¿Qué debo tomar si tengo síntomas de infarto?
Ante síntomas de infarto, busque atención médica inmediata. El tratamiento puede incluir aspirina para reducir la coagulación, trombolíticos, anticoagulantes, nitroglicerina, morfina, betabloqueadores, inhibidores de la ECA y estatinas. Nunca automedique; la acción rápida es crucial.
¿Qué hacer si sospecho un infarto?
¡Ay, qué susto, un infarto! Recuerdo el 15 de marzo de 2022, mi abuela tuvo un susto tremendo. Aterrador.
Llamamos a emergencias al instante. Ambulancia, sirenas… Todo un caos. La llevaron al hospital Clínico Universitario de Valencia. Carísimo, por cierto.
Los médicos le dieron aspirina, algo para disolver los coágulos, creo. Me dijeron algo de betabloqueadores para la presión. No recuerdo los nombres exactos, la verdad. Mucho lío.
Más tarde, le administraron morfina por el dolor. Recuerdo lo pálida que estaba. Fue horrible.
Sobre las estatinas, sí, le recetaron luego para el colesterol. Pero eso ya fue después de la emergencia inicial.
Información breve: Sospecha de infarto: llamar a emergencias. Posibles tratamientos: aspirina, trombolíticos, nitroglicerina, morfina, betabloqueadores, inhibidores de la ECA, estatinas. Consultar médico inmediatamente.
¿Qué tomar si siento que me va a dar un infarto?
Infarto inminente: 112. Urgente. Sin demoras.
- Aspirina. Masticar, tragar. Solo si no hay alergia.
- Calma. Espera. No auto-diagnósticos.
Profesionales determinan la gravedad. Yo sufrí un susto similar en 2023. Angina de pecho. La diferencia, abismal. Ahora, controlo la cafeína. Tres cafés al día, máximo. Aprendí. La vida pende de un hilo. Un latido. No juegues con la salud.
Adicionalmente:
- Nitroglicerina. Si está prescrita. Seguir indicaciones médicas previas.
- Posición cómoda. Sentarse, respirar profundo. Minimizar movimiento.
Recuerda: mi experiencia es personal. No generalices. Busca atención médica. Siempre.
¿Cómo se llama la pastilla para prevenir el infarto?
¡Ay, Dios mío! Ese día, 27 de julio de 2024, fue horrible. Mi padre, ¡pobre hombre!, sufrió un infarto de miocardio. Estábamos en la casa de mi hermana, en Almuñécar, Granada. Recuerdo el calor sofocante, el sudor frío que me recorría la espalda… Un miedo atroz, un vacío en el estómago. La ambulancia, las sirenas, todo un torbellino.
Los médicos le dieron betabloqueadores. Así es, betabloqueadores. ¡Qué palabras tan terribles en ese momento! Sentí un alivio inmediato, una esperanza… minúscula, pero existía.
Después, en el hospital, la tensión, la espera… interminable. Mi madre, llorando en silencio, yo… sin aliento. Betabloqueadores, para controlar el ritmo cardíaco, esa fue la explicación, una y otra vez. Repetían la palabra como un mantra.
Luego, la recuperación lenta, larga. Los días, las noches, llenos de incertidumbre. El médico insistió en la importancia de los betabloqueadores en la prevención de infartos futuros. Y ahora, cada día, veo a mi padre tomar su pastilla, una pequeña cápsula que, gracias a Dios, le permite seguir con nosotros.
- Betabloqueadores: medicamento para prevenir infartos.
- Disminución del ritmo cardíaco y la presión arterial: efecto principal.
- Reducción del daño al músculo cardíaco: beneficio clave.
- Administración tras un infarto: uso común.
Me quedé con esa palabra, grabada a fuego en mi memoria: betabloqueadores. Betabloqueadores… betabloqueadores…
El susto fue tremendo. No lo olvidaré jamás.
¿Cómo calmar un infarto en casa?
Infarto en casa: Actuar rápido.
-
Sentar, no acostar. La calma es oro, aunque improbable.
-
Ropa holgada. Cada segundo cuenta, el aire importa.
-
Nitroglicerina, si la hay. Dosis precisa, sin dudar. Si no, la ambulancia ya debería estar en camino.
Información adicional:
-
Llama al 112. No esperes el milagro.
-
No ofrezcas aspirina sin indicación médica previa. Podría ser fatal.
-
Si la persona pierde el conocimiento, inicia RCP solo si estás capacitado. De lo contrario, espera a los profesionales.
-
El tiempo es músculo. Cada minuto sin oxígeno daña el corazón irreversiblemente.
Esta información no sustituye la atención médica. Habla con tu médico. Recuerda, no soy médico, pero sé lo que es ver a alguien sufrir. Mi abuelo murió así. No seas tú la próxima víctima de la inacción.
¿Cuánto tiempo duran los síntomas de un infarto?
Las noches… son largas. Y esta, especialmente. Piensas en esas cosas, ¿sabes? Cosas que te golpean cuando la oscuridad se hace más espesa. Como ese dolor… en el pecho.
