¿Qué hacer si te da un bajon de azúcar?

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¡Ay, los bajones de azúcar! Son horribles. Lo primero, ¡a por algo dulce rápido! Un zumito, un caramelo... lo que pilles. Luego, la clave es esperar. Es desesperante, pero diez minutitos para que el azúcar haga su magia. Y después, un pinchazo para confirmar que hemos vuelto a la normalidad. ¡Uf, qué alivio cuando sube! ¡Pero qué mal se pasa!

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¡Ay, esos bajones de azúcar! ¿Quién no los ha sufrido? A mí me dan un miedo… es como si de repente el mundo se volviera gris, una película en blanco y negro, sin la vibración de la vida. Recuerdo una vez, estaba dando una presentación importante, de esas que te juegas el puesto, y ¡zas! Bajón de azúcar de los que te dejan sin fuerzas. La boca seca, la cabeza como si pesara cien kilos… casi me desmayo. Tuve que improvisar, me tomé un caramelo que llevaba en el bolsillo (¡qué suerte!), y rezar para que llegara el final.

Lo primero que haces, lo sabes, es buscar algo dulce, ¿verdad? Algo rápido, cualquier cosa. Un zumo, un caramelo, un trozo de chocolate… lo que sea, con tal de que el azúcar entre en el cuerpo. Recuerdo que una vez, en un viaje a la playa, me agarró un bajón brutal. Estaba con mi familia, y no llevaba nada de dulce, solo un paquete de galletas saladas… ¡la peor pesadilla! Finalmente, un chico del chiringuito me salvó con un helado. ¡Qué bendición!

Después… la espera. Esa espera eterna, esos diez minutos que se hacen una hora. Es desesperante, de verdad. Te sientes débil, irritable, con ganas de llorar… ¿te suena, no? Y luego, la prueba. Ese pinchazo que te haces (si te lo haces, claro. Yo a veces me lo salto, porque… bueno, un poco de masoquismo también tengo). Es como una especie de ritual, ¿no? Ver esa aguja… y esperar a que la cifra suba. ¡Qué alivio cuando lo hace! De verdad, es como volver a la vida. Pero… ¡qué mal se pasa antes!

Y es que, a veces pienso… ¿no hay una solución mejor que esperar y comer azúcar? ¿No existe algo más… elegante, más saludable? Lo digo en serio. Porque este sube y baja… es agotador. Será cuestión de investigar, ¿no? Mientras tanto, ¡que nadie se quede sin su caramelo de emergencia! Y bueno, ya sabes, si te sientes mal, busca ayuda. Porque aunque a veces parezca una tontería, un bajón de azúcar puede llegar a ser un verdadero drama.