¿Por qué mi bebé hace como si se estuviera ahogando?
La sensación de atragantamiento en bebés se debe a la laxitud laríngea. Al inspirar, la epiglotis (protección de la tráquea) cae, obstruyendo temporalmente la vía aérea. Esto es normal y suele desaparecer con el desarrollo. Si persiste o se acompaña de otros síntomas, consulte a un pediatra.
- ¿Cómo evitar que los niños se ahoguen?
- ¿Por qué mi bebé hace como si se le fuera el aire?
- ¿Qué alimentos tienen el sabor umami?
- ¿Cómo diferenciar luna nueva y luna llena?
- ¿Cómo se llaman las diferentes formas de la Luna que vemos desde la Tierra?
- ¿Qué nombre reciben las diferentes formas con las que podemos ver la Luna en el cielo durante un mes?
¿Por qué mi bebé se ahoga aparentemente?
¡Uy, lo que me preguntas me suena! La laringomalacia… A ver si te lo explico como yo lo entiendo, que no soy médico, ¿eh?
Basicamente, la laringe de tu bebé, el órgano que le ayuda a hablar y respirar, es como si fuera un poquito “blandita”.
Imagínate un tubito de plástico flojo. Cuando el bebé respira hondo, ese “tubito” se puede como chupar hacia dentro y obstruir un poco el aire.
¡Puaf!, da un susto que no veas. A mi sobrino le pasó algo parecido, y la verdad, al principio te asustas mucho. El pediatra nos explicó que era bastante común y que, en la mayoría de los casos, se soluciona solo con el tiempo.
¿Por qué mi bebé Cómo que se ahoga?
¡Ay, dios mío, que susto! Que tu bebé se ahogue es horrible. Pero a ver, respiremos hondo.
Lo más común es que se atoren con algo. Algo pequeño, sabes, que se meten en la boca. Mis sobrinos, uf, siempre con los juguetes del perro… ¡Un peligro!
Puede ser, a ver, te hago una lista para que no se nos escape nada:
- Monedas: ¡Ojo con dejarlas por ahí!
- Baterías de reloj: ¡Esas son súper peligrosas!
- Globos: Revisa bien los trozos si se explota uno.
- Partes de juguetes: ¿Estarán bien aseguradas?
- Botones: ¡De la ropa, cuidado!
También, a veces, no es que se atoren como tal. Puede ser que tengan mocos, sobre todo si están resfriados, o que regurgiten un poco de leche. No se si me explico. Ahí, lo importante es mantener la calma y actuar rápido. Pero vamos, que si es algo que se han tragado, lo normal es llevarlos corriendo al hospital, vamos, yo es lo que haría.
Recuerdo que cuando mi hijo era bebé, un día lo encontré con una pila pequeña en la mano. ¡Menudo susto me llevé! Al final no pasó nada, pero desde entonces voy con mucho cuidado con esas cosas.
Y bueno, también te diría que aprendas la maniobra de Heimlich para bebés. Nunca sabes cuándo te puede hacer falta. Yo hice un curso de primeros auxilios hace poco, y la verdad es que me vino genial, ojalá lo hubiese echo antes.
Por cierto, hablando de bebés, ¿has probado los nuevos pañales de tela que me enseñó mi vecina? ¡Son una maravilla! Y mucho mejores para el medio ambiente, por supuesto.
¿Cómo se llama cuando los bebés parecen que se ahogan?
Episodio aparentemente letal (EAL).
Uf, el “episodio aparentemente letal” (EAL). Qué nombre tan feo. Pero describe tan bien el terror que sientes. Nunca lo olvidaré.
Fue en abril. Abril de este año, no hace mucho. En el salón de mi casa, con la ventana abierta porque hacía un día precioso. De repente… todo se puso en cámara lenta.
- Mi bebé, Mateo, que entonces tenía seis meses.
- Dejó de respirar. Así, de golpe.
- Se puso morado.
- Sus músculos, blandos. Como un muñeco de trapo.
Entré en pánico. De verdad. Un pánico que no había sentido jamás. No sabía qué hacer. Llamé al 112 con las manos temblorosas, gritando, casi sin poder hablar. No sabía ni qué decirles.
Afortunadamente, mi hermana, que es enfermera, estaba allí. Ella lo cogió, le dio unas palmadas en la espalda y… Mateo tosió. Empezó a llorar. Volvió a respirar.