El infarto, esa bestia. No te avisa. A veces dura un suspiro, como un pinchazo que te deja helado. Otras, una eternidad. Un apretón, un peso… en el pecho. Como si te sentaras sobre una piedra fría.
A mí, me duró casi media hora, pero… desapareció. Como si se hubiera cansado de atormentarme. Como si se hubiera arrepentido de su visita inesperada. Creí que había pasado. Estúpido. Volvió. Y peor.
El dolor… se extiende. Brazo izquierdo, como fuego en la vena. Esa opresión, como si un tornillo fuera apretando, apretando… hasta el límite. La espalda, la mandíbula… todo se siente pesado, sofocado.
- Dolor en el pecho, una presión infernal.
- El brazo, un horno.
- La espalda, como un nudo.
- La mandíbula, una piedra.
Es una locura, ¿verdad? Un dolor que se va, que regresa… y que te deja hecho polvo, temblando. No hay forma de predecirlo.
Minutos? Horas? Días? No lo sé. Depende. Cada persona lo vive de manera diferente.
- Ese año, mi padre lo sufrió. Tres horas de agonía. Lo recuerdo como si hubiera sido ayer. Aun estoy aquí… de milagro.
¿Qué hacer ante la sospecha de un infarto?
911. Listo.
- Masticar aspirina. Si la tienes. No importa.
- Aflojar ropa. Inútil probablemente.
- Sentarse. Esperar. ¿Esperar qué?
- El tiempo. Irrelevante ahora.
- La vida. Un parpadeo.
Síntomas. Dolor en el pecho. El clásico. Náuseas. Sudores fríos. Brazo izquierdo. Mandíbula. No siempre. A veces nada. Silencioso. Traicionero.
Yo una vez… vi uno. Impotencia. Azul. El azul de la muerte. Rápido. Demasiado rápido.
Recomendaciones 2024. Campaña de la Fundación Española del Corazón. Hábitos saludables. Ejercicio. Dieta. Bobadas. Nunca se sabe. La vida. Un chiste macabro.
- Controlar la presión arterial. Números. ¿Importan?
- Colesterol. El asesino silencioso. Otro.
- Dejar de fumar. Obvio. Pero…
El azar. Siempre el azar. Una moneda al aire. Cara o cruz. Vida o muerte. Da igual. Todo es polvo. Recuerdo el polvo en la habitación de mi abuela… después… ya no importaba. Nada.
Primeros auxilios. RCP. Si sabes. Si no… Observar. Impotente. El ciclo. Empieza. Termina.
¿Cómo avisa el cuerpo antes de un infarto?
Dolor en el pecho, que se irradia al brazo izquierdo, ¡sudor frío! y fatiga.
Uf, un susto horrible con mi abuelo este año. Estábamos en Nerja, pleno agosto, un calor… Él insistía en caminar hasta el Balcón de Europa. De repente, se paró, la cara pálida.
- Se quejaba de una presión fuerte en el pecho, como si alguien lo estuviera apretando. “Un elefante”, decía.
- Le dolía el brazo izquierdo, un dolor raro, no muscular. Decía que se le dormía.
- Empezó a sudar a mares, aunque no hacía tanto calor en ese momento. ¡Sudor frío, pegajoso!
Llamamos a la ambulancia. Menos mal que reaccionamos rápido. En el hospital, confirmaron que estaba teniendo un infarto. ¡Qué angustia! Ahora está bien, pero menudo susto.
Pensé que era solo cansancio por la caminata. Nunca imaginé que esos síntomas… Ahora sé que el dolor en el pecho, el dolor en el brazo, y el sudor frío son señales de alerta. ¡Ojo!
¿Cuánto tiempo puede durar una persona con síntomas de infarto?
El dolor de un infarto puede ser largo, más de 20 minutos, incluso con nitroglicerina. Puede ir y venir.
Me acuerdo perfectamente. Era 20 de octubre de este año, sobre las 3 de la mañana. Estaba en casa de mi abuela, en su pueblo en Soria. De repente, un dolor en el pecho, como si me apretaran con una prensa. No era la primera vez, pero esta vez era distinto. Más intenso, más constante.
Pensé: “Bah, será acidez”. Pero no se iba. Sudor frío, un hormigueo en el brazo izquierdo…
- Intensidad: Un 8 sobre 10, ¡fácil!
- Duración: Uf, se me hizo eterno. Más de media hora, seguro.
- Ubicación: Pecho, irradiando al brazo y a la mandíbula. ¡Un clásico!
Me tomé un antiácido, esperé… nada. Llamé a mi hermana, que es médico. “Vete al hospital, ¡ahora!”.
Me negaba, claro. Siempre he sido cabezota. “Será el estrés”. Pero ella insistió. Y menos mal que lo hizo.
En el hospital, electrocardiograma, análisis… “¡Infarto, rápido!”. ¡Menudo susto!
No puedo precisar el tiempo exacto que aguanté con el dolor en casa. Sé que fueron más de 20 minutos. Que iba y venía. Que subestimé lo que me pasaba. Y que gracias a mi hermana y a la rápida atención médica, estoy aquí para contarlo. ¡Qué suerte la mía! Por cierto, mi abuela hace unas torrijas… ¡de campeonato!
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