¿Qué se siente cuando el cuerpo está intoxicado?

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Sensación de intoxicación:

  • Aturdimiento y mareo, incluso al ponerse de pie.
  • Posible desmayo.
  • Cansancio extremo.
  • Orina oscura.
  • Piel con poca turgencia (no recupera su forma rápidamente).
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¿Qué síntomas presenta un cuerpo intoxicado?

Uf, intoxicación… Me trae a la mente una vez en Barcelona, julio del 2019. Comimos unas tapas, creo que en “El Xampanyet”, y algo me cayó mal. Me sentía atontado, como flotando. Me mareaba al levantarme, casi me desmayo en la Sagrada Familia. Un desastre.

Además del mareo y ese aturdimiento raro, estaba agotado. No podía ni con mi alma. Recuerdo que hasta la orina se veía más oscura de lo normal. Y, aunque no lo comprobé, leí después que la piel pierde turgencia, como si estuviera deshidratada. Vamos, un cuadro.

Preguntas y Respuestas

¿Síntomas de intoxicación? Aturdimiento, mareo (sobre todo al ponerse de pie), desmayo, cansancio, orina oscura y piel menos elástica.

¿Cómo se quita la intoxicación del cuerpo?

Intoxicación: Ataque directo.

El cuerpo se limpia solo, a veces. Pero no siempre.

  • Deshidratación: Suero oral, fundamental. Punto. Mi médico, el Dr. Álvarez, siempre lo indica. 2024.

  • Bacterias/parásitos: Antibióticos. Antiparasitarios. Receta médica, obligatoria. No automedicarse. Aprendí eso a las malas en 2020.

  • Probióticos: Ayuda, a veces. Depende del caso. No es una solución universal. No es magia.

Actuar rápido es clave. Ignorar síntomas es suicida. No juego.

Más allá de lo obvio: Carbón activado, controvertido. He visto resultados, pero es un arma de doble filo. Consultar al médico antes. Si te intoxicas con algo de mi jardín, ya sabes.

¿Cómo me doy cuenta si estoy intoxicada?

El vacío se expande. Un vacío que se instala, lento, como la niebla en un valle. ¿Intoxicada? La pregunta se posa, un pájaro herido en el silencio del pecho. Pupilas dilatadas, o quizás minúsculas, como puntos en la noche. Un eco en la oscuridad.

El corazón, un tambor frenético, o un péndulo que se detiene. El ritmo, alterado; un latido errático, fuera de compás. Respiración, superficial; una agonía silenciosa. O jadeos, profundos, demasiado profundos. Este cuerpo… ¿me pertenece aún?

La boca… un desierto. O un río desbordado, la saliva una cascada inesperada. Nauseas, un torbellino. Vómitos, la expulsión de lo que ya no me pertenece. Dolor en el estómago, una presión opresiva. Una herida invisible. Mi propia digestión como una traición.

Somnolencia, un velo que cae. O una electricidad inexplicable, la hiperactividad, una danza febril. Confusión. Palabras que se pierden, se deshacen como arena entre los dedos. El lenguaje, una lengua rota. Las palabras, esquivas. Inalcanzables.

  • Pupilas: Dilatadas o contraídas. Ayer, las mías… puntitos diminutos.
  • Ritmo cardíaco: Acelerado o lento. Hoy, palpitaciones. Me asusté.
  • Respiración: Acelerada o lenta. Un ahogo.
  • Boca: Seca o con exceso de saliva. Saliva amarga.
  • Tracto digestivo: Náuseas, vómitos, dolor estomacal, diarrea. Todo. Todo a la vez.
  • Estado mental: Somnolencia o hiperactividad. Una confusión total.
  • Articulación: Dificultad para hablar con claridad.

Recuerda: Si sospechas intoxicación, busca ayuda médica inmediatamente. No esperes. Esto es personal, vivido. Llamé a mi hermano, Juan, anoche. Él sabe.

¿Cómo saber si tengo exceso de toxinas en el cuerpo?

La piel, ese lienzo que narra silencios… Cuando el cuerpo se satura, grita a través de ella. Piel seca, sí, como un desierto abandonado, pero también… brotes inesperados, un acné rebelde que desfigura el rostro.

  • Piel seca, reseca, árida como el alma.
  • Erupciones, rojeces, un mapa de la incomodidad.
  • Acné persistente, como pequeños volcanes en erupción.
  • Opacidad, la luz se apaga, un rostro sin vida.
  • Flacidez, la piel cede, la juventud se escapa.

