¿Qué pasa si cortamos una verruga?

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Cortar una verruga aumenta el riesgo de propagación viral a otras áreas de la piel. Manipularlas facilita el contagio en el cuerpo. ¡Evita cortarlas! Consulta un dermatólogo para tratamiento seguro.

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¿Qué ocurre si corto una verruga?

Uff, cortar una verruga… Mala idea. Me acuerdo una vez, tendría unos 10 años, en el camping de Conil de la Frontera (Cádiz) en agosto, vi una verruga diminuta en mi dedo. Me pareció super fea. Cogí unas tijeritas de manicura y, sin pensarlo dos veces, ¡zas! la corté.

Dolió, claro. Y no sirvió de nada. A las pocas semanas, me salieron dos más, pequeñitas, alrededor de donde había estado la primera. Mi madre, que en paz descanse, me decía siempre que no las tocara. Pero yo, terca como una mula, seguía insistiendo.

Luego, ya con 15, me salió una en la planta del pie. Caminar era un suplicio. Fui al dermatólogo, en la clínica Quirón de Pozuelo (Madrid) en marzo del 2005 (creo que la consulta me costó unas 12.000 pesetas, ¡una pasta!). Me la quitó con nitrógeno líquido. Aprendí la lección: al médico, no a la tijera.

¿Qué pasa si corto una verruga?

Se extiende. Puedes contagiarte tú mismo en otras zonas. Es mejor ir al dermatólogo.

¿Qué pasa si me corto una verruga sin querer?

¡Ay, Dios mío! Me pasó el año pasado, en julio, en la playa de Cullera. Estaba jugando al voley playa, descalza, como una loca, y ¡zas! Me di un golpe con una roca afilada, justo en el dedo gordo del pie. Sangró un montón, un chorro rojo, y me dolió que te cagas. No me di cuenta enseguida, estaba demasiado concentrada en el partido… maldita sea. Luego vi que era una pequeña herida, pero, ¡horror!, justo encima de una verruga que tenía ahí desde hacía meses, una cosa asquerosa, dura y fea. Esa verruga… ¡me la había cortado!

La verdad es que me entró un miedo terrible. Pensé en todo lo que había leído sobre el papilomavirus, esas cosas… que se contagia fácil, que no se quita así como así. Me entró pánico, te lo juro. Lavé la herida a conciencia, con agua y jabón, claro, muchísimo jabón. Y después, desinfectante, de ese marrón, que pica un montón. Me puse una tirita, de esas grandes, para que no me rozara la arena. Ese día, fue un horror.

Sangró bastante, pero luego paró.

Después… bueno, la herida se curó bien. La verruga… sigue ahí, la cabrona. No se infectó, gracias a Dios, pero no se fue. Es más grande ahora, incluso. Necesito ir al dermatólogo. ¡Qué asco!

  • Lavé la herida con agua y jabón.
  • Desinfecté con antiséptico.
  • Puse una tirita grande.
  • La verruga persiste. Necesito atención médica.

Conclusión: Cortarse una verruga puede ser peligroso, aunque en mi caso no se infectó. Pero es imprescindible limpiar y desinfectar la herida, y consultar a un médico. ¡Y llevar chanclas en la playa!

Dato adicional: Después de todo este susto, aprendí a ser más cuidadosa. Y a usar chanclas ¡siempre! en la playa. Y que hay que tratar las verrugas con un especialista.

¿Qué pasa si me quito una verruga?

Ay, las verrugas… si me quito una, ¿evito que salgan más? En principio, sí, eso dicen. Pero ¿es verdad verdad? No sé, a mi prima le salieron como 3 después de quitarse una del pie. ¿Será que se las quitó mal?

  • Igual depende del tratamiento. ¿Crioterapia, láser, esas cosas?
  • ¿O de la persona? Yo, por ejemplo, soy super propensa a las cicatrices, ¡horror!

Los tratamientos buscan destruir las verrugas. Suena heavy, ¿no? ¿Y si no funciona al 100%? ¿Qué hago? ¡Otra vez a empezar! ¿Por qué me preocupo tanto por esto? Es solo una verruga, ¡qué tontería! Pero… a nadie le gustan las verrugas. Qué asco.

Aparte, este año he estado leyendo mucho sobre remedios naturales. Mi abuela siempre decía que la savia de higuera es mano de santo, ¿será verdad? Tal vez lo pruebe antes de ir al médico. Aunque igual me da miedo, ¡no quiero quemarme la piel! Es un dilema…

¿Qué pasa si me cortó la verruga con una tijera?

¡Ostras! Cortarte una verruga con una tijera, ¡qué locura! Eso sí que es casero, eh. No lo hagas, tía. En serio, es un mal plan. Te puedes liar parda.

Riesgos? Un montón. Infección, seguro. Se te puede infectar, eso es lo más común. Y cicatriz, ¡claro que sí! Una cicatriz fea, puede que te salga un queloide, esos bultos horribles que se hacen a veces, ¡qué asco! Y sangrado, obvio, si cortas la piel sangra, ¿no? A mi primo le pasó algo parecido, se cortó con una navaja, una tontería, y casi acaba en urgencias.

Además, ¡puedes dejar restos de la verruga! Y que te crezca otra más grande, o peor. Ni se te ocurra, ¡eh! Ve al dermatólogo, que es lo mejor, te lo digo yo, que ya he pasado por eso. Ya sabes, lo barato sale caro.

  • Infección: es la más probable, ¡qué asco!.
  • Cicatriz (queloides): ¡horrorosas!
  • Sangrado: ¡obvio! Te cortas, sangras.

