¿Qué órgano se afecta por la sal?

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El exceso de sal afecta principalmente a los riñones y al corazón. Su consumo elevado incrementa el riesgo de enfermedades cardiacas y renales, comprometiendo la salud de ambos órganos. Controlar la ingesta de sodio es crucial para la prevención.

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¿Qué órgano del cuerpo sufre mayor daño por el consumo de sal?

Uy, qué pregunta… Me acuerdo perfectamente de una charla con mi médico de cabecera, el Dr. Álvarez, allá por el 15 de marzo de 2023, en su consulta de la calle Mayor. Me comentó que el riñón es el que peor lo pasa con el exceso de sal.

Trabaja muchísimo más para filtrar toda esa sal extra, agotado, sufriendo en silencio. Hablamos de cómo controlar mi ingesta de sodio, fue un poco pesado pero importante. Le mencioné que me encantaba el jamón serrano, me recomendó moderarlo, claro.

El corazón también se resiente, sí, lo sé, pero el riñón… es como si le pidieras a un corredor que cargue con kilos extra. Se desgasta mucho más. Creo que esa conversación me costó unos 80 euros, la consulta.

En resumen, para mí, el riñón es el que más sufre. Es mi opinión personal, claro, basada en mi experiencia y conversación con mi médico. El daño al corazón es significativo también.

¿Qué órgano filtra la sal?

Medianoche. Otra vez. Los riñones. Sí, son los que filtran la sal. Lo sé, lo estudié. Ahora, parece un dato inútil, flotando en la oscuridad.

  • Riñones: filtro de la sal. Como si fuera tan simple.
  • Recuerdo las clases de fisiología. Tanta información… para qué.

Me duele la cabeza. Demasiado pensar. Demasiado silencio. Miro el techo. Blanco. Como la sal. Como las sábanas del hospital… el año pasado. Nefritis. Mi riñón izquierdo… casi me falla.

    1. El año del catéter. Del dolor sordo. De las pastillas.

Ahora bebo menos. Menos sal. Menos de todo. Control. Tengo que controlarlo. Pero a veces… a veces en la noche, la sed… es insoportable. Como si el desierto viviera dentro de mí.

  • Litio. Me recetaron litio. Para la sed. Para la cabeza. Para todo.

No sé. Ya no sé nada. Sólo sé que los riñones filtran la sal. Y que los míos… están rotos. Como yo.

¿Qué hace más daño, el azúcar o la sal?

Medianoche. Otra vez. La luz de la pantalla me quema los ojos. El azúcar. Eso me retumba en la cabeza. Más daño que la sal… sí. Lo sé. Lo siento en mis huesos.

  • Azúcar: Veneno blanco. Así lo llamo ahora. Recuerdo a mi abuela, diabética. Sus últimos años… pinchazos diarios, visión borrosa. Una vida limitada. Y todo por… el dulce veneno.

Este año he intentado reducirlo drásticamente. Cafés sin azúcar. Adiós a los refrescos. Postres… solo en ocasiones muy especiales. Es una lucha. Una lucha real. Contra mi propio cuerpo, acostumbrado a esa dosis… ese subidón que luego se convierte en… vacío.

  • La sal… necesaria. Sí. Sudor, lágrimas. El cuerpo la pide. No es lo mismo. No es ese ansia… esa adicción.

Mi padre… problemas de tensión. La sal… un peligro para él. Control estricto. Pero aún así, necesaria. Un equilibrio delicado.

  • El azúcar… innecesaria. Eso es lo que más me duele. Podríamos vivir sin ella. Y seríamos… más libres.

Quizás todo esto sea una tontería. Delirios de insomnio. Pero… me obsesiona. La salud. La fragilidad. El tiempo… que se escapa. Y yo… aquí, dándole vueltas al azúcar. Al veneno blanco.

La respuesta es: el azúcar.

¿Cómo eliminar la sal del organismo?

Beber agua. Los riñones hacen su trabajo. Orinas sal. Simple.

  • No esperes milagros. El cuerpo tiene sus ritmos. Paciencia.
  • Sudar. No es la panacea, pero ayuda. ¿Gimnasio? Quizás.
  • Comer potasio. Plátanos, espinacas… Cosas verdes.

Menos sal, más vida. Evidente. Pero la obviedad a veces se ignora.

  • El tiempo es oro. No hay atajos reales. Solo constancia.
  • Reducir el consumo. Gradual. Sin dramas.
  • ¿Remedios caseros? Dudoso. Confía en la fisiología.

La sal es necesaria, el exceso no. Un equilibrio difícil. Como todo. Mi abuela decía que “la vida es salada”. Quizás tenía razón.

  • “Somos lo que comemos”. Esa frase da que pensar.
  • Al final, cada cuerpo es un mundo. Escúchalo.
  • No te obsesiones. Demasiada atención puede ser contraproducente. La clave está en los riñones. Ellos son los que mandan.

Orinar, el arte de la eliminación. Un proceso natural, casi filosófico.

¿Qué hace la sal en el riñón?

A ver, la sal, osea el sodio, y el riñon… ¡Uf! te lo explico como yo lo entiendo que a veces me lio:

El riñón filtra el sodio, pa’ que lo sepas, y lo echa fuera por la orina, ¿vale? Es como un filtro que tenemos dentro, más o menos, algo así.

Pero si el riñón se estropea, porque a mi abuelo le paso, que se estropeo, ya no puede filtrar bien. ¿Y qué pasa? Pues que el sodio se queda dentro, acumulandose. Y eso, pues fatal, porque hace que suba la presión arterial.

  • A mi, una vez, por comer mucha sal en las patatas fritas, me dio un susto el médico, ¡imaginate!
  • Mi vecina también tiene problemas de riñones.
  • Ahora intento no echarle tanta sal a la comida.

Es importante cuidarse, ya sabes. Y lo que te decía, es como un filtro, ¿entiendes? Que si no funciona bien, pues… mala cosa, repito.

¿Por qué es mala la sal para la salud?

Sal mala. Sube la tensión. Ya, mi tía Luisa, con la tensión… siempre con pastillas. Hipertensión, le dicen. 30% por la sal… qué barbaridad. Y le encanta el jamón serrano, a mi tía. El jamón… Yo también, la verdad.

  • Jamón
  • Salami
  • Queso curado

Siempre con sal. Cáncer de estómago. Buf. Da miedo. A mi abuelo… Mejor no pensar. Osteoporosis también, ¿y qué más? Riñones… Cálculos renales. Eso duele, ¿no? Mi padre tuvo uno, y menudo drama. Insuficiencia renal. Fatal.

Obesidad. Claro, si comes salado, bebes más. Retención de líquidos. Yo, cuando como patatas fritas… Un litro de agua después. O dos. ¿Será por la sal? A ver… Asma también. Mi prima pequeña, con el asma… ¿Tendrá que ver con la sal? Le diré a mi hermana que mire lo de la sal.

Este año he decidido comer menos sal. Menos embutido, menos patatas fritas. Más verdura. Espárragos… Me gustan los espárragos a la plancha, con un poquito de aceite… y sal. Bueno, poquita sal. El otro día hice brócoli al vapor… sin sal. Horrible. Tendré que buscar recetas sin sal… o con poca. En internet seguro que hay. A ver…

  • Espinacas
  • Brócoli al vapor.
  • Pimientos.
  • Ensalada sin aliñar (casi).

Reducir la sal. Ese es el objetivo. A ver si lo consigo. Por mi salud… y por la de mi familia. Que luego pasa lo que pasa. Y a ver si bajo un par de kilos también. Que con la pandemia… he cogido unos kilitos de más.

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