¿Qué puede causar que a un hombre no se le pare?

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Ay, qué tema tan delicado... A un hombre puede fallarle la erección por mil razones, ¡es un asunto complejo! A veces son los medicamentos, esos antidepresivos que te dejan plano hasta emocionalmente, o la presión alta que te roba hasta las ganas. Otras, es la mente: el estrés, la ansiedad, la tristeza... te bloquean hasta físicamente. Y claro, el abuso de alcohol o drogas, eso sí que deja huella, un vacío hasta en el cuerpo. Es un tema íntimo, que necesita comprensión y, sobre todo, ayuda profesional si se convierte en un problema.

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Cuando el deseo se encuentra con la imposibilidad: Explorando las causas de la disfunción eréctil

Ay, qué tema tan delicado… Hablar de disfunción eréctil (DE) puede resultar incómodo, pero es crucial desmitificarlo y abordar sus causas con naturalidad y comprensión. Como hombre, y como persona, sé lo profundamente personal que puede ser este problema, y lo angustiante que resulta cuando la respuesta física no coincide con el deseo. No es simplemente “que no se te pare”, es mucho más que eso; es una cuestión que puede afectar la autoestima, la relación de pareja y la salud mental.

La verdad es que la DE tiene una multiplicidad de causas, que van desde lo puramente físico hasta lo profundamente psicológico. Es un error reducirlo a una sola razón, ya que a menudo es una combinación de factores los que intervienen.

Causas físicas:

  • Problemas vasculares: La erección se basa en un flujo sanguíneo adecuado al pene. Enfermedades como la hipertensión arterial (presión alta), la aterosclerosis (endurecimiento de las arterias), la diabetes y el colesterol alto pueden obstruir o dañar los vasos sanguíneos, dificultando este flujo. De hecho, según la Sociedad Española de Urología, la diabetes es un factor de riesgo muy importante para la DE, afectando a un porcentaje significativamente mayor de hombres diabéticos que de hombres sanos.

  • Enfermedades neurológicas: Los nervios juegan un papel fundamental en la erección. Condiciones como la esclerosis múltiple, la enfermedad de Parkinson o lesiones en la médula espinal pueden afectar la transmisión de señales nerviosas al pene, dificultando o imposibilitando la erección.

  • Efectos secundarios de medicamentos: Muchos medicamentos, incluyendo antidepresivos (como los ISRS), antihipertensivos (para la presión arterial), diuréticos, antihistamínicos y algunos tratamientos para el cáncer, pueden tener la DE como efecto secundario. Es importante hablar con el médico sobre posibles alternativas o ajustes en la medicación.

  • Trastornos hormonales: Desequilibrios hormonales, como bajos niveles de testosterona, pueden afectar la libido y la capacidad de lograr una erección. La testosterona es crucial para el deseo sexual y la función eréctil.

  • Problemas anatómicos: Malformaciones congénitas del pene o lesiones pueden interferir con la erección.

Causas psicológicas:

Aquí es donde la cosa se complica, porque la mente juega un papel fundamental. El estrés, la ansiedad, la depresión, problemas de pareja, traumas o incluso preocupaciones económicas pueden afectar significativamente la función sexual. La culpa, la baja autoestima, el miedo al fracaso o el estrés cotidiano pueden manifestarse como DE.

  • Estrés: El estrés crónico, según estudios publicados en revistas como The Journal of Sexual Medicine, está fuertemente asociado con la DE. El cuerpo bajo estrés prioriza otras funciones, dejando la función sexual en segundo plano.

  • Ansiedad por el rendimiento: La preocupación por tener una erección puede convertirse en un círculo vicioso, generando ansiedad que a su vez dificulta la erección.

  • Problemas de pareja: Una mala comunicación, conflictos no resueltos o falta de intimidad pueden afectar la vida sexual y desencadenar disfunción eréctil.

Hábitos de vida:

  • Tabaquismo: El tabaco daña los vasos sanguíneos, afectando directamente la función eréctil.

  • Alcoholismo: El consumo excesivo de alcohol puede interferir con la función sexual, tanto a corto como a largo plazo.

  • Abuso de drogas: Ciertas drogas pueden causar disfunción eréctil, y en algunos casos, el daño puede ser irreversible.

¿Qué hacer?

Si la disfunción eréctil se convierte en un problema recurrente o causa angustia, es fundamental buscar ayuda profesional. Un urólogo o andrólogo podrá realizar un diagnóstico adecuado, descartar causas físicas y explorar las posibles causas psicológicas. Existen diversos tratamientos, que van desde cambios en el estilo de vida y terapia psicológica hasta medicamentos orales, inyecciones intracavernosas o incluso cirugía.

Recuerda: no estás solo. La DE es un problema común y tratable. Buscar ayuda es un acto de valentía y amor propio, que te permitirá recuperar tu salud sexual y tu bienestar general. Hablar con un profesional es el primer paso para encontrar una solución y disfrutar de una vida sexual plena y satisfactoria.