¿Qué hace la manzanilla en la presión alta?

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La manzanilla posee propiedades relajantes que ayudan a controlar la hipertensión causada por el estrés. Dilata los vasos sanguíneos, lo que reduce la presión arterial.

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La Manzanilla y la Presión Arterial: Un Relajante con Efectos Vasodilatadores

La presión arterial alta, o hipertensión, es una afección silenciosa pero peligrosa que afecta a millones de personas en todo el mundo. Si bien la medicación prescrita por un médico es crucial para su control, algunas personas exploran alternativas complementarias para gestionar sus síntomas y mejorar su salud cardiovascular. Entre ellas, la manzanilla ha ganado popularidad por sus supuestas propiedades relajantes y su posible impacto en la presión arterial. Pero, ¿qué tan efectiva es realmente?

Es importante aclarar desde el principio que la manzanilla no debe considerarse un tratamiento para la hipertensión, ni un sustituto de la medicación prescrita por un profesional de la salud. Sus efectos son leves y aún se requieren más investigaciones para confirmar su eficacia a largo plazo. Sin embargo, la evidencia preliminar sugiere que la manzanilla puede contribuir a la gestión de la presión arterial de manera indirecta, principalmente a través de dos mecanismos:

1. Reducción del estrés: Uno de los principales factores contribuyentes a la hipertensión es el estrés crónico. La manzanilla contiene compuestos como el apigenol, un flavonoide con propiedades ansiolíticas y sedantes suaves. Al promover la relajación y reducir la ansiedad, la manzanilla puede ayudar a disminuir los niveles de cortisol (la hormona del estrés), que a su vez puede contribuir a una disminución leve de la presión arterial en individuos con hipertensión inducida por el estrés. Es crucial destacar que este efecto es indirecto y no implica una acción directa sobre los vasos sanguíneos.

2. Posible efecto vasodilatador: Algunos estudios sugieren que la manzanilla puede tener un leve efecto vasodilatador, es decir, que podría ayudar a relajar y dilatar los vasos sanguíneos. Esta dilatación permitiría una mejor circulación sanguínea y una reducción de la resistencia vascular periférica, lo que teóricamente podría contribuir a una ligera disminución de la presión arterial. Sin embargo, este efecto necesita ser confirmado con más estudios clínicos de mayor envergadura y rigor científico. La magnitud de este efecto vasodilatador, en caso de existir, probablemente sea mínima en comparación con los fármacos antihipertensivos.

En conclusión: La manzanilla, gracias a sus propiedades relajantes y a un posible – aunque aún no completamente comprobado – efecto vasodilatador, podría contribuir a una ligera disminución de la presión arterial, especialmente en aquellos casos donde el estrés es un factor desencadenante significativo. Sin embargo, es fundamental comprender que la manzanilla no es una cura para la hipertensión ni un sustituto de la medicación prescrita. Su uso debe considerarse como un complemento, siempre bajo la supervisión de un médico, quien evaluará la conveniencia de su inclusión en un plan de tratamiento integral para la hipertensión. No se debe automedicar y es vital seguir las recomendaciones de un profesional de salud para el manejo adecuado de la presión arterial alta.