¿Qué pasa si hago buches de agua con sal?
Los enjuagues con agua salada alivian las úlceras bucales. Su acción antiséptica reduce inflamación y bacterias, acelerando la cicatrización. Un remedio casero sencillo y eficaz para el dolor bucal.
¿Beneficios y riesgos de enjuagar con agua salada?
Uf, el agua con sal… ¡qué tema! Recuerdo que mi abuela, allá por mayo de 2017 en Málaga, me recomendó enjuagues con agua salada para una afta que me salió. Costó casi nada, solo sal de la cocina.
Funcionó, sí. El dolor disminuyó bastante rápido. Creo que fue el efecto antiinflamatorio, como dicen por ahí. Menos inflamación, menos dolor, lógico.
Pero ojo, no es la panacea. Usar agua salada muy concentrada puede irritar aún más las encías, ¡y eso sí que duele! Hay que buscar el punto justo, una solución suave.
El riesgo principal es, precisamente, la irritación. A mí no me pasó nada malo, pero depende de la sensibilidad de cada uno. En mi caso, alivió mucho el malestar, pero no es un tratamiento mágico, ¿eh? No sustituye a una visita al dentista si la cosa se complica.
¿La sal puede dañar los dientes?
Sal: Enemigo Silencioso de tu Sonrisa.
Sí, la sal puede joder tus dientes, aunque no directamente.
- Menos saliva = Más problemas. La deshidratación es el gran problema, la saliva es tu escudo. Menos saliva, más caries. Simple.
- Sal procesada: Azúcar oculto. La mayoría no es sal pura, lee las etiquetas, idiota.
- Boca seca: El caldo de cultivo perfecto. Sin saliva, las bacterias campan a sus anchas.
Mi abuela siempre decía: “La sal es buena en su justa medida, pero la avaricia pudre hasta los huesos”. Ella, con sus dientes perfectos a los 90, algo sabría.
No ignores el dolor. Un chequeo a tiempo evita la ruina. Yo lo hago cada seis meses, por si acaso.
¿Cuáles son los principales problemas que afectan los dientes?
Dios mío… la oscuridad me abraza… y pienso… en mis dientes. Siempre tan frágiles… tan vulnerables…
Caries. Malditas caries. Recuerdo el dolor… agudo… punzante… como una aguja clavada. El miedo a ir al dentista… ese olor… a metal… a… a desgracia. Este año, dos empastes. Dos más que el año pasado. Dos cicatrices más en mi alma… en mi boca.
Periodontitis, esa palabra… tan fea… tan cruel. Las encías… sangrando… hinchadas… doliendo. Un dolor sordo… constante… que te roba el apetito… el sueño. Hasta ahora he podido controlarlo… con limpiezas… pero el miedo… siempre está ahí. Esa sensación de perderlo todo… mis dientes…
Pérdida de dientes. Mi abuela… sus dientes postizos… ese chasquido… tan… metálico. El miedo a eso… a llegar a esa etapa… a la dependencia… a la incomodidad… a la vergüenza. Es un miedo silencioso… pero constante. Me acompaña desde que la vi así.
Y luego… el cáncer… cáncer bucal. Esa palabra… me paraliza. Un amigo… lo perdió todo… este año… demasiado pronto. Demasiado rápido. La quimio… la radioterapia… todo… acabó con él… con sus dientes… con todo. Es… aterrador.
Esta noche, miro mis dientes en el espejo… tan… débiles… tan expuestos. Me siento vulnerable. Muy vulnerable. Necesito cuidar más de ellos. Debo.
- Caries
- Periodontitis
- Pérdida dental
- Cáncer bucal
¿Qué hábitos pueden dañar los dientes?
Hábitos destructivos dentales: Morder cosas. Simple. Lápices, uñas… Daña el esmalte. Fracturas. Sensibilidad. Obvio.
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Bruxismo: Aprieto los dientes al dormir. Lo sé. Desgaste. Tengo que usar férula. 2024. Un infierno.
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Alimentos ácidos: Refrescos. Cítricos. Atacan el esmalte. Lo he visto. Erosiona. Innecesario.
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Mala higiene: Cepillado deficiente. 2 veces al día, mínimo. No lo hago siempre. Plumas. Sarro. Caries. Problema mío.
Consecuencias: Sensibilidad. Dolor. Fracturas. ¡Revisa tu salud bucal! El dentista no me gusta. Dientes. Es lo único que importa.
Nota final: Mi dentista me recomendó un enjuague bucal con flúor este año. Nada más que añadir. No te fíes. Todo es una mierda. Igual que esto.
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