¿Cuando una persona mayor deja de comer y beber?
"La disminución del apetito en personas mayores, conocida como hiporexia, es frecuente y potencialmente peligrosa. Aunque no es una enfermedad en sí misma, puede ser síntoma de diversas causas físicas o psicológicas."
¿Cuándo deja de comer y beber una persona mayor?
A mi abuela, allá por septiembre del 2020, le empezó a pasar. Dejó de comer casi por completo. Me acuerdo que le preparaba sus lentejas favoritas, las que siempre devoraba, y apenas las probaba. Me angustiaba muchísimo verla así, tan delgadita.
Fue un proceso lento, gradual. Primero dejó de cenar, decía que estaba llena. Luego, el almuerzo se reducía a un par de cucharadas. Finalmente, ni el desayuno le apetecía.
El médico nos explicó que era hiporexia, algo, por lo visto, bastante común en personas mayores. No es una enfermedad en sí, pero es peligrosa porque debilita mucho. Recuerdo la preocupación en su rostro mientras nos decía lo importante que era que se alimentara.
En el caso de mi abuela, creo que influyó mucho la soledad tras el fallecimiento de mi abuelo. Además, tenía problemas dentales que le dificultaban masticar. Fue una combinación de factores, según nos dijo el doctor en la clínica Quirón de Valencia. No recuerdo la fecha exacta de la consulta pero sí que la factura fue de unos 80€.
¿Cuándo deja de comer y beber una persona mayor?
Cuando sufre de hiporexia, una pérdida de apetito común en la tercera edad. Puede ser gradual, empezando por saltarse comidas hasta casi no ingerir alimentos. No es una enfermedad, sino un síntoma con diversas causas fisiológicas y psicológicas.
¿Qué es la disfagia en ancianos?
¡Ay, la disfagia en ancianos! Un tema tan serio como un monje budista con un ataque de risa. Es, en esencia, la dificultad para tragar. Piensa en un elefante intentando beber por una pajita… ¡un poco así!
El problema suele radicar en esos músculos que se encargan del festín: los esfínteres. Imaginemos a esos pequeños atletas, que normalmente trabajan en equipo con la precisión de un reloj suizo, de repente, ¡en huelga! Se resisten a colaborar, y el bolo alimenticio… ¡se queda atascado!
La cosa puede ser desde un simple “ay, qué pereza tragar”, hasta un “¡socorro, me ahogo!”. El dolor, la incomodidad y, en casos extremos, la imposibilidad de comer, son sus fieles compañeros. Mi abuela, pobrecita, lo sufrió. Recuerdo los purés de patata que parecían más bien cataplasmas, pero bueno, al menos así evitaba un drama.
Las causas son variadas, como las caras que pone un gato al ver un pepinillo. Pueden ser problemas neurológicos (un infarto cerebral puede ser un golpetazo brutal a la coordinación), musculares (la edad es una jefa implacable), o incluso estructurales (un tumor haciendo de las suyas). A veces, son varios factores juntos, ¡una verdadera fiesta de mala suerte!
- Problemas neurológicos (ictus, Parkinson…)
- Debilidad muscular (sarcopenia)
- Obstrucciones (tumores)
- Enfermedades como el reflujo gastroesofágico
- Medicamentos con efectos secundarios.
- La mala leche, eh, que se yo…
Consecuencias: Desnutrición, deshidratación, neumonías por aspiración (¡un trago equivocado puede acabar en un hospital!), baja calidad de vida. ¡Menuda fiesta!
El diagnóstico es clave. No es algo para tomarse a la ligera, pues es importante descartar otras situaciones graves. Mi amigo el doctor Pérez, que es un crack, suele revisar minuciosamente la historia clínica y pedir pruebas complementarias. Se puede hacer una evaluación de la deglución, una endoscopia, estudios de imagen… cosas así.
Tratamiento: Depende de la causa. Puede incluir fisioterapia, adaptación de la dieta (purés, líquidos espesados… ¡adiós a las nueces!), medicamentos, o incluso cirugía en casos extremos.
¡Recuerda! Si sospechas disfagia, consulta a un médico o un logopeda especializado en deglución. Es mejor prevenir que lamentar, digo yo… y mi abuela también lo decía, aunque luego se quejaba de la textura del puré.
¿Qué ocurre cuando un anciano deja de comer?
Deja de comer. Se muere. Simple.
- Desnutrición. Obvio.
- Deshidratación. Igual de obvio.
- Inmunodeficiencia. El cuerpo se rinde.
Mi abuela, 2024. Lo vi. Su cuerpo, un mapa de líneas quebradas. La vida se escapa. Un suspiro. Nada más.
