¿Cuánto tiempo puede estar una persona sin corazón?

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Alberto Crescenti, director del SAME, explicó a Infobae que, tras reanimación, una persona sin pulso ni respiración puede sobrevivir aproximadamente cuatro minutos. Este tiempo crítico depende de la rapidez de la intervención, ya que el cerebro sufre daños irreversibles por falta de oxígeno. La reanimación temprana es crucial para aumentar las posibilidades de supervivencia.

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El Tiempo Crítico: Sobrevivir Sin Corazón (Latido)

La pregunta de cuánto tiempo puede sobrevivir una persona sin la función cardíaca es una cuestión que genera mucha angustia e incertidumbre. La respuesta, lejos de ser una cifra exacta, es un intervalo frágil y dependiente de múltiples factores, principalmente la velocidad de la intervención médica. No se trata de la ausencia física del corazón, sino de su cese funcional – la ausencia de latidos y, por consiguiente, de flujo sanguíneo.

Alberto Crescenti, director del SAME (Sistema de Atención Médica de Emergencia) de Argentina, ha declarado a Infobae que, tras un paro cardiorrespiratorio y posterior reanimación, el tiempo aproximado de supervivencia sin pulso ni respiración es de cuatro minutos. Es crucial entender que esta cifra es una estimación, un promedio basado en la experiencia, y no una garantía.

Este límite de cuatro minutos representa un umbral crítico, una carrera contrarreloj contra el daño irreversible al cerebro. La falta de oxígeno, consecuencia directa de la ausencia de circulación sanguínea, comienza a causar daño neuronal en cuestión de minutos. El cerebro, órgano altamente sensible a la hipoxia (falta de oxígeno), degrada sus funciones rápidamente, pudiendo sufrir daños permanentes incluso antes de alcanzar ese límite de tiempo.

Por lo tanto, la rapidez de la respuesta médica es absolutamente fundamental. La reanimación cardiopulmonar (RCP) precoz, aplicada correctamente, se convierte en un factor determinante de la supervivencia. Cada segundo cuenta. Mientras la RCP proporciona un flujo sanguíneo mínimo, manteniendo una mínima oxigenación cerebral, se gana un tiempo precioso para la llegada de profesionales médicos con equipo avanzado que puedan restablecer el ritmo cardíaco y la respiración normal.

Sin embargo, es importante destacar que incluso con una reanimación inmediata y efectiva, las consecuencias a largo plazo pueden ser significativas. El daño cerebral causado por la privación de oxígeno puede resultar en discapacidades físicas, cognitivas o neurológicas.

En conclusión, la supervivencia sin latido cardíaco es una cuestión de minutos, donde la rapidez y eficiencia de la respuesta médica juegan un papel decisivo. Los cuatro minutos mencionados por Crescenti se presentan como una línea guía, pero la realidad puede variar ampliamente dependiendo de factores individuales y de la eficacia de la reanimación. La clave radica en la prevención, la preparación y la acción rápida ante un paro cardiorrespiratorio.