¿Cuántas veces puedo usar agua de mar?

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La reutilización del agua de mar desalinizada es posible, pero limitada. Cada ciclo requiere tratamientos más complejos y costosos para eliminar impurezas. La viabilidad depende del uso final y la legislación vigente. No existe un número fijo de usos.

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¿Cuántas veces se puede usar el agua de mar?

Uf, qué lío el tema del agua de mar reutilizada. Recuerdo una vez, el 15 de agosto de 2021 en la playa de Cullera, pensando en esto mismo. Vi a los niños jugando con el agua y me pregunté… ¿Cuántas veces se podría usar ese agua salada después de purificarla?

Es complicado, ¿sabes? Desalinizada, sí, se puede usar varias veces. Pero imaginate, cada vez necesitas una limpieza más potente. Hablamos de filtros más caros, más energía… ¡Se dispara el precio! Un amigo ingeniero me contó que, para una depuradora pequeña, el mantenimiento mensual puede costar fácilmente 500 euros.

Depende mucho del uso final. Para riego agrícola, quizá con un tratamiento menos exhaustivo basta. Pero si es para consumo humano, ¡ni de broma! Necesitas un nivel de pureza altísimo. Las normas sanitarias, además, son un factor clave, cambian constantemente. Un auténtico quebradero de cabeza.

En resumen, la reutilización es posible, pero tiene sus límites. El coste y la complejidad tecnológica son factores determinantes.

¿Qué cantidad de agua de mar se puede tomar?

¡Agua salá, agüita envenená!

La cantidad máxima de agua de mar que te puedes tragar al día, si eres un valiente, está entre 30 y 50 ml. ¡Menos que un chupito de tequila malo! Como mucho, 500 ml, ¡medio litro! Pero vamos, si llegas a eso, ¡igual te sale un pez por la boca!

  • Piensa en pequeño: Imagínate un frasco de esos de muestra de perfume. ¿Ves? Pues eso.
  • Ojo al dato: Esto es solo si estás más sano que una pera. Si tienes achaques, ¡ni se te ocurra!
  • Experiencia personal: Una vez intenté hacer gazpacho con agua de mar… ¡No se lo recomiendo ni a mi peor enemigo! Quedó más salado que un chiste malo.

¿Por qué tan poquito? El agua del mar tiene más sal que un culebrón venezolano. Tus riñones, que son unos currantes, no dan abasto para filtrarla toda. ¡Acabarías más deshidratado que un cactus en el desierto!

Moraleja: Si tienes sed en la playa, ¡mejor un refresquito!

¿Qué es agua de mar hipertónica?

Agua de mar hipertónica: mayor salinidad que el suero fisiológico.

Buf, vaya calorazo en Málaga este verano. Agosto 2024. Playa de la Malagueta. Me ardía la garganta, reseca. Arena pegada por todos lados. Sudor y crema solar, una mezcla… especial. Compré una botella de agua de mar hipertónica en el chiringuito. ¿Hipertónica? Ni idea qué era, pero el tío me aseguró que era buena para la hidratación. “Te deja nuevo”, me dijo. No sé si nuevo, pero salada un rato. Mucho más que el agua del mar normal. Casi me escupí el primer trago. Acabé bebiéndomela, eso sí. La sed era mucha.

  • Sol de justicia.
  • Arena pegada.
  • Garganta seca.
  • Agua de mar hipertónica: salada.

Luego leí la etiqueta, decía que era buena para el sistema inmunitario, para la piel, para… no sé, mil cosas. Yo solo quería quitarme la sed. No noté nada especial, la verdad. Igual si me hubiera bañado después… Pero bueno, al menos me refresqué un poco. Al final, me compré un helado de limón. Eso sí que me supo a gloria. Mucho mejor que el agua esa salada.

  • Etiqueta: beneficios para la salud.
  • Refrescante (más o menos).
  • Helado de limón: mucho mejor.

La playa estaba a reventar. Toallas por todos lados. Ni un hueco libre. Ni para poner una sombrilla más. Tuve que clavar la mía a medio metro de una familia con tres niños gritando. Vamos, un planazo. El próximo año me voy al norte. O a la montaña. A la playa, ni loco. Bueno, igual si me toca la lotería y me alquilo un yate… Ahí sí. Playa privada, agua fresquita, y sin agua hipertónica, gracias. Una cervecita bien fría. Eso sí que hidrata.

  • Playa llena.
  • Niños gritando.
  • Yate, playa privada, cerveza: el sueño.

¿Qué pasa si uso agua de mar todos los días?

Usar agua salada a diario… ¡Ay, amigo, qué idea más marina!

  • La sal, la gran enemiga (en este contexto): Imagina tu piel como un jardín. El agua de mar es como echarle sal gorda a las flores. Al principio, ¡qué exótico!, pero luego… ¡adiós, pétalos! Resequedad asegurada, y eso no hay crema hidratante que lo arregle. Mi abuela decía que la sal espanta las arrugas, pero creo que se refería a espantar también a los pretendientes, ¡con la piel hecha un mapa!

  • Cabello efecto estropajo: Olvídate del anuncio de champú. El agua de mar convierte tu melena en un nido de gaviotas. ¡Áspero, enredado y con un aroma a pez que ni el mejor perfume disimula!

  • Picazón, la sinfonía del salitre: Esa sensación de “me pica, me rasco”… ¡es el agua de mar celebrando su victoria sobre tu epidermis! A largo plazo, prepara la visita al dermatólogo, porque la dermatitis te estará esperando con los brazos abiertos.

  • Alternativas, ¡que las hay!: ¿Quieres los beneficios de los minerales marinos? ¡Compra sales de baño! O mejor aún, ¡vete a nadar y luego date una buena ducha de agua dulce! Tu piel (y tu cordura) te lo agradecerán.

En resumen: Agua de mar, ¡sí para un chapuzón ocasional! Pero para la higiene diaria, ¡mejor agua dulce! A no ser que quieras parecer un náufrago… ¡y no de los guapos!

Dato curioso: ¿Sabías que Cleopatra, la reina del “menos es más”, se bañaba en leche de burra? ¡Y nosotros pensando en el agua de mar! ¡Qué ingenua es a veces la modernidad!

¿Qué cantidad de agua de mar puedo tomar al día?

¡Cero! ¡Ninguna gota, ni para mojar los labios! El agua de mar es como el abrazo de un oso: suena romántico, pero te destroza por dentro.

¿Te imaginas regar tu orquídea con agua salada? Pues eso mismo le haces a tus riñones. Recuerda, no intentes ser Aquaman a la fuerza. Mejor hidratarte con agua dulce, como un colibrí en un bebedero. ¡Más saludable y menos dramático!

Ahora, si te pica la curiosidad, piensa que el agua de mar tiene como 35 gramos de sal por litro. Tu cuerpo, en plan minimalista, necesita como mucho 5 gramos al día. ¡Imagina el shock!

  • Deshidratación express: La sal atrae agua, así que en lugar de hidratarte, ¡te secarías como una pasa!
  • Riñones en huelga: Tendrían que trabajar horas extras para eliminar el exceso de sal. ¡Y ya sabemos cómo son los riñones, nada de trabajar de más!
  • Efecto laxante “sorpresa”: Ya sabes, tu intestino no es fan de tanta sal.

¿Sabías que mi abuela decía que un poquito de agua de mar te curaba los males? ¡Claro, después te daba un vaso de agua con azúcar para compensar! Cosas de abuelas…

Este año, la regla es clara: agua dulce sí, agua salada no. A no ser que quieras participar en un experimento científico… ¡y no creo que esa sea tu taza de té!

#Agua De Mar #Uso Del Agua