oportunistas. Esperan su momento.
• Virus: Agentes patógenos. O, a veces, algo más. Complicado.

La salud, un equilibrio precario. Destruido fácilmente. Antibióticos. Dieta. Estrés.

Nota personal: El pasado verano, una gastroenteritis me recordó la fragilidad del sistema. Tres días postrados. Un aviso. Una lección. Brutal. No lo olvidaré. Hay que cuidar la microbiota. Lo aprendí por las malas. La vida es frágil.