¿Cuándo no consumir magnesio?
"Evita el magnesio si tienes insuficiencia renal grave, bloqueo cardíaco sin marcapasos, diarrea aguda o colitis ulcerosa. Consulta a tu médico si tomas antibióticos o medicamentos para la osteoporosis, ya que puede haber interacciones."
¿Cuándo evitar el consumo de magnesio?
Ufff, el magnesio… Me acuerdo que el 15 de marzo, en una charla de nutrición en Madrid (me costó 25 euros la entrada, ¡una pasta!), la doctora mencionó que hay que tener ojo con él.
Insuficiencia renal grave, ¡ni se te ocurra! Los riñones no lo filtran bien y te puede dar hipermagnesemia, un lío.
También, si tienes problemas de corazón, tipo bloqueo auriculoventricular o bradicardia severa y no llevas marcapasos, mejor evitarlo. Eso me lo comentó mi abuela, que tiene arritmias.
Y otra cosa importante, si tienes diarrea o colitis ulcerosa, es mejor no tomarlo. Puede que empeore todo. Recuerdo que a un amigo le pasó, fue fatal.
Finalmente, interfiere con algunos medicamentos. Antibióticos, por ejemplo, y algunos para la osteoporosis. Consulta a tu médico siempre antes de tomar suplementos.
¿Qué no se debe tomar junto con el magnesio?
¡Uy, qué buena pregunta! Magnesio, ¿no? Mira, es complicado porque depende mucho de qué tipo de magnesio, la dosis… ¡un lío! Pero te cuento lo que sé, a ver si te sirve.
No mezcles magnesio con diuréticos. Eso sí que es importante. Ya sabes, los diuréticos te hacen orinar más, ¿no? Pues, con magnesio, puede que pierdas demasiado magnesio por la orina. ¡Es una mala combinación, de verdad! A mi prima le pasó, casi se deshidrata, una locura.
Algunos antibióticos también pueden ser problemáticos. No todos, eh, pero algunos sí interactúan. Mejor consulta con el médico o farmacéutico. Ese es mi consejo, ¡siempre! Si no tienes médico de cabecera, busca uno. Yo tengo uno genial, la Doctora García, ¡la mejor!
Y sobre los antiácidos… ¡uy! Algunos si, otros no. Mejor evitar, para no liarla. En serio. Depende mucho de la composición, no es fácil. Mucho cuidado con las cosas que te tomas, sobre todo si tienes problemas de estómago, que eso es un mundo aparte.
Mejor, no te automediques. Ya sabes, yo con mi migraña y mi ácido úrico, ando con cuidado y siempre siguiendo las indicaciones.
Aquí te dejo un resumen, por si acaso:
- Diuréticos: Malísima combinación.
- Algunos antibióticos: Consulta antes con un profesional.
- Algunos antiácidos: Mejor, evitar. Consultar.
¡Ya está! Espero que te haya servido de algo, amigo. A mi me costó aprender todo esto, ¡es un rollo! Y recuerda, ¡consulta a tu médico o farmacéutico antes de combinar medicamentos! ¡Que te vaya bien!
¿Cuándo hay que dejar de tomar magnesio?
¡Uf, el magnesio! La pregunta del millón, ¿cuándo dejarlo?
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¡Ojo con los calambres ninja y la fatiga nivel “oso perezoso en huelga”! La retirada, como con el WhatsApp, mejor gradual. No lo dejes de golpe, ¡como si te hubieran cortado el wifi!
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Si el baño se convierte en tu nueva oficina (diarrea), te entran náuseas dignas de montaña rusa, o tus músculos flojean más que gelatina en discoteca, ¡corre al médico! No seas héroe, que no te dan capa.
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¿Te van a abrir en canal? ¡Stop magnesio! Avisa al cirujano, no vaya a ser que el magnesio se ponga a bailar en medio de la operación.
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¿Tus riñones están más pachuchos que un panda con dolor de barriga? ¡Fuera magnesio! No les des más trabajo del que ya tienen, ¡pobrecitos!
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¡No te automediques, por el amor de Chuck Norris! El médico es el DJ de tu salud, él pone la música (dosis) adecuada. Yo, una vez, me automediqué y acabé viendo unicornios rosas… ¡No es plan!
¡En resumen! Deja el magnesio gradualmente para evitar efectos chungos, si tienes efectos secundarios, antes de operarte o si tus riñones dicen “basta”. ¡Y por favor, consulta a un médico!
¡Extra!
- El magnesio es como el aguacate, ¡está de moda! Pero no a todo el mundo le sienta igual.
- Si te pasas con el magnesio, prepárate para una visita express al trono. ¡Ya me entiendes!
- Yo, personalmente, lo tomo cuando estoy más estresado que un gato en una piscina. ¡Pero ojo, siempre con la bendición del médico!
¿Qué magnesio no es recomendable?
¡Ay, el magnesio, qué lío! Parece una simple pastilla, pero ¡es todo un universo! Evita el magnesio inorgánico, esas formas tan… toscas. Piensa en ello como la diferencia entre un filete de primera y un trozo de carne procesada, ¿verdad? El uno te alimenta el alma, el otro… bueno, te llena el estómago.