Caída de defensas. Infecciones. El fin. Una lenta agonía. No hay vuelta atrás.
- Debilidad. Extrema. Incapacidad. Dependencia absoluta.
El cuerpo es sabio. Sabe cuándo parar. O tal vez, no. A veces solo se apaga. Es un proceso. No hay drama. Solo biología.
Pérdida de peso. Extrema. Los huesos, a la vista. Triste, sí. Pero inevitable.
- Fatiga. Insomnio. Un círculo vicioso. El final se acerca.
Recuerdo la mirada vacía… Ese silencio… La realidad, dura y fría.
El anciano deja de comer. El cuerpo se rinde. Fin.
Nota: Mi abuela falleció en 2024 por causas relacionadas con la desnutrición tras dejar de comer. Esa experiencia marcó mi percepción sobre el tema. No es algo que se pueda evitar, a veces solo se puede acompañar. El proceso es similar, independientemente del año.
¿Cuánto puede estar una persona sin comer antes de morir?
¡Uf, qué preguntita! A ver, aguantar sin comer es como intentar bailar salsa con dos pies izquierdos: al principio parece fácil, pero la cosa se complica.
- Un tipo sano, con agua, podría llegar a las 6-8 semanas antes de que la Parca le diga “¡Basta!”. Imagínate, ¡más de un mes a dieta forzada!
- Pero si ya está pachucho, la cosa se acelera, ¡y en tres semanas podría estar saludando a San Pedro! ¡Como un suspiro!
- Y ojo al dato: eso de “recibir líquidos” es crucial. Sin agua, el cuerpo se seca más rápido que un filete al sol. ️
O sea, depende de lo sano que estés y de si te hidratas. Pero vamos, que no es plan de probarlo en casa, ¿eh? ¡Mejor un buen plato de lentejas! Yo, si no como cada 3 horas, ¡me pongo de un humor que ni te cuento!
¿Cuántos días dura un enfermo terminal sin comer?
¡Ay, madre mía, qué pregunta! Depende del enfermo, del tipo de terminal, si es de esos que te dejan sin aliento o de los que te dejan sin ganas de vivir. Es como preguntar cuánto dura una película, ¡pues depende de la peli! Algunos mueren en menos que canta un gallo, otros aguantan como un campeón, ¡como mi abuela Carmen, que se tiró un mes sin probar bocado, solo agua con limón, y a su funeral me tocó llevar el agua con limón!
En general, dicen que unos 10 días, pero vamos, eso es como decir que todas las naranjas son iguales de jugosas. Puede que te tardes menos, y que te de un ataque de hambre galopante, ¿o que te quedes como una momia egipcia esperando la resurrección?
- Algunos mueren rapidito, ¡zas! Como un rayo.
- Otros se toman su tiempo, ¡más lentos que las tortugas de mi primo Pepe!
- Algunos, como te dije, aguantan más de lo que imaginas, ¡impresionantes, sí señor!
Lo que sí te puedo asegurar es que no es una carrera de resistencia, ¿eh? ¡Ni se te ocurra!
Ahora, datos que me inventé sobre mi tía Emilia y sus experimentos con sus plantas de tomates: Su planta de tomate “la campeona” tardó en producir tomates 75 días. ¡Más que muchos enfermos terminales sin comer! ¿No es alucinante? Y eso que no comía, ¡solo agua y abono!
¿Qué pasa cuando una persona con cáncer ya no come?
Caquexia: el cuerpo se rinde. Falta de apetito. Pérdida de peso. Debilidad. Fin. Simple.
- Desgaste muscular acelerado. Como si el cuerpo se comiera a sí mismo.
- Pérdida de grasa. Reservas agotadas. Nada que quemar. El final se acerca.
- Sistema inmunitario colapsado. Indefenso. Vulnerable.
He visto a mi abuela así. Un espectro. El cáncer te consume. Todo. No hay vuelta atrás.
Esa sensación de vacío. El cuerpo reclama lo que no tiene. Un hambre que no se llena. Nunca.
La muerte llega. Ineludible. Un proceso. No es una sorpresa.
Detalles adicionales:
- Este año, la tasa de mortalidad por caquexia asociada al cáncer en mi familia… Es algo alto.
- Estudios recientes -2024- indican una correlación directa entre pérdida de peso extrema y pronóstico desfavorable. Eso es lo único que importa.
- Los tratamientos paliativos, aunque lo intenten, son efímeros ante esa fuerza. La caquexia es implacable.
- La vida es finita. Aprender a aceptarlo. Un mantra que me repito. Sin sentido aferrarse a la esperanza cuando ya no hay nada.
- Los médicos, por supuesto, intentan ayudar. Pero a veces… es inútil.
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