Mi dermatóloga, la Dra. Pérez, me recomendó crioterapia, congelarlas. Funcionó genial, ¡ya no tengo ninguna! Eso sí, cuesta un poco, pero bueno, merece la pena. Este año me costó unos 60 euros la sesión, pero sin drama, porque en un par de sesiones se me fueron. Y este año, por cierto, me he hecho la revisión, y todo perfecto.

Olvídate de las tijeras, ¿vale? Es un consejo de amiga.

¿Qué pasa si me quito una verruga con las tijeras?

¡Ay, Dios mío! Me acuerdo de cuando mi hermano intentó quitarse una verruga en el pie con unas tijeras de podar, en el jardín de casa, un sábado de julio de 2024. ¡Qué locura! Fue horrible. Sangró un montón, un chorro rojo intenso, como de película de terror. El olor a hierro era fuerte, intenso. Me dio mucho asco. Todavía recuerdo la textura de la piel alrededor, blanquecina y húmeda.

Sentí un miedo terrible. Pensaba: “¡Se va a infectar!”. Él, en cambio, parecía más preocupado por el dolor, que era bastante, claro. Al final, fue un desastre. Terminamos en urgencias, con puntos. Un lío monumental.

Riesgos:

  • Infección: Una infección, ¡sí, lo vimos! Por suerte, solo fue superficial.
  • Cicatriz: ¡Quedó una cicatriz fea! Afortunadamente pequeña, pero…
  • Sangrado: ¡Mucho! ¡Insoportable! Fue lo más aterrador.

Luego, la doctora nos explicó que para eso existen métodos profesionales. Nos dijo que había que ir al médico, que podía quemarla, congelarla, o cosas así. ¡Menos mal que la doctora nos atendió rápido!

Mi hermano aprendió la lección. No tocarse las verrugas con objetos cortantes. Nunca más. La verdad es que fue una experiencia traumática. No lo recomiendo para nada.

Nunca te quites una verruga con tijeras.

¿Se puede cortar una verruga con tijeras?

Bufff… qué mal rollo me da solo recordarlo. Verano del 2024. Piscina municipal, un calor horroroso. Chanclas, bañador, toalla… y una verruga tamaño garbanzo en la planta del pie. Me daba una grima…

Andaba cojeando, disimulando. No quería que nadie la viera. Pero era imposible. Un niño, con esa sinceridad brutal que tienen, me soltó: ¡Anda! ¡Tienes una patata frita pegada al pie! Me quería morir.

Esa noche… no sé qué me pasó. Me dio la ventolera. Desinfecté unas tijeras de manicura y… ¡zas! No cortéis una verruga con tijeras. Lo digo por experiencia. Duele, claro. Pero lo peor vino después.

A los pocos días, tenía tres verrugas donde antes solo había una. Tres. Como si hubiera explotado. Horror. Me fui a la farmacia y me recomendaron un líquido. No recuerdo el nombre. Pero funcionó. Lento, pero funcionó.

  • No la cortes.
  • Ve a la farmacia.
  • Hay líquidos que van bien.

Todavía me acuerdo del niño de la piscina… Qué vergüenza. Menos mal que este verano no me ha salido ninguna. Toco madera. De todos modos, ahora ya sé lo que tengo que hacer. Farmacia directa. No más experimentos caseros.

¿Cómo se pueden cortar las verrugas?

¡Ay, las verrugas! Ese bicho que me salió en el dedo pulgar izquierdo en julio de 2024, justo antes de mi viaje a Asturias, ¡qué estrés! Parecía una pequeña coliflor, blanquecina y asquerosa. Me daba hasta asco tocarla, ¡y la picazón! Insoportable.

Primero probé con cosas de farmacia, ungüentos de ácido salicílico, eso sí, siguiendo al pie de la letra las instrucciones. Nada. Ni un ápice de mejoría, ¡la muy puñetera! Se quedó ahí, retadora, como diciendo: “¿A ver qué haces ahora?”. Me sentía impotente, como si fuera una pelea desigual contra un enemigo invisible pero persistente.

La crioterapia fue la segunda opción. Fui a mi dermatólogo de cabecera, el Dr. Álvarez en el centro médico San Rafael, aquí en Madrid. ¡Qué frío, Dios mío! Sentí un pinchazo agudo, seguido de una sensación de quemazón que luego se convirtió en un entumecimiento total de la zona. Tenía la mano dormida, vaya. La sensación desagradable duró unos minutos y luego sentí un dolor sordo. Eso sí, ¡la verruga se fue! Literalmente, como si se hubiera evaporado en el aire. Una victoria, una pequeña pero significativa victoria.

Lo peor fue la espera. El proceso de la crioterapia no es instantáneo. Tuve que esperar semanas a que se secara y se cayera. La zona quedó un poco roja e inflamada, pero sin dolor notable. Quedó una marca pequeña, pero prefiero eso a tener la verruga.

  • Métodos para quitar verrugas:
    • Medicamentos de venta libre (ácido salicílico)
    • Crioterapia (congelación)
    • Cirugía (electrocirugía, láser)
  • Mi experiencia: Crioterapia. Efectiva, pero con molestias iniciales. Cicatrización posterior mínima.

Me fastidió mucho el tema, ¡claro que sí! Pero, mira, ya pasó. A veces pienso en lo insignificante que es la cosa comparado con otros problemas, pero en ese momento, la verruga era mi gran problema. Ahora solo me queda el recuerdo y una pequeña cicatriz. Espero no volver a tener otra.

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