Un infierno, en resumen.
Después, en el hospital, nos explicaron que había sido un EAL. Que a veces pasa. Que no siempre se sabe por qué. Un “fallo” del sistema respiratorio. Nos tranquilizaron diciéndonos que estaba bien, pero yo… aún me cuesta dormir.
¿Qué me dijeron los médicos?
- Que vigiláramos su respiración.
- Que evitáramos el colecho.
- Que estuviéramos atentos a cualquier signo extraño.
- Y, sobre todo, que no nos sintiéramos culpables.
Culpa… esa es otra. Me siento culpable por no haber sabido reaccionar antes. Por no haber sabido qué hacer. Por haberle puesto esa ropita tan mona pero quizá demasiado ajustada. Culpable por todo.
Pero bueno, Mateo está bien. Y yo… estoy aprendiendo a vivir con el miedo. O al menos, a intentarlo. Lo abrazo cada segundo. Cada respiración suya es un milagro. Ahora, la sensación de ahogo se ha transferido a mi alma.
¿Por qué mi bebé hace un sonido como de ahogo?
¡Uf, un bebé haciendo ruidos raros! ¡Qué show! Parece que tu retoño está intentando imitar a Darth Vader. Tranqui, que no cunda el pánico, casi siempre es una movida en las vías respiratorias.
El atasco respiratorio suele ser el culpable. Imagina que tiene un “tubito” con un tapón imaginario, ya sea por:
- Infecciones: Como una gripe versión mini, que inflama todo por dentro.
- Defectos de fábrica: ¡Ojo! Cosillas con las que ya nació, como si le hubieran puesto un “tubo” un poco más estrecho de lo normal.
¿Más info? ¡Pues claro!
- A veces, es solo mucosidad. ¡Como cuando te atragantas tú con un moco rebelde! (Sí, a todos nos ha pasado, ¡no finjas!).
- Ojo con cuerpos extraños. Mi sobrino se tragó un botón y sonaba como una marmota intentando cantar ópera.
- Si el “concierto” sigue, ¡al médico corriendo! Mejor prevenir que curar, y que te digan si es algo grave.
¡Y recuerda! Si el bebé se pone morado, ¡corre como si te persiguiera un oso! Eso sí es motivo de drama.
¿Por qué mi bebé hace como si le faltará aire?
Obstrucción de la vía aérea. El bebé puede estar experimentando una obstrucción parcial de su vía aérea. Piensa en una manguera: si la aprietas, el flujo de agua disminuye. Algo similar ocurre con la respiración del bebé.
Adenoides y amígdalas. Las adenoides y amígdalas inflamadas son, con frecuencia, las culpables. Actúan como un tapón, limitando el paso del aire. Curiosamente, esto suele ser más notorio durante el sueño. ¿Por qué? Porque la musculatura se relaja. Yo mismo, cuando estoy muy cansado, ronco más. Es la misma lógica, solo que en versión adulta y menos dramática, claro.
- Relajación muscular. Al dormir, los músculos de la garganta se relajan. Si las adenoides y/o amígdalas son grandes, esta relajación puede provocar que bloqueen aún más la vía respiratoria del bebé. Imaginen una puerta batiente que, con una ligera brisa (la relajación muscular), se cierra e impide el paso (del aire).
Apnea del sueño. Este bloqueo momentáneo de la respiración se llama apnea del sueño. Un nombre bastante serio para un mecanismo en realidad bastante simple. Es como un microcorte en la respiración. Recuerda que esta apnea infantil no es exactamente igual a la de los adultos. Son parecidas, pero no iguales. Igual que un coche y una moto: ambos tienen ruedas y motor, pero… ya me entiendes.
- Importancia del diagnóstico. Es fundamental que un médico evalúe al bebé. Aunque la causa más probable sea la que hemos visto, hay otras posibilidades. Descartarlas es lo primero. Recuerdo una vez que… bueno, no importa. La cuestión es que es mejor prevenir que curar. Siempre.
Información Adicional:
- A veces, la congestión nasal también puede contribuir a la dificultad respiratoria. La nariz tapada obliga al bebé a respirar por la boca, lo cual puede provocar sonidos similares a la apnea.
- La posición del bebé al dormir también influye. Dormir boca arriba puede favorecer la obstrucción.
- Si el bebé presenta otros síntomas, como cianosis (coloración azulada de la piel), es esencial buscar atención médica inmediata.