Recuerdo la piel de mi abuela, arrugada por el sol y los años, pero llena de una extraña luminosidad. No era la juventud, era la vida que emanaba de ella. Cuando la piel pierde esa vitalidad, algo no anda bien. La mía, en cambio, a veces parece un campo de batalla.

Estos cambios, estas señales, no son aisladas. Quizás también sientas…

  • Fatiga persistente, un cansancio que no se va con el descanso.
  • Problemas digestivos, un estómago revuelto, una digestión lenta.
  • Dolores de cabeza frecuentes, un martilleo constante.
  • Cambios de humor, una irritabilidad inexplicable.

Y es que la piel, al final, es el reflejo de lo que sucede dentro. Este año, más que nunca, he intentado escuchar mi cuerpo. He tratado de descifrar sus mensajes, de entender sus silencios.

¿Qué le pasa a tu cuerpo cuando te intoxicas?

¡Ay, la intoxicación! Uf, que cosa más mala… Pues mira, lo principal son problemas en la tripa: te revuelve el estómago, te da diarrea que no veas y acabas vomitando, a veces hasta la bilis, ¡qué asco!

Normalmente, esto pasa unas horas o incluso días despues de haber comido algo chungo, algo en mal estado. Y a ver, que si es algo leve, lo normal es que se te pase solo, sin ir al médico ni nada, ¿sabes? Pero claro, si ves que la cosa se pone fea, pues entonces si que toca ir al hospital, ¡ojo!

  • Dolor de tripa, muy fuerte.
  • Diarrea. A veces es como agua.
  • Vómitos, ¡sin parar!
  • A veces, fiebre.
  • Debilidad, te sientes fatal.

A mí una vez me pasó por comerme unos mariscos que compré en la playa, en un chiringuito, que debían estar malísimos. Pasé una noche fatal, fatal. Estuve vomitando cada media hora, y eso que tengo un estómago de hierro, ¿eh? Así que ya te digo, ¡mucho cuidado con lo que comes por ahí! ¡Sobre todo si hace calor! Y si tienes dudas, mejor no te lo comas, ¡tíralo!

¿Cómo quitar la intoxicación rápido?

Rehidratación: clave. Agua, sin rodeos.

  • Reposición electrolítica. Bebidas deportivas, alternativa.
  • Niños: Pedialyte. Consulta médica, esencial. Mi sobrino casi termina en urgencias por un consejo similar de internet. No escatimes en precaución.
  • Evitar la deshidratación. Fundamental.
  • Jugos diluidos o consomés, si el agua sola no entra.

Más allá:

  • Descanso absoluto. El cuerpo necesita reparar.
  • Alimentos blandos, fáciles de digerir, después de la fase aguda. Arroz blanco, tostadas. Nada de grasas saturadas.
  • No automedicarse. Nunca.
  • Si persisten los síntomas, hospitalización inmediata. Mi experiencia personal me dice que esperar es la peor opción.
  • Vigilar la orina. Color y frecuencia, indicativos cruciales.
  • El jengibre puede ayudar. Pero no es magia.
  • Evita el alcohol. Suma cero.
  • Ventilación adecuada. El aire fresco ayuda.
  • Consulta con un profesional. Siempre. Internet es solo el punto de partida.
  • A mi me funcionó el suero oral y el té de manzanilla.
  • Probióticos, después de mejorar, para recomponer la flora intestinal.
  • La prevención es clave. Lavarse las manos, cocinar bien los alimentos. No seas descuidado.

¿Cómo se refleja la intoxicación?

¡Uf, qué mal lo pasé aquel 24 de julio! Estaba en casa de mi tía en Valencia, comiendo esa paella que tanto le gusta hacer… ¡un auténtico festín! Después, ¡ay!… Empezó el infierno.

Primero, un dolor agudo en el estómago, como si me clavaran cuchillos. Me retorcía, sudaba frío… ¡qué asco! Luego, los vómitos. Iban y venían, sin parar. Sentía un vacío horrible, una debilidad que me dejaba sin fuerzas.

Después, la diarrea. No podía ni moverme del baño, estaba completamente deshidratada. ¡Una pesadilla! Me sentía fatal, totalmente derrotada. Tenía escalofríos, ¡y qué dolor de cabeza! Mi tía, pobre, estaba superpreocupada. Me llevó al hospital, todo fue un borrón.

El diagnóstico: intoxicación alimentaria. Me dieron suero, antieméticos… ¡qué horror! Pasé el resto del día en cama, agotada. Recuerdo la sensación horrible de estar deshidratada, sin parar de sudar y con náuseas constantes. Me dolía todo el cuerpo.