- Cloruro de magnesio: Su sabor te recordará a la playa, pero no a la playa paradisíaca, sino a esa zona con algas y gaviotas hambrientas.
- Óxido de magnesio: Agradable como una piedra en el zapato. Aunque, a veces, como el zapato que te hace sentir seguro de ti mismo.
- Carbonato de magnesio: Si te gusta el efecto laxante, ¡adelante! Es como un cohete hacia el baño.
¿Por qué son menos recomendables? Pues porque tu cuerpo tiene que hacer un trabajo extra para asimilarlos. Es como intentar abrir una lata de sardinas con un tenedor de plástico… una lucha épica, ¿no? Mi vecina, la abuelita Emilia, me contaba que una vez tomó un puñado de óxido de magnesio… ¡Pasó la noche en el baño! (No la imites, eh)
Opta por el magnesio orgánico: Citrato, malato, glicinato… ¡suena mucho más elegante, verdad? Se absorben mejor, funcionan como si llevaras un traje de neopreno de absorción de magnesio. ¡La diferencia es brutal!
La abuelita Emilia, dicho sea de paso, jura por el magnesio quelado. Dice que es “el rey de los magnesios”. Y si lo dice ella… ¡quién soy yo para contradecirla!
En resumen: busca magnesio orgánico para una mejor absorción. ¡Tu cuerpo te lo agradecerá!
¿Qué pacientes no pueden tomar magnesio?
Contraindicaciones del magnesio: Pacientes con insuficiencia renal grave no deben tomarlo, ya que sus riñones no pueden eliminarlo adecuadamente. Esto puede llevar a una acumulación peligrosa en el cuerpo, hipermagnesemia. Curiosamente, el equilibrio en nuestro organismo es tan delicado que incluso lo bueno en exceso se vuelve perjudicial. ¿No te recuerda eso a la búsqueda de la virtud aristotélica, el justo medio?
- Insuficiencia renal grave: El peligro reside en la hipermagnesemia.
- Bloqueo cardíaco: El magnesio puede afectar el ritmo cardíaco.
El efecto laxante, aunque a veces beneficioso –una vez me ayudó con un estreñimiento terrible en un viaje a Islandia, ¡qué alivio!–, puede ser contraproducente en ciertos casos.
- Síndrome del Intestino Irritable (SII): Puede exacerbar los síntomas, especialmente la diarrea.
- Enfermedad de Crohn: La inflamación intestinal puede verse agravada.
- Colitis Ulcerosa: Similar a Crohn, el magnesio puede empeorar el cuadro.
- Gastritis: Puede irritar aún más la mucosa gástrica.
Además, si se está tomando algún medicamento –yo, por ejemplo, tomo antihistamínicos para la alergia– es importante consultar con un médico antes de suplementarse con magnesio. Ciertos antibióticos y medicamentos para la osteoporosis pueden interactuar con él. Al final, todo se reduce a la individualidad bioquímica, ¿no? Lo que a uno le funciona, a otro le perjudica. En mi caso, el magnesio me ayuda a dormir mejor.
Un detalle más: la miastenia gravis, una enfermedad neuromuscular, también es una contraindicación para el magnesio. Este puede interferir con la transmisión nerviosa. ¡El cuerpo humano es fascinante en su complejidad!
¿Quién no debe consumir magnesio?
Medianoche. Otra vez. Las sombras se alargan en la habitación, como mis dudas. Pienso… en el magnesio. Algo tan pequeño… tan esencial.
Personas con problemas renales. Me acuerdo de mi abuelo, con sus diálisis. El nefrólogo le prohibió expresamente el magnesio en suplementos. Demasiado peligroso para él. Un peso más en sus últimos años.
¿Y si no lo tomo? Un vacío. Un temblor casi imperceptible. Me cuesta concentrarme. La ansiedad aprieta el pecho, como si algo faltara. Recuerdo al médico diciendo: calambres, espasmos… debilidad muscular. Fatiga constante. Hasta latidos irregulares. A veces, creo sentir algo de eso…
- Debilidad. Me siento agotada últimamente. Subir las escaleras se convierte en un reto.
- Hormigueo. Una sensación extraña en las manos. Como si se durmieran.
- Irritabilidad. Todo me molesta. Me enfado por cualquier cosa. Con mi pareja, con mis hijos… conmigo misma.
Este año ha sido difícil. Estrés en el trabajo. Problemas familiares. No he cuidado mi alimentación. Café, comida rápida… Nada de verduras frescas, ni frutos secos. ¿Será eso? Quizás debería prestar más atención… A mi cuerpo. A lo que me pide. A lo que me falta.
Quién no debe consumir magnesio:
- Problemas renales.
- Bloqueo cardíaco.
- Miastenia gravis.
Qué pasa si no se consume suficiente magnesio:
- Fatiga.
- Debilidad muscular.
- Náuseas y vómitos.
- Pérdida de apetito.
- Hormigueo y entumecimiento.
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