¿Qué daño provoca el sarro?

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El sarro, acumulación de placa bacteriana calcificada, irrita las encías causando gingivitis. Esta inflamación se manifiesta como enrojecimiento, hinchazón y sangrado gingival, derivado de la respuesta inmunitaria a la colonización bacteriana. La severidad depende de la composición de la placa.
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El daño oculto del sarro: cómo afecta a tus encías

El sarro es una acumulación endurecida de placa bacteriana calcificada que se adhiere a la superficie de los dientes. Si bien puede parecer inofensivo, el sarro es un enemigo silencioso que puede causar un daño significativo a las encías, lo que lleva a varios problemas de salud bucal.

Irritación gingival y gingivitis

El sarro irrita severamente las encías, lo que lleva a una condición conocida como gingivitis. Esta inflamación se manifiesta como enrojecimiento, hinchazón y sangrado de las encías. La respuesta inmunitaria del cuerpo a la colonización bacteriana desencadena esta inflamación.

La gravedad de la gingivitis depende de la composición de la placa bacteriana. Ciertas bacterias producen toxinas que activan el sistema inmunológico, lo que resulta en una mayor inflamación y daño tisular.

Enfermedad periodontal y pérdida de dientes

Si la gingivitis no se trata, puede progresar a una enfermedad periodontal, una afección más grave que afecta no solo a las encías sino también al hueso y los ligamentos que sostienen los dientes.

La enfermedad periodontal destruye gradualmente el hueso y los tejidos de soporte, lo que hace que los dientes se aflojen e incluso se caigan. Este proceso puede ser gradual e indoloro, lo que hace que sea aún más insidioso.

Consecuencias para la salud general

Además de los problemas de salud bucal, el sarro también puede tener implicaciones para la salud general. Las bacterias orales pueden ingresar al torrente sanguíneo a través de las encías inflamadas y viajar a otras partes del cuerpo, lo que aumenta el riesgo de afecciones como enfermedades cardíacas, accidentes cerebrovasculares y diabetes.

Prevención y tratamiento

La mejor manera de prevenir el daño del sarro es mantener una buena higiene bucal. Esto incluye cepillarse los dientes dos veces al día con una pasta dental con flúor, usar hilo dental a diario y visitar al dentista regularmente para limpiezas y exámenes.

Si ya se ha acumulado sarro, es esencial eliminar profesionalmente por un higienista dental o un dentista. Este procedimiento generalmente implica el raspado y pulido de los dientes para eliminar el sarro y las bacterias subyacentes.

Conclusión

El sarro puede ser un problema dental grave con consecuencias devastadoras para las encías y la salud general. Como enemigo silencioso, el sarro puede causar inflamación, irritación y daño tisular, lo que lleva a enfermedades periodontales y pérdida de dientes. Al mantener una buena higiene bucal y eliminar el sarro a través de limpiezas profesionales, puede proteger sus encías, dientes y salud general.