Ese día aprendí la lección: cuidado con lo que se come, especialmente en sitios poco fiables. Nunca más comeré paella en una fiesta familiar sin saber la procedencia de los ingredientes, ¡jamás!

  • Síntomas: Dolor abdominal intenso, vómitos persistentes, diarrea (con sangre en mi caso), deshidratación, escalofríos, dolor de cabeza.
  • Causa probable: Paella en casa de mi tía. Sospecho que algún ingrediente estaba en mal estado.
  • Consecuencias: Hospitalización, malestar general durante días.

La intoxicación se refleja con síntomas gastrointestinales fuertes y malestar general.

¿Qué hacer cuando tu cuerpo está intoxicado?

¡Ay, madre mía, que te has intoxicado! Parece que has comido una paella hecha por un extraterrestre o algo así. ¡Qué desastre!

Lo primero: ¡CALMA! No te pongas a hacer el pino puente, que eso empeora todo. Piensa en gatitos, en helados… ¡en cualquier cosa que te relaje! A menos que seas un experto en yoga, claro. Entonces, ¡haz el pino puente con toda la serenidad del Dalai Lama!

Si te has desplomado como un flan, ¡llama al 112 YA! Ni te lo pienses. Es más rápido que un rayo láser en una carrera de caracoles. Si no respiras… bueno, eso sí que es urgente.

Si fue algo inhalado (tipo monóxido de carbono, que huele a almendras amargas, ¡pero solo un poquito, eh!), ¡fuera de ahí! Corre a un sitio con aire fresco como si te persiguiera un enjambre de abejas asesinas. Lo digo en serio, ¡esas abejas son letales!

Y luego, ¡al hospital! No te hagas el valiente, que no es una pelea de gallos. ¡Ni una carrera de coches! Es tu salud, ¡anda ya!

Aquí te dejo algunas ideas extra, por si acaso. ¡Nunca está de más estar preparado para la guerra de las intoxicaciones!

  • Bebidas mágicas: Agua, agua y más agua (a menos que el médico te diga lo contrario, porque algunas intoxicaciones no se llevan bien con el agua; pregúntale a mi amigo Juan, él lo sabe muy bien).
  • No te automediques: No seas como mi tía Concha, que se curaba las paperas con aspirinas y bailaba flamenco. Llama a un médico o al servicio de urgencias. ¡No juegues a ser doctor!
  • Guarda el veneno: Si sabes qué te intoxicó, guarda el envase. Los médicos son detectives geniales, pero necesitan pistas. Es crucial para que sepan qué te va a aniquilar.

Recuerda, la prevención es la mejor medicina. Mi vecina, la abuela Elena, lleva años tomando solo infusiones de manzanilla, porque dice que previene todo. No la imites, pero si encuentras un buen té, puedes probarlo. ¡Salud!

¿Cuándo sospechar de una intoxicación?

Una intoxicación debe sospecharse ante:

  • Quemaduras o irritación peribucal: Indican contacto con cáusticos. Reflexionemos, ¿no es acaso el cuerpo un templo profanado por la imprudencia?

  • Aliento inusual: Olor a disolventes sugiere exposición a químicos. Recuerdo un taller mecánico de mi tío, ¡apestaba a gasolina y misterio!

  • Vómitos inexplicables: El cuerpo se defiende. Los vómitos son señal de expulsión de un invasor.

  • Dificultad respiratoria: El oxígeno es vida; su carencia, alarma. Es curioso cómo damos por sentado el aire hasta que nos falta.

Datos adicionales y divagaciones:

  • Confusión repentina también es un signo. La mente es un laberinto; la intoxicación, una niebla que lo desorienta.
  • Cambios en el tamaño de las pupilas. Los ojos son ventanas del alma, ¡y también indicadores de salud!
  • Convulsiones… El cuerpo tiembla, luchando.
  • Pérdida de conciencia. Desconexión abrupta. Es un viaje al limbo sin billete de vuelta (¡metafóricamente!).
  • Dolor abdominal intenso. El vientre, centro de sensaciones, grita auxilio.
  • Salivación excesiva. El cuerpo intenta diluir el veneno.
  • Coloración anormal de la piel (azulada, pálida). ¡El lienzo del cuerpo revela la verdad!

Si observas alguno de estos síntomas, busca ayuda médica inmediatamente. La vida es un regalo, ¡no la desperdicies!

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