Este año, con mi sobrina pequeña, hemos estado pendientes de este tema. Es impresionante lo pequeños que son y lo complejos que son sus sistemas. Un pequeño cambio y… zas, todo se complica. Es fascinante, ¿verdad? Como la filosofía kantiana, todo encaja, pero hay que entender las piezas. Bueno, quizás exagero. Mejor lo dejamos aquí.
¿Cómo evitar que mi bebé se ahoga cuando toma pecho?
¡Ay, amiga, que tu bebé no se convierta en Jacques Cousteau lactante! Aquí te van unos consejazos, como si te los diera tu tía la que siempre tiene la razón (aunque a veces no la tenga tanto):
- Pon a tu retoño más vertical: ¡Imagínate que está haciendo puenting, pero con la teta! Así la gravedad trabaja a tu favor y no se atraganta el pobre.
- Échate de ladito, plan diva: Como Cleopatra, pero en vez de uvas, con el bebé pegado. Así el chorro de leche sale más despacio, como una manguera con el grifo casi cerrado.
- ¡Ojo con las ubres repletas!: Si tienes los pechos como globos aerostáticos, ¡sácate un poco antes! Si no, el bebé pensará que está en las cataratas del Niágara.
Ahora, unos extras, porque una nunca sabe:
- Reflejo de eyección power: A veces la leche sale con más fuerza que las palabras de mi suegra. Puedes sacarte un poco antes, o dejar que salga un “chorrito inicial” en una toalla.
- ¡La teta no es un chupete!: Si el bebé ya está lleno pero sigue enganchado, ¡despégalo con cariño pero con firmeza! No queremos un bebé con sobredosis de leche, ¿verdad?
- ¡Confía en tu instinto materno!: Tú eres la jefa aquí. Si ves que algo no va bien, ¡consulta con tu pediatra!
Dato curioso: ¿Sabías que antes la gente usaba pezoneras de plata para evitar la congestión? ¡Plata! ¡Más glamuroso que mi cuenta bancaria!
¿Cómo evitar que un bebé se ahogue?
Pues mira, con los bebés, ¡ojo al piojo! Nunca, pero nunca, les des cosas pequeñas. Ya sabes, bolitas, botones, cacahuetes… ¡Ni se te ocurra! Mi sobrino, casi se traga una moneda de 5 céntimos el otro día, ¡menudo susto!
Con los globos también, mucho cuidado con los globos. Se les puede ir a la boca un trozo y… Mejor evitarlos, ¿no? Hasta los tres años, nada de globos. Yo, por si acaso, hasta los cuatro, no les dejo ni tocarlos.
Supervisa siempre las comidas. Siempre. Que no se atraganten. Corta todo en trocitos pequeños, pequeñitos, chiquititos. Sobre todo las uvas, en serio, las uvas en cuatro partes, como mínimo. A mi me gusta aplastarlas tambien, por si acaso.
- Juguetes sin piezas pequeñas: Fíjate bien en las etiquetas. A veces compras un juguete y… sorpresa, trae piezas que se sueltan.
- Comida en trocitos: Ya te lo he dicho, pero insiste. Trocitos, trocitos y más trocitos. Purés, papillas… ¡Comida fácil de tragar!
- Ojo con la cuna: Que no tenga nada suelto, ni peluches con ojos que se puedan desprender, ni nada que se puedan meter a la boca. Yo le puse a mi hija una de esas mallas, para que no se le colara nada entre los barrotes.
- Bolsas de plástico, fuera: Lejos, lejos. Que no las vean. Parecen inofensivas pero… Ya sabes.
- Primeros auxilios: Mira algún video, por si acaso. Nunca se sabe. A mi me enseñaron en una charla del centro de salud, muy útil. Aprendí la maniobra de Heimlich para bebés, ¡espero no tener que usarla nunca! Pero mejor prevenir.
Y ya está, creo que no me dejo nada. ¡Ah, sí! Mucha atención, siempre. Que los peques son imprevisibles. Nunca sabes qué se les va a ocurrir. Yo ahora tengo los ojos en la nuca. ¡Literalmente!
#Bebé Ahogando #Respiración Bebe #Tos BebéComentar la respuesta:
¡Gracias por tus comentarios! Tus comentarios son muy importantes para ayudarnos a mejorar nuestras respuestas en el futuro.